La protesta llevada a cabo anoche en las inmediaciones de Mendoza y Wilde trajo consecuencias policiales y judiciales. Es que según denuncia el Movimiento Evita, la policía reprimió violentamente a los vecinos que reclamaban justicia por el doble crimen de Julieta y Diego, los adolescentes que fueron asesinados en la madrugada del lunes 21 de septiembre en Pasaje 1752 al 2000.

Los militantes, presentaron la denuncia en el Ministerio Público de la Acusación contra oficiales que, según el escrito, “detuvieron y golpearon sin razón a 21 personas, buena parte de ellos menores de edad”.

Por el ataque a piedrazos y agresión al personal policial fueron aprehendidos 18 personas, de los cuales cinco resultaron ser menores de edad, para evitar desmanes en la Sub Comisaría 22ª fueron trasladados a la Seccional 17ª y luego que desde la Fiscalía de Flagrancias en turno les formara una causa por resistencia, agresión y lesión a la autoridad pública fueron puestos  en libertad todos a excepción de uno, Guillermo Ariel Corbalán de 31 años quien quedó detenido por presentar pedido de captura a solicitud del Juzgado de Instrucción N° 11 del año 2013 por robo calificado.

La abogada del Evita, Alejandra Fedele señaló a Rosario3.com, que los manifestantes eran amigos y familiares de las víctimas y que diez de ellos terminaron con heridas visibles. Desmintió que hayan retenido a un colectivero que pasaba por la zona y mucho menos que hayan agredido a los oficiales con cascotes como informó la Policía.

“Hay chicas de 14, 13 años golpeadas en la cara, con la marca de los borcegos. No había necesidad de eso. Es un gran abuso por parte de la policía”, aclaró y agregó que todo se desató cuando una mujer policía enfrentó a una de las jóvenes y ordenó la balacera a la que le siguieron persecuciones y golpizas de parte de los oficiales contra los manifestantes.

El doble crimen ocurrió el pasado  21 de Septiembre en el Barrio Santa Lucía cuando se le parara a la par otra motocicleta y abriera fuego contra ellos, ingresando al Policlínico San Martín donde momentos más tarde perderían la vida los dos adolescentes.