Por David Narciso

El gobierno nacional terminó abril con los peores números desde que asumió en diciembre de 2015. La aprobación de la gestión está en niveles bajísimos y afectó directamente la imagen del presidente Mauricio Macri.

La inflación está al tope de las preocupaciones ciudadanas, por encima de la seguridad pública. Son mayoría los que no ven progresos en la situación económica y los que creen que el año próximo su situación personal habrá empeorado. Como sostiene el consultor Hugo Haime, en medio de semejante tormenta la fortaleza del gobierno es política: todavía se nutre del antikirchnerismo y del enorme espacio vacío que hay en la oposición.

La increíble intervención al Pj nacional apuntala ese escenario porque desordena al único espacio capaz de plantear una alternativa y le da tiempo a Macri para tratar de llegar a alguna orilla en la que hacer pie. Sin embargo, una encuesta nacional obtuvo como resultado igual cantidad de consultados que para 2019 quieren una opción distinta al macrismo y el kirchnerismo que de adherentes al gobierno.

Sin sacar decisiones apresuradas, pueden interpretarse esos números, descriptos en detalle más abajo, como una señal del crecimiento de desilusionados con Cambiemos, un núcleo de opinión ciudadana que se va afianzando a la espera de que se arme algo enfrente distinta al kirchnerismo. Las encuestas coinciden en que la caída arrancó en octubre del año pasado, apenas finalizadas las elecciones. No la revirtieron los anuncios de baja de pobreza y desocupación (la mayoría dice no creer que sea cierto) ni los datos de crecimiento económico. La crisis cambiaria de la semana pasada sólo empeora las cosas, porque de nuevo presionará sobre la inflación, el bolsillo y la economía general.

Aquí algunos de los malos números que preocupan al gobierno. La duda es si se trata de una caída presupuestada y controlada o, como otras variables, se le fue de las manos.

La economía

En el último trabajo de la encuestadora Analogías (3.985 casos en provincia de Buenos Aires, estos días circuló en varios medios nacionales) el 83,9% de los consultados dijo que el ajuste tarifaras de servicios públicos le impacta mucho o bastante (51,6 +32,3%). Y el 76,2% se manifestó a favor de congelar las tarifas.

Con respecto a las expectativas de inflación de este año, 33,8% de los bonaerenses donde gobierna el oficialismo cree que cerrará por encima de 30%; 23,4% dijo que se ubicará entre 25 y 30%; y 21,9 de los consultados cree que será entre 20 y 25%.

Cuando preguntó ¿Cómo cree que estará la economía en 2018? 34,9 dijo que estable, 32,1% recesión; 20,8% que crecerá.

En la encuesta nacional de la consultora Synopsis, sobre 1.416 casos en todo el país, el 33,9% manifestó que su principal preocupación es la inflación (desde septiembre pasado el aumento de este indicador es constante); 17,7% corrupción y desocupación; y 13,1 inseguridad.

La consultora Trespuntozero obtuvo datos en el mismo sentido en su encuesta nacional sobre 1.632 casos: la inflación está al tope de las preocupaciones (21,7%), la inseguridad aparece en segundo lugar (19,4) y le sigue corrupción.

Cuando Synopsis preguntó ¿Cómo cree que es la situación económica con respecto a 2017: 52,4% contestó peor; 24,9 igual y 17,5 mejor. La perspectiva con respecto a cómo será dentro de un año: 46,7% dijo peor; 17,9 igual y crece la idea de que va a ser mejor: 28,8%.

Sobre cómo veía su situación personal, 57,3% de los encuestados dijeron peor; 32,5 igual y 9 mejor. Sobre la situación personal a un año, los que creen que estará peor baja a 40,7; que estará igual 25,9 y mejor el 23,2. La esperanza pareciera seguir siendo una carta a favor del gobierno.

Imagen

La imagen del presidente se desplomó en los últimos 6 meses según la evolución medida por Analogías en la provincia gobernada por María Eugenia Vidal (la imagen de la mandataria mantiene imagen positiva de 60,4% según el mismo sondeo).

Sin embargo, no ocurre lo mismo con Macri: del altísimo 58,3% de imagen positiva en octubre de 2017 (cuando asumió en diciembre de 2016 era 51,6%) se derrumbó a 46,6%. A la inversa, la imagen negativa trepó desde 39,7 hace seis meses a 52% hoy.

