En julio de 2018 el economista estadounidense Michael Hudson predecía las consecuencias que tendría la economía argentina tras la vuelta al Fondo Monetario Internacional (FMI). A pocos meses de la negociación del mayor préstamo de la historia del FMI, Hudson recordaba la crisis del 2001 como consecuencia de las severas medidas que impone el organismo internacional sobre los países denominados emergentes. Un análisis claro y premonitorio de lo que ocurrió luego en Argentina. Leé la entrevista completa:

Paul Sliker: Michael Hudson bienvenido de nuevo al ‘boletín informativo Hudson’.

Michael Hudson: Contento de estar de vuelta. Muchas cosas han pasado desde que estuve aquí hace unas semanas.

Paul Sliker: Michael, recientemente Argentina ha acordado un préstamo de 50 mil millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional. Es el mayor préstamos concedido por el FMI en su historia. Supuestamente tiene una duración de 36 meses. Argentina comenzó las conversaciones con el FMI en el último mes, tras tres subidas del tipo de interés por parte del banco central. A pesar de aumentar el coste de endeudamiento por encima del 40%, no pudieron parar la caída del peso, que se ha depreciado un 25% contra el dólar en lo que va de año.

Este acuerdo nos retrotrae a una historia oscura del FMI para la mayoría de argentinos con su importante papel durante la devastadora crisis económica de 2001-2002. Como de costumbre el FMI impuso severas medidas de austeridad. Así que la decisión de argentina de volver al refugio del FMI ha causado grandes protestas en el país durante las últimas semanas.

A pesar de ser el mayor préstamos en la historia del FMI, no hemos oído nada en la prensa estadounidense, excepto en los habituales sumarios financieros. No hay ningún análisis político o económico, ni siquiera en la izquierda.

Antes de que nos metamos en el gigantesco acuerdo con el FMI –tú eres uno de los mayores expertos sobre préstamos del FMI y del Banco Mundial. Cuando estábamos en el departamento de análisis económico del Banco Chase Manhattan eras el especialista sobre balanza de pagos y tu tarea era establecer la capacidad de pago de Argentina, Brasil y Chile. Para dar al público una pincelada sobre el contexto histórico a lo que está pasando hoy, ¿puedes hacer un repaso de la historia de la última crisis económica argentina a comienzos de los 2000 y del papel que jugó el FMI?

Michael Hudson: La razón por la que no oímos demasiado sobre Argentina o los problemas de deuda de otros países del tercer mundo es porque ya practimente nadie estudia la balanza de pagos (BdP). No hay cursos sobre la contabilidad de la balanza de pagos ni sobre contabilidad nacional en las universidades de Estados Unidos. Los propagandistas de derechas de la escuela de chicago Chicago continúan diciendo que si la moneda de un país se deprecia es porque los precios están subiendo. Pero eso revierte por completo la causalidad. Para países deudores como Argentina o otros países de Latinamércia la balanza de pagos no está relacionada con los precios domésticos, los salarios del país o el coste de producción. La balanza de pagos y por lo tanto el tipo de cambio se hunden por el pago de la deuda.

La deuda se paga a través de la Cuenta de Capital. Políticamente, la deuda pública denominada en dólares es emitida para cubrir el déficit comercial que resulta de factores estructurales i.e. como por ejemplo su conformidad con no producir producir sus propios alimentos e importarlos de los EEUU y dejando que EEUU invierta en estos países sin pagar impuestos. Estos son factores estructurales que no tienen nada que ver con los salarios o los precios.

Argentina es el modelo a seguir para aquellos países que han arruinado su economía. Su oligarquía depredadora de derechas se las ha arreglado para llevar a su país de ser uno de los más prósperos a finales del siglo XIX a uno de los más pobres y endeudados. Es un problema político. Pero la oligarquía culpa a los trabajadores y dice que se les tiene que pagar menos.

En 1990 ayuda a crear el primer fondo de bonos soberanos del Tercer Mundo. Lo crearon Scudder, Stevens & Clark. En aquel tiempo, en 1989-1990 Argentina pagaba 45% en sus bonos públicos. Brasil paga lo mismo. Imagínate: 45% al año. Eso dobla el dinero invertido en dos años. Ningún país puede pagar eso por demasiado tiempo. Pero era claro la dictadura argentina -reforzada y apoyada por el programa estadounidense para matar a todos los líderes obreros, partidarios de reformas agrarias y profesores de izquierdas –continuaría por pagar por lo menos durante 5 años. Así que ese era el tiempo de duración del fondo.

