Los vecinos del barrio Empalme Graneros reclaman al municipio la realización de un nuevo bacheo y la revisión de las obras que se realizaron de cloacas, debido a los problemas que esto está generando a la zona.

Empalme Graneros es un barrio rosarino que ha sufrido a lo largo de la historia muchísimos flagelos y detrimentos a nivel social, desde inundaciones hasta basurales extremos, y falta de cloacas y agua potable.

La Vecinal Empalme desde hace unos años se propuso organizarse mancomunadamente y de forma colectiva, por lo que están atentos a cada una de las problemáticas que suceden en el barrio. Conclusión dialogó con el presidente de la misma, Osvaldo Ortolani, quien contó sobre algunos de las necesidades que tiene el barrio.

 

«El 95% del barrio no tiene cordón cuneta. Hace 25 años se hizo el trabajo provisorio y no se hizo nunca más el trabajo que se tiene que hacer. Las calles de todo nuestro barrio están en estado deplorable y no se puede transitar. Y aquí nos encontramos en la arteria principal del barrio Empalme Graneros, que es la calle Juan José Paso y que se angosta desde la altura 2000 hasta la 2300, y que además de eso, cuando se hace la cloaca no se termina como se tiene que hacer y es un continuo desastre», comentó Ortolani.

Luego, agregó: «Cuando llueve se llena todo de agua y ocurren cantidades de accidentes de gente que esquiva los baches. Aquí estamos en un negocio importante del barrio y los días que llueve les salpica toda la entrada, no pueden trabajar así, hay una escuela cerca. La realidad es que estas tres calles de una arteria principal del barrio están totalmente abandonadas».

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El representante de los vecinos comentó que también «hay aguas servidas sobre el cordón, seguramente hay alguna cloaca tapada y no han venido desde Aguas a destaparla«, y que, en relación a los reclamos, estos «son permanentes«, ya que «es intransitable y acá pasan miles de autos por día, tres líneas de colectivos. Muchos accidentes ocurren porque el que viene de la mano contraria quiere esquivar el pozo».

«Acá tenemos problemas en la arteria principal y en cada una de las calles aledañas, las cuales están llenas de bache y de agua«, dijo un comerciante del barrio.

Un vecino que estaba en la parada de colectivos mencionó que «las personas que están esperando el colectivo deben irse 50 metros sobre la vereda para poder hacerlo, es un drama. En el pozo ya se ven los adoquines, imagínense«.

En relación a cómo sigue la situación de reclamo sobre la problemática del barrio, Ortolani concluyó: «Una vez a la semana, hacemos cola y esperamos en una repartición pública. A veces nos cansamos de ir. Siempre nos dicen lo mismo, que ya va a ser, que no hoy no hay dinero, la otra semana vamos a ver pero, como diría Argentino Luna, mi poncho no aparece».