La imagen de la gestión reunió un 57,5% de bonaerenses que la desaprueba contra una aprobación de 30,7%. Por grupo etario, los mayores de 60 son los que muestran mayor conformidad. Este dato en promedio se verifica en todas las encuestadoras: el apoyo al gobierno crece a medida que es mayor la edad.

La encuesta nacional de Synopsis coincide en el importante crecimiento de la imagen negativa y una fuerte caída de la positiva: 43,3% se expresó por negativa (en noviembre era 30,3%); 34,3% positiva (51,6%) y un 20,9 por regular (15,4%).

En el trabajo nacional de Trespuntozero la valoración mala + muy mala reunió el 51,6% de las opiniones, contra 42,7% de buena + muy buena.

Corrupción

Trespuntozero preguntó por la corrupción en el gobierno. Sobre la figura de Macri 40,6% dijo que es bastante o muy corrupto y el 48,4% que es poco o nada. Al consultar por el entorno del presidente los números se modifican: 54,5% dijo que es bastante o muy corrupto y 31,9 poco o nada.

Pobreza y desocupación

El 60,6% de los bonaerenses consultados por Analogías no cree que sea verdadero el anuncio del gobierno nacional de que bajó la pobreza. 25,5% cree que es cierto y 14,2 dijo no saber. El dato es revelador porque pega de lleno en lo que el gobierno llama “el sinceramiento estadístico”, uno de sus principales caballitos de batalla.

Más aún, 55,4% cree que la pobreza es mayor que en 2015, el 21,6% que es igual y sólo 17,3% que es menor.

También mandan los incrédulos sobre baja de la desocupación. 52,8% de los bonaerenses consultados creen que es mayor; 21,8% que es igual; 17,7 que es menor.

El futuro

Cuando, Trespuntozero preguntó ¿Cuál de estas opciones es mejor para el país? 32,4% eligió “que cambie el modelo del gobierno nacional”; 27,8% “que siga el modelo pero con mejoras en la gestión”; 27,5% “que cambie el modelo pero que mantenga algunos avances”; y el 5% “que siga el modelo”.

Si las elecciones presidenciales fueran hoy, ¿qué le gustaría que sucediera?, preguntó Synopsis. 36,8% dijo que gane Cambiemos; 36,3 una alternativa nueva; y 19,3% que gane el kirchnerismo.

Ese 36,3% es el gran espacio vacante generado por quienes estarían dispuestos a considerar una alternativa que no sea Cambiemos ni el kirchnerismo. Pareciera el campo destinado para que lo ocupe una alternativa peronista, ya que no hay otra fuerza enfrente de Cambiemos y la UCR es parte del oficialismo.

En la encuesta nacional de febrero pasado de Hugo Haime & Asociados, sobre la pregunta ¿Quién le gusta a usted como candidato a presidente para el 2019?,  la opción “Partido Justicialista que incluya a Cristina Kirchner” (no necesariamente como candidata) resultó la de mayor intención de voto para 2019 con 31,9%, contra 29,1 de Cambiemos y 12,7% “Partido Justicialista sin Cristina Kirchner”.

La alternativa que no se arma

La disyuntiva actual del justicialismo, según Haime: “Cristina Fernández de Kirchner lleva tres elecciones perdidas con candidatos de ella y la última vez directamente perdió ella. La lógica indica que si volviera a presentarse perdería de nuevo. Sin embargo es un hecho que hay una enorme porción de argentinos que tiene afecto por ella. Entonces la situación a resolver por el peronismo es cómo hacer para que Cristina, que hoy es la peronista con mayor intención de votos no sea la candidata pero a la vez que no se vaya a competir por afuera”.

Los encuentros en Gualeguaychú y Córdoba no abonan esa línea de búsqueda. Una parte del peronismo respaldado por gobernadores pretende fortalecer una alternativa por ahora sin incluir el universo kirchnerista.

Más allá de que no se puede responder con certeza quién estuvo detrás del fallo de la jueza Servini de Cubría que puso a Luis Barrionuevo como interventor del PJ nacional, es indudable que el gran beneficiado es el gobierno. Mientras el peronismo se mantiene dividido, el gobierno gana tiempo.

Haime recuerda que estos números del gobierno, que califica como “malísimos”, ya los tuvo en 2016 y sin embargo se repuso y ganó las elecciones legislativas de 2017. En su percepción, lo diferente con aquel momento es que la reforma previsional fue como un quiebre: “Quedó la idea de que el gobierno le metió la mano en el bolsillo a los jubilados”, así como el impacto tarifario y las sospechas de corrupción entre ministros y funcionarios del gobierno.