Por Santiago Fraga
El ambiente era especial; el día era histórico y el pueblo lo sabía. Todos los 24 de marzo los argentinos salen a marchar por la memoria, la verdad y la justicia para con los desaparecidos de la más sangrienta dictadura en la historia de este país, pero este aniversario en especial contaba en la previa con un marco mucho más emotivo todavía. En este 2016 se cumplen los 40 años del Golpe de Estado, un número tan simbólico como fuerte y que muestra que todavía la larga lucha de las Madres, las Abuelas y del pueblo no se ha abandonado.
Más de 25 cuadras de personas pertenecientes a todas las clases sociales, partidos políticos, sindicatos, colegios,
colectivos, organizaciones y movimientos coronaron una de las más multitudinarias convocatorias del 24 de marzo de los últimos tiempos. «Ya no somos más invisibles«, aseguran las Madres, y decenas de miles de personas se encargan de darles la razón.
Otro aliciente más que picante para los marchantes hoy a la hora de calzarse el pañuelo, la bandera, la remera o el cartel y salir a la calle fue que mientras aquí se invocaba una vez más a la memoria popular, en otro punto del país había una presencia, cuanto menos, incómoda. En Argentina, justo en este día, se encontraba ni más ni menos que el presidente de los Estados Unidos de América, Barack Obama.
La complicidad histórica del país norteamericano con las dictaduras de América Latina hacen que el rechazo a su envestidura presidencial en nuestro territorio sea masivo. Así lo expresaron en las calles, donde a las frases y pancartas habituales se sumaron mensajes dirigidos al mandatario estadounidense y en desprecio del país que tuvo un nefasto rol dentro de esta parte de la historia, e incluso un muñeco del presidente con el sombrero del Tío Sam.
“Repudiamos la presencia del presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, que vemos como una provocación, y exigimos la apertura de los archivos del Departamento de Estado sobre la dictadura en Argentina y todo el plan Cóndor”, denunciaron las organizaciones de derechos humanos en la lectura del documento en el Monumento a la Bandera.
La foto de Obama junto al presidente Mauricio Macri arrojando un ramo de flores al mar, en soledad, lejos de las personas, lejos de los abrazos de aquellas que con amor basaron su lucha en todos estos años, es posiblemente un reflejo de la hipocresía que hoy denunciaron los argentinos en las calles.
Desde temprana la tarde, distintos puntos de la ciudad fueron recibiendo a las agrupaciones, movimientos sociales, gremiales, estudiantiles, partidos políticos, organizaciones de derechos humanos y autoconvocados que en su mayoría se congregaron en la Plaza San Martín, desde donde a las seis comenzaron su caminata por calle Santa Fe encabezados como siempre por las Madres. Los colectivos de Rosario trasladaron gratuitamente a los rosarinos desde las 15 hasta dos horas después de finalizada la marcha, gracias al cumplimiento del decreto 44.770 del Concejo Municipal. Una invitación a la participación.
El tradicional recorrido se llevó a cabo por Boulevard Oroño hasta calle San Luis, pasando por los Tribunales Federales, hasta llegar a la Plaza 25 de Mayo, donde las madres rosarinas Norma Vermeullen y Elsa Masa esperaban a las interminables columnas de personas. Luego de un emotivo abrazo, encabezaron la caminata para desembocar en el Monumento a la Bandera, donde ya unas mil personas aguardaban a los que marchaban.
En un escenario especialmente organizado para la ocasión se acomodaron las Madres y los representantes de las organizaciones, que dieron lugar a la lectura del mencionado documento por parte de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (Apdh), Familiares, Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (Medh), el Colectivo de ex presos políticos, H.I.J.O.S, uno de los nietos y el espacio Silvia Suppo.
