FOTO: CENTRO DE ESTUDIANTES DE FACULTAD DE HYA

El Centro de Estudiantes de la Facultad de Humanidades y Artes tiene nuevo presidente, pero sigue bajo la conducción de la agrupación Mate Cocido. Se trata de Marco Zilli, quien entiende que las razones que permitieron renovar la confianza del estudiantado están ancladas en la forma de construcción política. En ese marco, reconoce desafíos a afrontar en el corto plazo, considera que el avance del radicalismo en las últimas elecciones «es preocupante» y remarca la necesidad de poner en valor «la unidad del arco político opositor».

De los doce centros de estudiantes en disputa, el radicalismo se hizo con la conducción en las facultades de Ciencia Política, Psicología, Economía, Agrarias, Odontología y Derecho. «El avance del radicalismo en estas elecciones es realmente preocupante, porque se dio en contexto de pandemia. El contar con el aparato institucional le permitió en gran medida un avance a los brazos estudiantiles de la gestión, que apuestan a una construcción de centro que inmoviliza al estudiantado», señaló Zilli en declaraciones a Conclusión.

El nuevo presidente del centro de estudiantes de la facultad de HyA afirma que esta nueva configuración del escenario político estudiantil merece especial atención y la unidad del arco opositor que, según dice, plantea un tipo de construcción diferente.

«Creo que es momento de dejar a un lado diferencias o mezquindades de las organizaciones y poder abrir paso a discusiones en unidad para afrontar lo que se viene, que de alguna manera va a responder a los intereses que tengan las gestiones, el rectorado. A la hora de avanzar sobre los derechos estudiantiles y los docentes, con un centro inmovilizado y cooptado por estos brazos estudiantiles de la gestiones del radicalismo, va a ser una gran tarea estar dispuestos a dar lucha y batalla. Es en unidad», sostuvo en manifestaciones a este medio.

Mate Cocido se presenta como una agrupación independiente de estructuras partidarias. Esa autonomía, dicen, es lo que les permite definir caminos de lucha y acciones que llevaron a renovar su lugar al frente de la conducción del centro de estudiantes. Esta renovación de la confianza llegó tras dos años sin comicios, donde se atravesaron dificultades para vincularse debido a la primacía de la virtualidad. Aun así, según sostienen, estas dificultades quedaron sorteadas a través del esfuerzo y la articulación con organizaciones sindicales, sociales y barriales. Esto permitió, por ejemplo, acercar bolsones estudiantiles durante 2020 en un plano de gran incertidumbre económica. Eso, sumado a talleres de estudio y el acompañamiento a aquellos estudiantes que no conocían la carrera y estaban algo desamparados ante la nueva modalidad, aparece enumerado entre las razones que Zilli da al momento de reflexionar sobre las elecciones pasadas.

Al momento de hacer un balance de la gestión del rectorado, el presidente del centro de estudiantes de la Facultad de Humanidades y Artes prefiere no hacer foco en el rector Franco Bartolacci. Sostiene que personificar sería reducir la coyuntura a un nombre propio. En cambio, para el integrante de Mate Cocido, la línea a atender está configurada por falencias en infraestructura y deficiencias en la forma de discutir las políticas que necesita al universidad.

«El problema es que el rectorado está respaldado por una propuesta política de ajustarse; ajustar frente a la situación que estamos atravesando. Es una propuesta de exclusión para con el estudiante. No se dan discusiones reales sobre el presupuesto. Estamos atravesando una coyuntura que nos devuelve una reducción del presupuesto por un claro pago al FMI que se va a ir dando con las revisiones trimestrales que tiene este ente tan funesto. Entendemos que frente a eso no contamos con un rectorado que esté dispuesto a dar estas discusiones», argumentó Zilli.

En ese aspecto, aseguró que en la Facultad de Humanidades y Artes hay «falencias en infraestructura», ya que si bien se hizo una gran inversión, que la ven «reflejada en una fachada muy bien pintada», actualmente están «con un aulario en construcción en el medio de la cursada».

«Se anunció una vuelta con bombos y platillos, pero cuando estuvimos de vuelta nos encontramos con esto: una infraestructura que no está a la altura de la cantidad de estudiantes que somos. También pedimos asignación de cargos para que los docentes no estén sobrecargados tras dos años sumamente complejos. El balance de la gestión es ese: escaso hacia adentro, mientras hacia afuera es una gran pantomima».