A pesar de esos altos tipos de interés no fuimos capaces de vender los bonos del fondo a ningún americano o europeo. Pero Merril Lynch, que suscribió los bonos del fondo, vendió todas sus participaciones en Latinoamérica. El fondo fue organizado por la Compañía de la Indias Occidentales Holandesa, una firma extranjera de la cual los americanos no podían comprar bonos.

Así que, ¿quién lo compró? Los inversores de esos bonos fueron las familias ricas de Brasil y Argentina. Creo que he comentado esto en este mismo programa en alguna otra ocasión. La deuda externa de Argentina estaba en posesión, casi enteramente, en manos de la oligarquía nacional argentina –la clase de los muy ricos-. Cambiaron su dinero a dólares comprando los bonos porque sabían que iban a conseguir unos intereses muy altos.

Esta es la oligarquía que continúo la estela del golpe americanochileno de 1973 que asesinó a Allende e instaló en el poder a Pinochet. Los EEUU organizaron asesinatos en masa y impusieron una campaña del terror por toda Latinoamérica. En Argentina se llamó ‘la guerra sucia’. Los americanos llegaron e aplicaron los principios económicos de la escuela de Chicago: que la única solución si quieres tener un mercado libre es estar dispuesto a asesinar a los líderes obreros, partidarios de la reforma agraria y a los profesores universitarios. Decenas de miles de reformistas argentinos fueron torturados y matados para poner la monarquía en el poder y recortar impuestos a las rentas altas. Sus leyes impositivas hacen que Donal Trump parezca un moderado. Y como casi todas las élites financieras, tomaron el dinero y escaparon poniendo el dinero en bonos argentinos denominados en dólares. Políticamente denunciaron a los tenedores de bonos Yankees por forzarles a pagar unos altos intereses del 45% al año haciendo devaluar su moneda, pero las familias ricas eran al fin y al cabo los verdaderos “Yankees” que recibían el pago de intereses. ¡Los verdaderos Yankees americanos ni siquiera confiaban en los argentinos!

Cuando Scudder fue allá y habló con los inversores americanos en 1990, le dijeron que los políticos argentinos eran unos ladrones y que ellos no iban a invertir en una cleptocracia cuya única intención era engañarnos como engañaban a su propia gente.

Ahora, avanzando rápidamente hasta 2001. El FMI llegó y siguió las indicaciones del Departamento de Defensa y el Departamento de Estado de los EEUU para apoyar a la oligarquía y a sus terroristas. La CIA temía que de no hacerlo Argentina podría convertirse en una democracia al tiempo que la oleada de imposición del “libre mercado” venía a su fin.

El personal del FMI vio que era obvio que Argentina no podía endeudarse más. A pesar de ello, prestaron a Argentina tanto dinero como fuera necesario para que los ricos argentinos pudieran tener un tipo de cambio suficientemente alto como para poder sacar su dinero del país y convertirlo a dólares. Fue un gran subsidio para la fuga de capitales fuera de Argentina y convertido en deuda argentina denominada en dólares.

Cualquier análisis realista de la balanza de pagos habría demostrado que Argentina no podía pagar su deuda externa. El personal del FMI sabía que el dinero estaba siendo robado y sacado del país. Era como si le prestasen dinero a Ucrania. No era un error, esa era su característica por diseño. El FMI estaba tan cabreado que durante la próxima década su lema fue “No más Argentinas”.

Ya en 1965, cuando trabajaba en Chase Manhattan, hice un análisis de la balanza de pagos argentina y de su capacidad para pagar su deuda. Mi trabajo fue calcular cuánto era capaz Argentina de tomar prestado en moneda extranjera. Primero calculé su capacidad exportadora y sus necesidades importadoras. Aceptaron comprar productos americanos y así volverse dependientes. Descubrí que Argentina ya estaba pagando toda la deuda que podía por lo que no podía permitirse endeudarse más. Por al menos medio siglo ha estado claudicando.

