El miércoles 28 de junio a las 16.30 horas, militantes radicales realizarán un acto recordatorio y repudiando el golpe de estado al gobierno del presidente Arturo Illia frente a al busto ubicado en calle Pte. Roca y avenida Illia. Esta actividad está organizada por la Fundación Arturo Illia Rosario e invitan la Juventud Radical y la Juventud Radical Santa Fe.

Arturo Umberto Illia, nació el 4 de agosto de 1900 y murió el 18 de enero de 1983. El 15 de febrero de 1939 se casó con Silvia Martorell, con quien tuvo a sus hijos Emma Silvia, Martín Arturo y Leandro Hipólito. Fue un médico y político argentino, presidente de la Nación Argentina entre el 12 de octubre de 1963 y el 28 de junio de 1966, cuando fue derrocado por un golpe de Estado cívico-militar.

Se desempeñó también como senador provincial, diputado nacional y vicegobernador de Córdoba y en 1962 fue elegido gobernador de la provincia, cargo que el golpe de Estado contra el presidente Frondizi le impidió asumir. Fue también dirigente de la Unión Cívica Radical y de la Unión Cívica Radical del Pueblo.

Illia llegó a la presidencia de la Nación en elecciones controladas por las Fuerzas Armadas en las que se proscribió al peronismo y al comunismo, y se realizaron mientras estaba detenido el anterior presidente constitucional Arturo Frondizi.

Durante su gobierno intentó anular los contratos petroleros firmados por el expresidente Frondizi con compañías extranjeras, pero terminó por anular unos pocos acuerdos, renegociar algunos y la mayoría de las empresas siguieron produciendo. Se fomentó la industria nacional, se destinó el 23 % del presupuesto nacional a la educación (la mayor cifra en la historia del país), bajó la desocupación, disminuyó la deuda externa,​ se llevó adelante un plan de alfabetización y se sancionaron la Ley de Salario Mínimo, Vital y Móvil​ y la Ley de Medicamentos conocida como Ley Oñativia.

​Durante su gobierno también se destaca la aprobación de la Resolución 2065 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, la cual reconoce la existencia de la disputa territorial por las islas Malvinas, siendo este un elemento clave en la continuidad del reclamo argentino en la causa Malvinas.

El 12 de octubre de 1963, Arturo Illia expresaba en su mensaje de asunción presidencial “defenderemos la salud del ser humano en todos los ciclos de su existencia, con suficiente y sana alimentación, erradicando endemias y previniendo epidemias, aplicando científica y moderna medicina social, sanitaria y asistencial”.

La salud fue sin dudas una de sus grandes preocupaciones. Durante más de 30 años había ejercido la medicina en Cruz del Eje, en Córdoba. Muchos lo llamaban el “apóstol de los pobres” por su dedicación a los enfermos con menos recursos. Podía a viajar a caballo varios kilómetros para llevar medicamentos a quienes no podían adquirirlos.

Durante su gestión debió hacer frente a múltiples presiones: no solo fue presionado desde sectores del sindicalismo, las FF. AA. o partidos políticos, también supo conocer el hostigamiento de la prensa en la persona de los periodistas Mariano Grondona y Bernardo Neustadt, quienes se burlaban del presidente utilizando el apodo La Tortuga, acusándolo de endeble y débil.  

Lejos de esa imagen burlona e incierta, el entonces Presidente Illia, era un denunciante de las políticas que consideraba perjudiciales de los intereses y necesidades nacionales. Algunas de las más importantes leyes aprobadas durante su gestión fueron la ley 16.459, que sentó las bases del salario mínimo vital y móvil y la ley 16.462 sobre medicamentos (también conocida como ley Oñativia). 

Durante su breve gestión Illia impuso una política de redistribución del ingreso que benefició a los sectores más perjudicados de la sociedad e incrementó el porcentaje dentro del presupuesto nacional destinado a la educación. En este marco puso en práctica un plan destinado a disminuir el analfabetismo, alcanzando la cifra de 12.500 centros de alfabetización. La educación tuvo para el Dr. Illia un lugar de preponderancia, es por eso que el apoyo y aporte hecho a las universidades estatales permitieron cifras inéditas de graduados. 

Arturo Illia nunca aceptó cobrar una jubilación de privilegio. Falleció en su tierra adoptiva, en Córdoba, el 18 de enero de 1983, aquel lugar que lo vio luchar por sus dos pasiones, la medicina y la política; sosteniendo la coherencia de sus objetivos e ideales cívicos toda su vida. Sus restos fueron trasladados y sepultados en el Cementerio de la Recoleta junto a dirigentes radicales y militantes caídos en la Revolución de 1890. Allí se encuentran los restos de Elpidio González, Hipólito Yrigoyen y Leandro N. Alem.