El colectivo de trabajadores organizados en la cooperativa laboral, Dignidad Cartonera, perteneciente al Movimiento de los Trabajadores Excluidos (MTE) y miembro de la Federación Argentina de Cartoneros, Carreros y Recicladores, son fundamentales para la limpieza y el cuidado medioambiental de Rosario, evitando que 25 toneladas de basura vayan hacia el relleno sanitario de Ricardone o de otra localidad.

El trabajo que llevan adelante con los procesos de reciclado de materiales como cartón, vidrio, metal, y muchos otros elementos, son vitales para evitar que la urbe este más cerca de un colapso de residuos.

Conclusión dialogó con Claudia Cardozo y Celeste Sala, promotoras ambientales de la cooperativa, quienes contaron el objetivo que tienen como entidad amigable con medio ambiente rosarino.

«La organización de la cooperativa arrancó en el 2017. A lo largo de estos años se pudo conseguir un convenio con la Municipalidad, que es la prueba piloto», relató Cardozo a este medio.

En relación a la estructura de la cooperativa, la promotora ambiental contó que lucharon «varios años para poder conseguir un lugar donde podamos trabajar como planta de reciclado«.

La planta, ubicada en un galpón en Ovidio Lagos al 4100 cuenta con unos 15 trabajadores que, muchas veces no dan a basto, sobre todo en la época estival, cuando se ven sobrepasados por la producción.

 

 
 
 
 
 
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«El espacio cuando ingresa material, más en verano que es cuando más se trabaja, queda chico y necesitamos, más acompañamiento (trabajadores), pero bueno, la patria del cartonero es trabajar a pulmón y como se pueda y así estamos», apuntó Cardozo.

La especialista en la comunicación ambiental explicó que buscan revalorizar esta tarea, que es fundamental para la sociedad. «La importancia del reciclado es algo que nadie ve, pero es algo que nosotros hacemos. Hacemos los dos trabajos, o sea, el social y el ambiental, porque no se entierra toda esta cantidad de material que ustedes ven aquí y lo social es que es nuestra comida de cada día y de todos nuestros compañeros«, puntualizó la recicladora.

Por su parte, Salase refirió a la manera en que organizan el trabajo. «Hace un año que estamos trabajando. Tenemos cuatro circuitos de recolección diferenciada en distintas zonas de Rosario, uno está acompañado por la Municipalidad, el resto todavía no. Y tenemos dos turnos en la planta, hay aproximadamente 10 compañeros a la mañana, cinco compañeros en el turno tarde. Ingresa material todos los días de los compañeros del circuito y acá se hace todo el proceso para poder vender directamente a la industria«.

Al preguntar sobre la separación y clasificación del material, la responsable de promulgar las actividades de la cooperativa, explicó que «llega todo el material mezclado de lo que retiran de cada vecino y después los compañeros lo van separando, enfardándolo, clasificándolo. Es un trabajo bastante arduo el de los compañeros y viene todo bien, pudiéndolo enfardar y pudiéndolo vender colectivamente para que todos los compañeros tengan mejores condiciones de trabajo».

«Por suerte estamos trabajando bastante bien, se vende colectivamente y todos los compañeros están bancarizados, acá no se maneja dinero. Estamos muy felices de poder seguir trabajando y vamos por mucho más», concluyó Sala.