La comunidad educativa de la escuela San José realizó esta mañana un abrazo simbólico al establecimiento para pedir justicia por David Paredes, un trabajador que el pasado jueves fue asesinado de varios disparos al quedar en medio de un ataque a balazos, cuando iba a buscar a su hija a un cumpleaños en Felipe Moré al 600.

Desde la casa salesiana, reclamaron justicia por David Paredes, miembro de dicha comunidad desde hace quince años. Pero también pidieron «por una ciudad en paz», y «no naturalizar la violencia».

En diálogo con Conclusión el representante legal de la institución Mariano Gálvez señaló que «este trágico suceso, completamente inesperado nos movilizó, no sabemos como pero si para donde. Lo primero fue asistir a la familia, a su mujer a sus hijas, darle una mano  para que puedan ordenarse y sobrellevar la tragedia en lo inmediato».

Tras la conmoción de la noticia comenzaron a organizarse y «nos pusimos de acuerdo en programar algunas misas de la secundaria para esta mañana. Esto se vuelve el objetivo fundamental de la misa, pero hay algo más, que fue las dos escuelas secundarias, con su alumnado, con su personal docente y no docente y tambien la participación de los más grandes de la escuela primaria para hacer este abrazo simbolico al colegio pidiendo justicia. Por un lado por David, el particular pero también por una ciudad pacificada de una vez por todas. Es lo que  necesitamos y David tambien debe esta rogando por sus hijas», dijo.

David Paredes era empleado de la escuela San José, «trabajaba desde hace 15 años en el sector de mantenimiento», señaló Gálvez.

 

Los hechos de violencia se volvieron moneda corriente en la ciudad en los últimos años, aunque «es dificil para los adultos abordar el fenomeno de la violencia en Rosario, para los chicos, si bien no es necesario explicar muchas cosas porque ellos tristemente también la viven todos los días en sus barrios, como los trabajadores de esta casa también, es caer en la cuenta de que la persona que acaban de matar es el que ayer te pasó la pelota porque se te había quedado en el techo».

«Es un pasito más de dar cuenta de que hoy estamos acá y no tenemos una seguridad de que todos los que conocemos mañana vamos a estar, ni nosotros mismos», añadió.

En la iglesia también vivieron una situacion compleja, hace un mes atrás «ingresaron unos chicos armados para robar, no terminó en tragedia de milagro», recordó.

Por otra parte valoró la actitud de otros establecimientos que se solidarizaron con la situación que vivieron, ya que «durante el fin de semana muchas instituciones educativas se pusieron en contacto con nosotros y nos manifestaron su solidaridad, muchas de ellas en terrritorios profundos de la ciudad, lo cual agradezco y los abrazo».

En ese contexto, también se refirió a la mujer de 74 años baleada días atrás: «Ayer también murió una mujer de 74 años que caminaba con su nieta por la vereda, en barrio Ludueña, la niña es alumna del colegio y por pedirle a unos chicos que no disparen recibió 10 disparos».

«Que nos está pasando como sociedad que no podemos pacificarnos, que normalizamos y naturalizamos», se preguntó.

La violencia que vive la ciudad, «es una cuestión que desborda cualquier estructura organizativa, acá estamos todos pidiendo por una ciudad en paz, justicia y la verdad que cuando un hecho así acontece no hay quien permanezca inmóvil, nos atraviesa y estamos todos de la mano», cerró.