El FMI debería haber realizado el mismo análisis, pero el comité elegido por los EEUU desautorizó a su propio equipo. Era como si operasen desde un sótano del Pentágono e hiciesen todo lo que se les decía. Así que el FMI prestó el dinero para apoyar a la oligarquía y a la fuga de capitales. Esto es básicamente lo que EEUU y el FMI hicieron también en Rusia.

Cuando Argentina emitió bonos denominados en dólares americanos, firmó un acuerdo un tanto ambiguo diciendo que debía tratarse a todo el mundo con ecuanimidad. Como sabes, mi libro Killing de Host contiene un capítulo sobre la deuda externa argentina. La mayoría de los tenedores de bonos aceptaron cancelar parte de la deuda hasta un nivel que de manera realista pudiese ser pagada. Pero hace algunos años un juez de EEUU casi senil sentenció a favor de los fondos de inversión diciendo que ‘ecuanimidad’ significa pagar la totalidad, invalidando el acuerdo de cancelación. El juez Griesa dijo que una deuda es una deuda, incluso cuando la mayoría de argentinos la habían cancelado. Así que los fondos buitres se pusieron las botas.

El resultado es que Argentina está hoy atrapada como Puerto Rico, Grecia o Ucrania. No puede pagar su deuda externa, así que los tenedores de bonos retirando sus bonos y la moneda se está desplomando. La razón no es porque estén importando más, y ciertamente no es porque los salarios son muy altos. De hecho los salarios son muy bajos porque, como he dicho, la policía estatal asesinó a los líderes obreros.

El FMI determina las condiciones de sus préstamos: no puedes dar poder a los sindicatos y tienes que privatizar la industria (lo que quiere decir, vendérsela a los EEUU y otros inversores extranjeros). Debes retornar a la guerra de clases para la venganza. Así es como hemos llegado a la situación en la que el FMI prestó tanto dinero como fuese necesario para que las familias ricas argentinas puedan cambiar sus pesos por dólares. Esa fuga de capital deja al país vacío y corto de dinero. Esa es la verdadera filosofía del “libre mercado” del FMI.

La situación va a empeorar en los próximos meses, no solo para Argentina sino también para otros países de Latinoamérica. El principal problema es que en los EEUU la Reserva Federal está subiendo los tipos de interés. Están preocupados con el pleno empleo y su trabajo es mantener los salarios bajos. La Reserva Federal piensa que la manera de mantener los salarios bajos en los EEUU es subiendo los tipos de interés para espantar nuevas inversiones y la creación de empleo, excepto al salario mínimo o niveles irrisorios.

Subir los tipos de interés en los EEUU significa que el tipo de cambio del dólar contra otras monedas sube. Ahora se necesitan más pesos o otra moneda del tercer mundo para pagar la deuda externa. Eso significa que los demás países se encontrarán de repente debiendo más por su deuda externa. Esa es otra razón por la que el capital privado está volando de Europa, Latinoamérica y Asia y yendo a los EEUU. Los inversores pueden hacer más dinero seguro comprando bonos del gobierno de los EEUU que de cualquier otro modo, porque el sistema financiero internacional está muy endeble ahora mismo.

Es por eso por lo que tenemos una curva de rendimientos invertida en los EEUU: las tasas de interés a corto plazo son más altas que las de largo plazo porque los ahorradores (a.k.a. el uno porciento de aquí y del extranjero) están poniendo su dinero en líquidos pagarés del Tesoro de los EEUU.

Si la Reserva Federal sigue con su política de subir los tipos de interés, esto forzará a la banca rota a buena parte de los países que deben deuda externa denominada en dólares, porque la moneda fuerte se volverá aún más cara en relación con las monedas débiles de los países deudores.

Paul Sliker: Como has mencionado anteriormente, es alucinante que para el FMI el término “nunca más otra Argentina” se convirtiera en su lema hace unos años y fuera de hecho citado por los economistas de la sección europea del FMI cuando dejaron la institución tras el terrible préstamo a Grecia. El FMI reconoció que la deuda argentina era impagable. Para ser un poco más claros sobre lo que crees que ocurrirá esta vez con este nuevo préstamos de 50 mil millones, ¿están simplemente rescatando a los especuladores de bonos argentinos?

