Pareciera un tema repetitivo, pero hay negligencias municipales que a esta altura no pueden quedar en el silencio, y es lo que ocurre con el estado de las veredas en la ciudad.

Una problemática que hace algún tiempo parecía solo de los barrios populares, hoy está en cada vereda que, a diario, transitan miles de rosarinos y que se ven afectados por un dilema que solo necesita voluntad y decisión política para ser solucionado.

A partir de las denuncias de varios  vecinos, Conclusión recorrió calzadas céntricas, las cuales forman parte de la zona bancaria y comercial, lugares de denso tránsito, que se presentan un estado calamitoso.

El común denominador en las veredas rotas, es el tiempo que poseen sin ser arregladas. Pozos, baches, agua saliendo por algún caño roto, arreglos sin terminar, y una interminable lista de desidias. Limpieza, aparte.

Una de las principales quejas recogidas en la zona es sobre la dificultad para transitar por esas veredas que enfrentan tanto los adultos mayores como las personas con discapacidades motrices.