La concejala Fernanda Gigliani (Iniciativa Popular) presentó un proyecto para que se coloquen medidores en las nuevas obras de construcción. La iniciativa tiene como finalidad visibilizar la desigualdad en torno al acceso al agua potable en la ciudad.

Mientras en los edificios del centro se llenan piscinas con agua potable, en los barrios recurren a cubas o perforaciones clandestinas. “Estamos frente a una crisis de abastecimiento de agua potable y tenemos un diagnóstico que muestra un aumento de la construcción en la ciudad muy intensiva desde el año 2005 al 2018. Tenemos datos oficiales que se han emitido cerca de 2.583 permisos de edificación para nuevos edificios”, sentenció la edila Gigliani en diálogo con la prensa.

El 90% de esos permisos de edificación se centraron en el distrito centro, “justamente donde es el radio antiguo, el centro y el macrocentro, donde seguimos teniendo la infraestructura del siglo XIX. Por algo tenemos 400 corralitos más o menos en este sector, es decir que esta infraestructura ha colapsado”.

Ante el notable crecimiento de la construcción edilicia, “es necesario que avancemos hacia un mayor control y racionalización del recurso agua. Para esto, desde el Concejo creemos que tenemos una incidencia directa porque es la intendencia y el Concejo quien habilita nuevas urbanizaciones y proyectos edilicios. Por ello, vamos a insistir con una normativa que obligue a las nuevas construcciones, a la instalación de micro-medidores en cada una de las unidades y en los edificios ya construidos”.

La iniciativa de la concejala busca generar una mesa de trabajo conjunta con la presidenta de ASSA (Aguas Santafesinas S.A), el ENRESS (Ente Regulador de Servicios Sanitarios), la Cátedra del Agua, los organismos de consumidores y usuarios, y los que nuclean también a las empresas constructoras y a los desarrolladores urbanísticos de la ciudad.

Presentamos una modificación de ordenanza vigente, donde le pedimos al intendente que se abstenga de enviar al Consejo Municipal cualquier urbanización o cualquier proyecto edilicio si no viene con la factibilidad de las empresas, en este caso de ASSA”, manifestó la edila.

Para finalizar Gigliani reflexionó que: “hoy tenemos varias fotos que se dan de forma paralela, gente que tiene que hacer perforaciones clandestinas para poder abastecerse de agua, vecinos que se levantan a las 3 de la mañana para poder llenar botellas para poder consumir agua durante el día, o lavar su ropa a las 3 de la madrugada. Tenemos gente que está abastecida por cubas, como en la época de la colonia, y paralelamente a esto tenemos un montón de edificios, no solamente en el área central, sino en otros lugares, que tienen piletas y que se llenan con agua potable”.