A partir del 1 de enero de 2023, más de veinte bibliotecas populares de Rosario podrían dejar de percibir subsidios debido a la reforma tributaria propuesta en la Ley 27.432 -sancionada en 2017- la cual establece que lo recaudado mediante algunos impuestos (como a las entradas al cine, juegos y cigarrillos, entre otros) dejará de destinarse a la cultura y pasará a formar parte de un fondo general.

Al respecto, la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (CONABIP) advirtió: “Está situación provocará el desmantelamiento de las políticas que promueven el desarrollo y fortalecimiento de más de 1.200 bibliotecas populares de todo el país”.

En Rosario existen 23 bibliotecas populares asociadas y reconocidas por CONABIP, mientras que otras dos son adherentes al organismo nacional. Estas instituciones perciben ingresos desde cuatro fuentes: los subsidios de CONABIP, del Gobierno de Santa Fe y de la Municipalidad de Rosario, y la cuota que pagan los socios.

Por este motivo, la quita de los subsidios de CONABIP (cuyo origen son los impuestos detallados en el artículo 4º de la Ley 27.432) podría significar el cierre para muchas de estas instituciones. En esta línea, el organismo nacional estima que el 60% de las bibliotecas populares deberán bajar sus persianas ante la falta de estos recursos.

Impuestos que se destinan a diferentes organismos, entre ellos CONABIP.

Además, la citada reforma afectará al Instituto Nacional de la Música (INAMU), Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), el Instituto Nacional del Teatro (INT), Radio y Televisión Argentina Sociedad del Estado (RTA), ENACOM, la Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual, y al FOMECA (fondo creado para proyectos especiales de comunicación audiovisual y el apoyo a medios comunitarios, de frontera, y de Pueblos Originarios).

Para conocer cómo afectará esta medida a las bibliotecas populares de Rosario, Conclusión dialogó con la presidenta de la Asociación de Bibliotecas Populares de la ciudad, María Luisa Carletti; con la integrante de la Biblioteca Popular Cachilo, Laura Alcaraz; con la representante de la Biblioteca Popular Pocho Lepratti, María José Draperi; y con la integrante de la Biblioteca Popular Casa de Luxemburgo, Fabiana Postiglione.

Reforma tributaria: ¿por qué la ley 27.432 pone en peligro a las bibliotecas populares?

Para explicar por qué los cambios que propone esta ley preocupan a los espacios culturales, Carletti explicó: “El artículo 4 de esta Ley establece que caduca el Fondo Especial que estaba destinado al otorgamiento del beneficio a bibliotecas populares reconocidas por la CONABIP. Es decir, no se elimina ningún impuesto, pero lo recaudado va a ir a una gran caja y va a estar disponible para uso del responsable de cada gestión”.

Y, para hacer referencia a la situación actual, completó: “Ahora, con la vigencia de la Ley 23.351, existe un Fondo Especial destinado al otorgamiento de beneficios directos a bibliotecas populares reconocidas por la CONABIP”.

En tanto, Draperi observó: “Con la entrada en vigencia de estas reformas, los impuestos se van a seguir cobrando, pero en vez de ir a institutos específicos, como la CONABIP, pasarían a destinarse a rentas generales, y su distribución va a depender de la Jefatura de Gabinete, que puede decidir que ese fondo vaya a espacios y proyectos culturales o no”.

Biblioteca Popular Cachilo

En esta misma línea, la integrante de la Biblioteca Popular Casa de Luxemburgo, Fabiana Postiglione, destacó ante Conclusión la importancia de derogar esta ley y desarrolló: “La vigencia de esta reforma implicaría que a partir del año que viene la CONABIP reduzca a la mitad sus recursos. Esto sería un sesgo terrible para la cultura, principalmente para las bibliotecas que dependemos de ese dinero”.

A su turno, Alcaraz indicó a este medio que actualmente “los subsidios se están entregando”, pero advirtió que la quita de los mismos “imposibilitaría el funcionamiento” de las bibliotecas populares.

¿Qué impacto tienen los subsidios de la CONABIP en las bibliotecas?

La CONABIP divide a las bibliotecas populares por categoría (A, B o C) según la cantidad de libros que tengan y las horas que atiendan, entre otros requisitos. Asimismo, los subsidios destinados a cada institución oscilan entre los $480.000 y $600.000 anuales, según la categoría.

Además, y mediante un acuerdo entre la CONABIP, el Ministerio de Cultura y las editoriales, las bibliotecas populares pueden comprar material con el 50% de descuento en la Feria del Libro, lo que les permite actualizar sus títulos anualmente.

