El impacto de la crisis económica pronunciada en la Argentina, potenciada y profundizada en los últimos tres meses tras la asunción del gobierno de Javier Milei, sumado a la emergencia en seguridad que experimenta y padece Rosario, están dejando huella en las reservas hoteleras de cara a Semana Santa. En ese sentido, varios referentes del rubro advierten de una fuerte caída en la demanda para este fin de semana extra largo.

Los bolsillos cada vez más devaluados de los argentinos, producto de una recesión feroz, con una inflación que devora el poder de compra, sumado a la evidente preocupación que genera en los turistas el actual contexto de violencia asociada al crimen organizado, constituyen un panorama desolador para una ciudad que fue hasta hace poco tiempo uno de los principales atractivos turísticos del país en esta fecha. A espera de que llegue, las señales previas no son alentadoras.

En ese sentido, en diálogo con Conclusión, Sergio Gómez, vicepresidente de la Asociación Empresaria, Gastronómica, Hotelera y Afines de Rosario y dueño del hotel Ariston, informó acerca de como vienen las reservas hasta el momento: «Lamentablemente no están como otros años. Rosario siempre ha sido la primera opción después de las vacaciones de enero de las familias. La ciudad está bien, está funcionando, pero notamos que hay una baja importante a partir de diciembre, que tiene que ver un poco con la cuestión más de contexto macro y también por las cosas que han pasado en el destino recientemente».

Consultado sobre si la violencia ha afectado a la gente que en su momento venía y ahora decide no venir, indicó que «sí, respecto a esto hay dos análisis que hacer. Por un lado, se está achicando la franja del segmento que puede viajar, las familias o el que elige viajar hoy le cuesta mucho más. Por otro, el segmento que más está afectado es el segmento de ocio, yo creo que a la hora de tomar la última decisión de poder viajar, lo consulta y lo habla».

«Nosotros hace ya unos años hablamos de impacto, indudablemente no es lo esperado. El año pasado estuvo el efecto Rocuzzo, justo para esa época del atentado contra el supermercado nos pasó igual, fue un golpe mediático sobre todo. Estamos con un destrato mediático a nivel nacional, los medios nacionales nos están golpeando y eso es más duro que en realidad lo que está pasando en la ciudad, que perfectamente se puede circular, eso ha afectado», agregó.

«En los últimos diez años, Rosario siempre tuvo un nivel alto en Semana Santa, la expectativa es poder recuperarlo en los próximos feriados, cuando esto se ordene un poco», sostuvo a modo de esperanza para el resto del año.

Respecto a cómo consulta la gente antes de venir, informó que «hoy es prácticamente todo por Whatsapp o vía digital, cuando la decisión está tomada la gente viene. Es más, el viajero que viene a Rosario repite como el de familia, ya ha venido, lo conoce. El primer viajero si consulta o directamente no viene, pero hoy por hoy es muy diverso el nivel de consultas que hay».

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También se le consultó si el sector pudo recuperarse del efecto pandemia, a lo que respondió: «No, lo que ocurrió en el sector es que es una actividad altamente demandante, muy exigente, con una vara muy alta en términos de inversión permanentemente, necesito wifi, tecnología, servicios, etcétera. Mantener los establecimientos de esta escala son costosos, hablando de hotelería, entonces el post pandemia nos permitió recuperar, el turismo de ocio se recuperó rápidamente, hubo niveles importantes, nos permitió hacer algo de lo que estaba trazado en términos de inversiones».

«Ahora estamos entrando a una mini pandemia regional por esta situación, es una especie de tobogán», concluyó.