“En este espacio tan emblemático, a dónde venimos desde hace muchos 24 de marzo, bajo nuestra gloriosa bandera, la que siempre cobijó a luchadores populares y a los libertadores de nuestra patria, a trabajadores y a estudiantes, y por la que lucharon con orgullo nuestros compañeros y compañeras, hoy las organizaciones de derechos humanos, sociales, políticas, gremiales y estudiantiles, nos encontramos otra vez para renovar nuestro compromiso con quienes dieron su vida, sufrieron la cárcel, la tortura, la desaparición y con tantos más que tuvieron que exiliarse de este su país”, comenzó el conmovedor discurso.
Ante la incesante lluvia de aplausos de todos los presentes para las madres, se continuó con la lectura del texto, donde expresaron: “A 40 años del inicio de la última dictadura cívico-militar, venimos a ratificar que los 30 mil desaparecidos no son un número en discusión, sino una bandera de lucha del pueblo argentino que nos invita a no olvidar los golpes genocidas a los que una y otra vez recurrió el poder económico para organizar el país de acuerdo a sus intereses oligárquicos e imperialistas”.
Posteriormente, estuvieron incluídas varias críticas al gobierno de Mauricio Macri, incluyendo, además de las económicas, el enorme repudio al «perdón de los crímenes de lesa humanidad», a su búsqueda de “desvirtuar el sentido profundo de la lucha por los derechos humanos”, la persecución y represión de militantes sociales, gremiales y políticos y los despidos.
“La dictadura destruyó industrias y provocó despidos masivos, multiplicó geométricamente la deuda externa transformando la economía nacional en una economía dependiente. Lo único que estatizaron los privatizadores de Cavallo y Martínez de Hoz fue la deuda contraída en el exterior por las grandes empresas. Esa misma deuda que hoy, de la mano de los fondos buitre, el actual gobierno se propone profundizar a costa del hambre de nuestro pueblo”, se leyó ante multitud.
Finalmente, la frase final del escrito fue: “No olvidamos, no perdonamos y no nos reconciliamos”; seguido de la ovación de los miles de rosarinos presentes que llenaban el Monumento, cuando todavía faltaban llegar la mitad de los concurrentes. La ceremonia culminó con una interpretación de baile del himno nacional a cargo de la Escuela Provincial de Danzas “Nigelia Soria” y la participación de grupos musicales.
Una vez más el pueblo rosarino demostró ser un pueblo con memoria. Cada marcha del 24 de marzo resulta ser una masiva e imponente manifestación de amor; porque pese a ser este un día de reflexión, de memoria y de crítica fuerte para los responsables y cómplices de lo sucedido; cada paso de cada uno de los marchantes es una muestra de infinito amor para con las madres. Ellas se sienten acompañadas, apoyadas, y encuentran en cada uno de esos miles y miles de rosarinos la esperanza y la ilusión de que el futuro sea un poco mejor, de que no se vuelvan a repetir ninguno de los errores del pasado, y que su lucha haya servido para abrirle los ojos y la mente a un pueblo vapuleado, pero que resiste.
Las Madres, más visibles que nunca; invisibles nunca más
Los momentos más emotivos del día se repartieron en cada una de las acciones que las queridas madres rosarinas realizaron a lo largo de la tarde y noche; desde su encuentro con las organizaciones, en un conmovedor saludo mientras la población cantaba «Madres de la plaza, el pueblo las abraza«, hasta el momento en el que se sentaron ante la mirada de jóvenes, adultos, ancianos y niños que las admiran.
Conclusión pudo dialogar con Elsa ‘Chiche’ Masa, quien tiene 91 años y todavía sigue presente en cada una de las luchas. «Hoy, a 40 años del 24 de marzo de 1976, ver esta participación de los rosarinos quiere decir que nuestra lucha no fue en vano, fue una lucha larga, que no se abandonó nunca y ha dado sus frutos. Por lo menos hemos visto a los represores sentados en el banquillo de acusados y eso era lo que siempre pedíamos, justicia, no revancha ni violencia. Lástima que la justicia nuestra es un poco lenta y que en este tiempo las madres estamos diezmadas, y también muchos represores han muerto llevándose secretos o cosas que nos podían haber contado y habernos por lo menos indicado que podría haber pasado con nuestros hijos», indicó respecto de sus sensaciones.