Al respeto, Draperi indicó ante Conclusión que el año pasado la CONABIP recibió -a partir de este Fondo Especial que podría desaparecer con la entrada en vigencia de la reforma tributaria- unos 500 millones de pesos que fueron distribuidos entre las 1.200 bibliotecas populares argentinas asociadas al organismo.

Biblioteca Popular Pocho Lepratti

Tras asegurar que los ingresos por subsidios son “un porcentaje importante”, Carletti detalló: “Nuestro ingreso legítimo es el de los socios, pero la cuota no es la misma según el barrio donde está cada biblioteca. Hay algunas zonas muy complicadas por la situación económica, entonces la cuota de la biblioteca es una de las cosas que se dejan de pagar, pero las instituciones siguen abriendo las puertas todos los días”.

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En tanto, Alcaraz agregó: “Desde CONABIP tenemos dos subsidios anuales. Uno es para el sostenimiento del lugar, como los gastos de equipamiento y el pago de impuestos; y por otro lado tenemos el subsistido para la compra de libros”.

La Biblioteca Popular Cachilo -ubicada en Teniente Agneta y Virasoro- actualmente cuenta con unos 300 socios y ofrece una cuota familiar de $150 por mes y una individual de $100. “Los ingresos por fuera de estos subsidios son ínfimos, tenemos una cuota societaria muy baja. Tampoco le negamos el ingreso al socio si no puede pagar”, comentó Alcaraz.

Biblioteca Popular Cachilo

En tanto, Draperi añadió: “La biblioteca Pocho Lepratti está en un barrio popular (Tablada) y tiene sus propias características. El aporte de la cuota social es muy poco significativo para lo que es el proyecto institucional en términos económicos. En el último ejercicio percibimos, específicamente de CONABIP, unos $400.000 entre distintos proyectos y programas”.

Llamado de atención al Congreso

La presidente de la Asociación de Bibliotecas Populares de Rosario indicó ante Conclusión que la CONABIP pidió que los organismos provinciales hablen con los diputados de cada distrito para pedir la derogación del artículo 4º de esta Ley.

“Nos comunicamos de forma directa con el diputado Marcos Cleri y con la diputada Mónica Fein, a quienes les pedimos que apoyen la derogación del artículo 4 de la ley 27.432. Sabemos que se está tratando en comisión, pero todavía no tenemos resultados concretos, aunque buscan que se prorrogue por diez años la vigencia de este Fondo Especial. Si ello sale sancionado, nosotros seguiremos luchando para que ese artículo quede derogado para siempre, no queremos tirarle la responsabilidad a los que vienen atrás nuestro”, manifestó Carletti.

Además, dio cuenta de que el legislador provincial Carlos del Frade gestionó un apoyo de la Cámara de Diputados de Santa Fe, organismo que acompaña a las bibliotecas populares en este reclamo.

Biblioteca Popular Casa de Luxemburgo

Por su parte, Alcaraz fue más allá y habló de la necesidad de “impulsar y exigir la sanción de una nueva ley que defienda los recursos destinados al desarrollo de actividades culturales”.

Para que el reclamo de las bibliotecas populares tome fuerza, desde Cachilo comenzaron a juntar firmas exigiendo que el Congreso tome cartas en el asunto. En tal sentido, la representante de este espacio expresó: “Nuestra intención es seguir haciendo todas las acciones posibles para defender la cultura popular, diversa e inclusiva”.

El rol social de las bibliotecas populares

Además de ofrecer unos 25.000 títulos, la Biblioteca Popular Cachilo brinda talleres de literatura para niños de 0 a 5 años, bajo el formato de “bebeteca”; ofrece talleres de lectura para niños en edad escolar, de 6 a 12 años; y taller de lectura joven para adolescentes, a partir de los 12 años.

También hay talleres culturales, artísticos, de artesanía, guitarra, joyería, teclado, trapecio, danzas, plástica, reciclado y ajedrez, con lo que queda demostrado que las bibliotecas populares no sólo abren las puertas a la literatura, sino que también preparan a los asistentes en diferentes oficios y actividades.

Por su parte, la Biblioteca Popular Pocho Lepratti, ubicada en calle Chacabuco al 3.085 y portadora de unos 20.000 libros, también brinda talleres literarios para la primera y segunda infancia, además de ofrecer cursos de ajedrez y creación artística. Para los jóvenes, en tanto, se ofrecen capacitaciones en oficios como serigrafía, sublimación textil y encuadernación artesanal. Además, la institución realiza cada viernes una olla popular, en donde se brinda alimentos a unas 150 personas.

Biblioteca Popular Pocho Lepratti