No es muy común que los máximos referentes de la iglesia católica indaguen y emitan opinión sobre temas que puede generar controversias dentro y fuera del ámbito cristiano.

Francisco, el Papa argentino, rompió con ese protocolo que caracterizó al poder cristiano, de mantener “puertas adentro” algunos temas que solían ser controversiales o podrían perjudicar la relación con los feligreses.

Durante la entrevista que le realizó el periodista que conduce el programa Salvados que se emite por el canal de cable español La Sexta, Jordi Évole, el Sumo Pontífice habló de temas variados que incluyeron la situación de los migrantes, la pobreza y el capitalismo, habló sobre las trabajadoras sexuales, la guerra, la venta de armas, la situación en Venezuela, entre otros.

“Las redes sociales son una bendición siempre, ayuda mucho, pero también pueden ser una fuente de alienación o simplemente una lluvia de noticias no objetivas o medio objetivas y te crean una confusión muy grande, o sea, está lo bueno y lo no tan bueno en las redes sociales, como todas las cosas”, con estas declaraciones sobre el uso de teléfonos móviles y las redes sociales inicia la extensa entrevista.

Uno de los primeros temas que trato el periodista con el Santo Padre, fue sobre la situación critica que sufren los migrantes y que hasta ahora ha generado la pérdida de más de 35 mil vidas en el Mar Mediterráneo. El Papa dijo que “no entiendo la insensibilidad, no entiendo la injusticia que hace que una persona emigre buscando mejorar y la injusticia de quien le cierra la puerta, la actitud fundamental es el corazón abierto para recibir al que está necesitado, ese migrante que tiene otro tipo de necesidad, ¿no es cierto? El humano tiene que tener el corazón abierto respecto al otro. El primer paso es recibir, el segundo es acompañar, el tercero es promoverlo al migrante y, para integrarlo, el cuarto paso. O sea, recibir, acompañar, promover e integrar, si no se dan estos cuatro pasos, el recibir es incompleto: lo recibís y lo dejás en la calle y sigue siendo migrante explotado”.

Francisco señalo que “Europa se olvidó cuando después de las guerras sus hijos iban a golpear las puertas de América, se olvidó” haciendo referencia a la actitud que toma frente a los migrantes que llegan a los diferentes países que la conforman, y mencionó: “la madre Europa se volvió demasiado abuela. Se envejeció de golpe”.

El periodista de La Sexta, buscando la razón de las olas migratorias preguntó al Papa si el sistema económico que domina al mundo, el capitalismo, es la causa de la pobreza y de consecuencia de la migración. El Pontífice afirmó que, “en líneas generales, sí. Cada vez hay menos ricos con mucha plata y cada vez hay más pobres con muy poca plata. Ese es el reloj de arena acostado”. El Papa precisó que una “economía de mercado sola”, no es buena, pero si una “economía social de mercado” puede andar. Ya que esto, dijo el Pontífice, crea las guerras por la posesión de las riquezas, las guerras, sean internacionales, sean nacionales. “Sostengo que estamos ya en una Tercera Guerra Mundial a pedacitos, por el hambre, por la explotación, entonces, una persona huye, se hace migrante por huir de la guerra, huir del hambre, huir de la muerte en alguna de esas dos formas”.

El pontífice también defendió “promover a la mujer en la Iglesia”, lo que significa “escucharla y darle funciones. Una dimensión que no tenga feminidad en la Iglesia hace que la Iglesia no sea Iglesia”.

Aprovecho, además, para rectificarse de alguna manera por su frase de “el feminismo es un machismo con faldas” y dijo que “la frase correcta es: todo feminismo puede correr el riesgo de transformarse en un machismo con faldas”.

El papa Francisco habló también sobre las trabajadoras sexuales. Señaló que «una cosa es una mujer que quiera ejercer la prostitución porque le gusta y otra cosa son las chicas esclavas». Dice que la prostitución «es una opción libre para ganar dinero o lo que sea» pero califica de «tremendo» la trata de personas: «La esclavitud de las chicas es de terror».

El pontífice critica el tráfico de mujeres migrantes a las que «traen en avión engañadas y las dedican a la prostitución»: «Es de terror».

Preguntado por Évole sobre si respeta a las mujeres que libremente optan por practicar la prostitución, el papa asegura que respeta «a todas las personas»: «Cada uno es señor de sus decisiones. Y eso merece respeto».