Michael Hudson: No solo a los especuladores, también a la oligarquía nacional tenedora de bonos, a los latifundistas y a los propietarios de empresas. Los ricos argentinos que trabajan con bancos extranjeros quieren poner su dinero fuera del país, en otra moneda que no sea el peso. Saben que el juego se ha acabado y que es momento de coger su dinero y escapar.

Paul Sliker: Solo por aclarar aún más en comparación con la situación de 2001-2002, ¿qué va a sucederle al pueblo argentino esta vez?

Michael Hudson: Lo mismo que al pueblo griego o al de Puerto Rico. Muchos tratarán de emigrar. Algunos se suicidaran. Y la esperanza de vida se acortará.

El escenario de referencia es lo que ocurrió en Rusia bajo el neoliberalismo de los 90. No hay demasiado que la gente de Argentina pueda hacer porque su Presidente básicamente trabaja para el sistema bancario de los EEUU y ha dejado que el FMI ponga bajo presión a su país. Ha detenido los subsidios nacionales a la gasolina, el petróleo y el gas para los productores nacionales. Básicamente está haciendo desaparecer los subsidios en general. Es un programa clásico de austeridad neoliberal.

Argentina está siguiendo el programa de Donal Trump para equilibrar el presupuesto público recortando en programas sociales. La razón por la que el caso argentino debería ser interesante para tu audiencia es que se parece al futuro de los EEUU. Los que está ocurriendo en Argentina es lo que Donal Trump –y antes que él, el Presidente Obama- quieren hacer con la economía de los EEUU.

Paul Sliker: Esa es justamente la pregunta que te quería hacer. Según nos acercamos al final, Michael, quizá puedes desarrollar un poco más esto. Creo que se cree en general que durante décadas el tema principal en Latinoamérica es que la política económica y exterior americana es utilizar al FMI y al Banco Mundial para apoyar a sus acreedores, los inversores extranjeros y la privatización. Pero, ¿por qué debería a la gente preocuparle aquí en EEUU? Sé que habías empezado a explicar eso, pero ¿puedes profundizar un poco más en este tema?

Michael Hudson: lo que realmente está en juego aquí es si todas las deudas deberían ser pagadas o no. Creo que debería haber una ley internacional que no obligase a ningún país a pagar a los ricos del uno por ciento, especialmente a una clase acreedora que prefiere mantener su riqueza fuera del país en moneda extranjera. Ningún país debería estar obligado a pagar a sus tenedores de bonos si el precio a pagar significa austeridad, desempleo, decrecimiento de la población, emigración, incremento de la tasa de suicidios, abolición de los estándares de salud pública y venta de los monopolios públicos. Para empeorar las cosas aún más, las privatizaciones demandadas por el FMI y el Banco Mundial, por ejemplo, harán aumentar mucho los precios de los servicios públicos, el transporte, el agua y las telecomunicaciones.

Debe existir el principio de que la población de un país debe estar por encima de los inversores extranjeros. Pero los principios del FMI, el Banco Mundial y los EEUU son justamente lo opuesto, es decir, que ningún país puede poner sus intereses por delante. Por el contrario, a cada país se le ordena poner los intereses de los acreedores internacionales por delante, incluso cuando el coste es el empobrecimiento, la dependencia, la pobreza masiva y la desindustrialización. Esto es lo que la globalización significa hoy en día. Es una imposición a escala mundial de la guerra de clases por parte de los acreedores del uno por ciento contra la clase obrera y los endeudados del 99% y sus gobiernos.

Esta locura ya fue rechazada hace ya 2000 años. En el libro primero de La República de Platón, encuentras a Sócrates argumentando contra la idea de que todas las deudas deban ser pagadas. Se pregunta que ocurriría si tomas prestado un arma de un loco y te la pide de vuelta. ¿Debes entregarle un arma si es probable que te vaya a hacer daño?

Esto aplica a todos los acreedores en general: ¿Debes pagar tus deudas si los acreedores van a usar su dinero para empobrecer a la población y reducir a la gente a la servidumbre por deuda? Eso es sobre lo que trata La República. Todavía estamos lidiando con este mismo problema 2400 años después.

El problema es: ¿qué es más importante, el bienestar de la gente o los acreedores?