Al ser consultada sobre la visita del presidente Barack Obama al país y su participación en homenajes, Masa contó: «Hoy en el Bosque de la Memoria una compañera que habló dijo: de 365 días que tiene el año justo eligieron esta fecha. Me parece que fue desacertado. Me han contado que en la visita que hizo a la Esma ninguno de los organismos de derechos humanos estuvieron presentes. Nosotros sabemos que ellos han apoyado mucho y han formado también a los que tan cruelmente se portaron con nuestros hijos«.
Sobre las declaraciones de Obama al comprometerse a desclasificar información importante, ella aseguró que «siempre a uno le queda la esperanza de que algunos recapaciten y digan la verdad», pero fue prudente en anunciar que habrá que ver «los acontecimientos cómo se suceden».
«Yo no puedo decir, a lo mejor es la intención, pero hay otras presiones que lo pueden hacer cambiar. La política es una cosa que es movida. Yo nunca estuve en la política, más que esto; he sido un ama de casa siempre. Mi hijo tenía sus ideas y le costó su vida; y a nosotros primero agonía, después desesperación, y tanto dolor y tantas lagrimas«, aseguró la siempre cálida madre, sentada delante del escenario, en frente de la multitud que lo vitoreaba.
Finalmente, sostuvo que en estos cuarenta años supo encontrar consuelo, y aseguró respecto de lo que siente hoy día y de cara al futuro: «Con mis 91 años deseaba que me permitieran llegar a estos 40, y mi deseo se cumplió. Ahora veremos qué es lo que pasa porque tengo cuatro nietos, un bisnieto, y en ellos pienso, en qué patria les tocará vivir«.
Este medio a su vez también pudo hablar con la madre Norma Vermeullen, quien eligió dar un mensaje importante para la juventud; esa misma que hoy copa calles y plazas en su nombre y el de sus compañeras de lucha.
«En estos últimos años estamos acostumbradas a la emoción de los jóvenes, porque hubo mucho tiempo que éramos invisibles para los medios de comunicación, pero ahora vemos que nos acompañan, especialmente muchos jóvenes, están abiertas sus mentes y esa es la esperanza nuestra. Es nuestra esperanza porque nosotras ya estamos en el ocaso de nuestras vidas, pero está en ustedes en poder conservar lo que pudimos conseguir, y luchar por lo que falta todavía, y que no les quiten lo ganado, que no nos saquen los ganado», expresó Norma.
Respecto de la visita de Obama, la calificó de «un agravio» y «una burla a esa juventud que perdió, esa generación «. «Yo justamente hoy vi la parte donde van caminando los dos con un ramito de flores. Obama buscaba sepulturas, y sepulturas no tenemos«, lanzó finalmente.
La intendenta también marchó con los rosarinos
Entre los dirigente políticos que se hicieron presentes al momento de marchar estuvo la intendenta de la ciudad, Mónica Fein, quien se mostró conmovida por la masiva convocatoria.
«La verdad que ver tanta gente en la calle a 40 años de un golpe me llena de alegría, una alegría de saber que somos muchos los que pensamos que es necesario caminar por la memoria, la verdad y la justicia para que nunca más haya un golpe de estado y me recuerda a mis 18 años, el día que se dio el golpe, todo lo que pasó después, recuerdo el miedo, la falta de libertad, la falta de poder encontrarnos como ahora. Esto que vemos ahora es la democracia y es un compromiso con el futuro porque creo que los Derechos Humanos son del hoy, del ayer y del mañana, todavía hay mucho derechos humanos que no se cumplieron y tenemos que trabajar para que se cumplan», aseguró a Conclusión.
