Una jueza de Paraguay fue asesinada en su despacho y el principal sospechoso del crimen, uno de sus custodios, dijo hoy, al ser capturado, que el demonio se apoderó de él y no sabía lo que hacía, informaron fuentes policiales.

El cuerpo de la magistrada Diana Mereles fue hallado a última hora de la tarde de ayer con varias heridas en la cabeza en su despacho en Hernandarias, en el departamento Alto Paraná, en el sudeste del país.

Desde el primer momento, las autoridades consideraron como principal sospechoso a su custodio Wilson Scappini, quien debía estar en el lugar pero no estaba, según la prensa local.

Scappini, de 28 años, fue detenido esta madrugada cuando intentaba escapar de un grupo de policías que lo buscaba tras haber recibido denuncias de que había sido visto anoche cerca del juzgado y de que supuestamente había intentado suicidarse.

“Cuando intentó esconderse lo detuvimos y admitió el hecho; dijo que estaba muy borracho y drogado, y por esa razón no se dio cuenta de lo que hacía”, afirmó el comisario Antonio Huerta.

El detenido dijo además que “el demonio se apoderó” de él, según otras fuentes policiales citadas por el diario asunceño Última Hora.

Antes del asesinato de la jueza y durante su servicio de guardia, Scappini estuvo bebiendo cerveza y tomando estupefacientes junto a dos mujeres cuyas identidades no trascendieron pero que también fueron detenidas, dijeron fuentes de la investigación.

El cadáver fue encontrado por Pedro Scappini, padre del sospechoso y jefe de seguridad del juzgado, junto a otro efectivo de la empresa privada de custodia que debía relevar a Wilson Scappini a las 18.

La magistrada falleció por traumatismo de cráneo luego de ser golpeada con una piedra, lo que le produjo pérdida de masa encefálica, y tenía el cuello envuelto con un trozo de cable, según el informe forense.

Mereles había asumido en febrero de este año como jueza de primera instancia en lo Civil, Comercial y Laboral de Hernandarias.