Por José Odisio

Las elecciones en el Parque fueron una muestra de democracia digna de destacar y el resultado final con Eduardo Bermúdez como presidente no debería sorprender a nadie. Ganó el Movimiento Rojinegro Querido en una contienda reñida donde Luis Facciano, con un grupo de empresarios y bastante militancia, y Daniel Giraudo, con su carta de Claudio Vivas y el apoyo de la Faustino González, estuvieron muy cerca.
Y las lecturas que deben hacerse del triunfo de Bermúdez son varias. No es fácil entender al socio, por eso se explica que una agrupación que hace un mes y medio no existía hoy aparezca como justa triunfadora. Es cierto que La Causa, agrupación que encabeza el elegido secretario Tiky Martínez, desde hace un tiempo participa de la vida política del club, pero a la luz queda que la mayor afluencia de votos tienen que ver con la presencia como presidente de Bermúdez, que con mucha inteligencia se mostró en la campaña como ‘un hombre de fútbol’.
La gente está preocupada por el fútbol, por eso Giraudo apareció con fuerza en los últimos días a partir de la presencia de Claudio Vivas. Y ahí sacó diferencias Bermúdez, quien prometió poner su oficina en Bella Vista y esta semana comenzar a traer refuerzos, más allá de que Tacuara Cardozo, a quien nombró en su campaña, no parezca ser una posibilidad inmediata.
Un riesgo que asumió la agrupación fue mantener a Diego Osella. Sin dudas que la continuidad del actual DT no le sumó votos, pero le permitirá comenzar a trabajar ahora mismo, con pretemporada organizada y un conocimiento del plantel amplio. La contra de Osella tiene que ver con los resultados, si Newell’s no arranca bien las críticas serán inmediatas para la nueva dirigencia por mantener al entrenador, pero es un riesgo que prefirieron asumir.
Desde una observación imparcial, uno se podría preguntar si esta crisis futbolística e institucional provocó adelantar elecciones, por qué ganó la lista que no cambiaba el técnico, ni el coordinador de inferiores, que no prometía auditoria a los que se van y de alguna manera dejaban en claro que «no estaba todo tan mal». La respuesta es complicada, podría sumarse a Martín Mackey como una carta fuerte, o a Martín Giuseponni que promete acercar al mundo Messi, pero la realidad es más simple, el socio pensó que «Bermúdez sabe de fútbol» y con eso alcanzó.