Además, resaltó la memoria del pueblo rosarino: «Es una ciudad con memoria, lo vimos ayer en el monumento a la bandera, lo vimos acompañando a las madres en la plaza 25 de mayo, esta mañana en el acto en el Parque de la Memoria, es un pueblo con memoria y tenemos que seguir construyendo esa memoria porque las nuevas generaciones saben que esta es una democracia a la que todavía le falta mucho y tienen razón pero le tenemos que contar que la conquistamos con mucho dolor y con mucho esfuerzo».
Finalmente también dio su parecer respecto a la visita del presidente estadounidense a la Argentina, asegurando que si bien le parece equivocada la elección de la fecha de su visita, piensa que es positivo para las relaciones del país: «Creo que es importante que Argentina tenga relaciones con todo el mundo, fundamentalmente con latinoamérica pero con todo el mundo, que las relaciones diplomáticas son parte de lo que hay que fortalecer para impedir, justamente, que estas relaciones sean ni de sometimiento ni nada. Obviamente creo como muchos que hubiera sido mejor que la visita no sea en estos días, que se nos mezclan muchas cosas, pero me parece muy bueno que gracias a los organismos de derechos humanos se haya logrado a que el presidente Obama se comprometa a desclasificar información e inclusive saber cuál fue la participación de Estados Unidos en el Golpe de Estado».
Juntos, pero distanciados
Tal como se había anunciado en las semanas previas, las organizaciones de izquierda como el Partido de los Trabajadores Socialistas, el Partido Obrero y la Izquierda Socialista se mostraron en todo momento apartadas de las demás columnas. Entre ellos se encontraba Octavio Crivaro, referente y ex candidato a gobernador por el PTS Frente de Izquierda, quien manifestó a Conclusión los motivos de la negativa de caminar junto con banderas kirchneristas y relativas al gobierno provincial actual.
«Es una marcha que se hace desde hace muchos años, en Capital Federal en el espacio Memoria, Verdad y Justicia y ya tiene 20 años, pero hace 10 desde que desapareció Julio López, y toda a labor del gobierno de Néstor y Cristina en encubrir y tirar tierra para que no se conozca la verdad, eso determinó que distintas organizaciones encabezada por Madres de Plaza de Mayo, la Asociación de detenidos Desaparecidos y muchos organismos de Derechos Humanos de izquierda se decidan a marchar por separado, y nosotros en Rosario hicimos lo propio», explicó Crivaro.
Además, aclaró:»También repudiamos el encubrimiento en los casos de represión en los gobiernos actuales, lo denunciamos y es por eso que hoy estamos convocados a esta marcha independiente”
Finalmente, Crivaro anticipó previo al arranque de la marcha que su recorrido sería el mismo que el de la histórica, pero «distanciados». «Saldremos después con una distancia prudente para dejar en claro que no mezclamos nuestras banderas. Nosotros vamos a marchar con familiares de gatillo fácil que han tenido que soportar encubrimientos y fiscales cómplices de la represión», contó.
Fuerte intervención… demasiado quizás
En uno de los momentos más importantes de la noche, donde las madres realizaban la caminata que las unía desde la plaza 25 de mayo hasta el Monumento a la Bandera, un grupo de jóvenes artistas decidieron emplazar una representación muy gráfica del 24 de marzo.
Transformaron el piso de mármol en un gran charco de sangre, y ellos, con los ojos vendados, atados de manos, con ropa rotosa y señales de haber sufrido violencia, permanecían en el centro, expresando tristeza en sus ojos y sólo pronunciando desgarradores gritos de vez en cuando.
La puesta en escena fue tan buena que resultaba realmente impactante de presenciar; quizás, demasiado fuerte. La imagen era un golpe fuerte para cualquiera de los transeúntes, y en vista de que el piso estaba mojado y de que los participantes de la intervención no emitían palabra alguna, se debió cambiar el recorrido en el que las madres llegaron al Monumento.
