Familiares y amigos de Fernando Báez Sosa convocaron a una marcha del silencio, que se realizó este jueves a las 18 en el barrio porteño de Recoleta.

“Fernando me da fuerzas para luchar por él, para pedir que se haga justicia. Amaba su vida y quería ser una persona importante. Era mi único hijo y lo amo”, dijo esta tarde Graciela, la madre del joven asesinado el pasado sábado en Villa Gesell, ante una multitud reunida frente a su domicilio en el barrio porteño de Recoleta.

Graciela salió de su vivienda para agradecer la participación en este pedido de justicia por el asesinato de su hijo convocada por redes sociales.

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Fernando fue asesinado el sábado 18 de enero por 10 rugbiers a golpes de puños y patadas a la salida del boliche Le Brique, en Villa Gesell, y están acusados de “homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas”.

Emocionada y con una vos desgarrada por el dolor, Graciela pidió “que paguen esos criminales lo que hicieron. Que no le pase a otro chico, justicia por mi hijo”.

Fernando “me da fuerzas para estar con ustedes, acompañándolos”, dijo rodeada por vecinos, amigos, familiares y periodistas sobre una avenida Pueyrredón cortada al tránsito.

Interrumpida por voces y gritos de solidaridad, Graciela manifestó: “Que me dijeran que mi hijo falleció no se lo deseo a nadie. Nadie se merece lo que le hicieron a mi hijo, que amaba la vida y él nos amaba a nosotros”.

Luego de reclamar “justicia por Fer”, dijo que sabe que “el país, el mundo está conmigo porque Fer se merece justicia”.

Por último, antes de retirarse de nuevo a su casa, agradeció “a todos por acompañarnos. Sé que es duro este momento, pero me voy a retirar porque Fer me ayudó a estar con ustedes”.

“Quiero que mi ángel los bendiga a todos para que no haya otro Fernando” muerto, concluyó.

La convocatoria de la marcha -de la que también participó la novia del joven asesinado- invitaba a concentrarse en la puerta del edificio donde vivía el joven en Avenida Pueyrredón 1879, de Recoleta.

En tanto, otro grupo de amigos y allegados se concentraron también en la Avenida Rivadavia al 5600, en las puertas del Colegio Marianista, en donde terminó la secundaria Fernando.

Bajo un calor agobiante, las personas que se reunieron frente a la casa de Fernando levantaban sus carteles pidiendo justicia y algunos sostenían velas.

Su novia y amigos, que decidieron no hablar, se quedaron frente a la puerta y convocaron a todos los asistentes a sentarse en silencio como forma de pedir justicia por el joven asesinado.

Comenzó la rueda de reconocimiento para los acusados

Los diez rugbiers acusados del asesinato de Fernando Báez a la salida del boliche Le Brique,  comenzaron a ser sometidos este mediodía a una rueda de reconocimiento.

Según detalló Fernando Burlando, abogado del joven asesinado, dos de los testigos que participaron de las ruedas de reconocimiento señalaron a Máximo Thomsen, uno de los dos rugbiers imputados como «coautores» del homicidio, como la persona que le pegó cuando estaba en el suelo e inconsciente.

En tanto, otro testigo identificó a Enzo Comelli, uno de los rugbiers detenidos como «partícipes», como la persona que le aplicó el «primer golpe» a la víctima. 

Los rugbiers habían sido llevados a primera hora de la mañana en dos combis de la Policía provincial al Centro de Convenciones «Néstor Kirchner», ubicado en el Paseo 139 casi ruta nacional 11, de Villa Gesell, desde la comisaría local y la de Pinamar, en las que permanecían alojados.

En total, los testigos son diez -nueve amigos de Báez Sosa y un comerciante-, aunque el fiscal general de Dolores, Diego Escoda, aclaró que «a lo mejor se suman algunos más».

En cuanto al procedimiento, detalló que, a cada turno, uno de los imputados se coloca al lado de tres personas que no tienen que ver con la causa, con «características físicas similares en la medida de lo posible», y a través de una mirilla horizontal en una puerta que impide que sea visualizado, el testigo indica si reconoce a algunos de los sujetos que integran la fila.

Los diez rugbiers acusados del crimen

«En el caso de que el reconocimiento sea positivo, se realiza una breve declaración testimonial en la cual especifica quién es la persona que reconoció y qué participación tuvo en el hecho», explicó.

Los acusados son Máximo Thomsen, de 20 años; Ciro Pertossi, de 19, ambos acusados de coautores de homicidio agravado; Matías Benicelli, de 20; Ayrton Viollaz, de 20; Luciano Pertossi, de 18; Lucas Pertossi, de 20; Alejo Milanesi, de 20); Enzo Comelli, de 19; Juan Pedro Guarino (19) y Blas Cinalli (18), estos ocho sindicados como «partícipes primarios».

La defensa de los acusados había cuestionado el trámite por considerar que los rostros de los implicados ya habían circulado en primer lugar en redes sociales y en segundo en medios de comunicación.

No obstante, el fiscal general de Dolores, Diego Escoda, consideró el reconocimiento importante, entre otras cuestiones, por la posibilidad de que se sumen otros sospechosos como coautores del crimen del joven.

Escoda, por otro lado, admitió la posibilidad de que se produzcan nuevas liberaciones de detenidos en cuanto se avance en la investigación y se pueda dirimir responsabilidades.

«Esto es una investigación incipiente. Las responsabilidades pueden ir mutando, las calificaciones también. Si no encontramos elementos para sustentar una acusación, la Fiscalía va a ser la primera en disponer la libertad del detenido», expresó en diálogo con el canal C5N.

El fiscal general indicó que la semana próxima se espera que esté lista la pericia en una zapatilla que podría indicar el autor de la patada en la cabeza que recibió la víctima, mientras que aseguró que «los videos» que constan en la causa «son una prueba contundente».