Por Florencia Vizzi

«Lo juro por Dios», así eligió jurar Alicia Ostri, madre de Paula Perassi cuando la jueza Griselda Strologo le preguntó si prometía decir verdad sobre «todo lo que se le pregunta o sabe sobre este hecho». Este hecho es la desaparición de su hija, ocurrida el 18 de septiembre de 2011. Siete años y seis meses después, luego de una pelea sin tregua ni cuartel, la causa llegó a juicio como aborto no consentido seguido de muerte y privación ilegítima de la libertad. Y este viernes una de las artífices de esa pelea sin cuartel dio testimonio.

«Alicia Ostri es la mamá de Paula Perassi desaparecida, o me la desaparecieron, un 18 de septiembre de 2011. Supuestamente hubo una llamada, la sacaron del hogar y hasta el día de hoy no sé donde está mi hija. Lo único que yo quisiera saber es si esta viva o esta muerta, que me digan la verdad, que no me tengan a las vueltas. Quiero saber dónde está Paula». Con estas crudas palabras respondió la madre de Paula Perassi cuando el abogado Adrián Ruiz le pidió que dijera al Tribunal quien es Alicia.

Roxana Michl y Gabriel Strumia

Alicia habló con la voz firme y tranquila la mayor parte del tiempo, aún cuando las preguntas de los defensores de Roxana Michl y Gabriel Strumia apelaron a determinados momentos difíciles de la vida de Paula o a la figura de la «mala víctima». Sólo se quebró en algunos momentos, cuando pudo más el dolor sobre la memoria de su hija y reconoció: «Es muy duro decir todo esto».

Lo único que yo quisiera saber es si esta viva o esta muerta, que me digan la verdad, que no me tengan a las vueltas. Quiero saber dónde está Paula.

«El día lunes 19 a las 7 de la mañana siento muchas conversaciones en mi casa…mi hija menor se iba a al facultad. Me levanto y pregunto que pasó. Y ahí me dijeron que Paula había salido la noche anterior y no había vuelto».

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La mujer hizo un detallado relato de las primeras horas, los intercambios con su marido, el profundo interés del «señor Strumia», como lo llamó durante toda la declaración, en ayudar con la búsqueda y los trámites de denuncias y la serie de escollos que la justicia de San Lorenzo le puso en el camino.

«En esos momentos pensé en sus hijos, porque ella habrá tenido todas las dificultades que dijeron, pero sus hijos eran lo principal para ella. No los podría haber dejado» remarcó. «Me llevé a los chicos para que Rodolfo (cocubino de Paula) pudiera ir a hacer la denuncia. Y están conmigo desde ese día…Me los llevé a casa con la esperanza de que a la hora de la escuela la mama iba a aparecer. Pero llegó la hora de la escuela, y cuando vino Lucas y preguntó por su mama todavía no había vuelto».

Un golpe muy fuerte

El raconto que hizo Alicia de las primeras horas posteriores a la desaparición de Paula dejó en evidencia las aristas de un sistema que aún en 2019 no escapa a los antiguos prejuicios que, en determinadas ocasiones, pueden más que el deber ser de la Justicia y algunos de sus representantes, que tacharon a Paula de «loquita», llenando de vicios la investigación. Y tal vez sobre ella misma, que sintió como una traición la relación extramatrimonial que su hija vivía con otro hombre.

«Me fui al taller de mi marido y estaba sentada y en ese momento llega el señor Strumia. Me abrazó, lloramos los dos, porque él decía que no podía creer lo que estaba pasando. Eso fue el 19 a la tarde, después que los chicos salieron de la escuela».

Me vengo a enterar de eso, y que Paula estaba embarazada. Fue un golpe muy fuerte para mi, porque a pesar de que ella estaba siempre conmigo nunca me dijo nada.

Mientras eso ocurría, Rodolfo Ortiz de Elguea llegó al taller y le comunicó que no le tomaban la denuncia, que «tenían que pasar 24 horas». «Estaba ahí presente el señor Strumia… todavía lo llamo señor Strumia… dijo que tenia un policía conocido y dijo que iba a ver si podía agilizar el tramite para poder hacer la denuncia. Salieron y al rato volvió con una foto de Paula», rememoró.

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Alicia recordó también como fue contando las horas, una a una, pensando en qué le habría pasado a Paula. «Hasta que llegó el momento en que el juez Filocco (Eduardo) me dijo que era una loquita, que se había calentado, que cuando se le pasara iba a volver», remarcó, esta vez sí con la voz temblorosa. «Me lo dijo en la cara, parece que él no tiene hija, no tiene familia, no tiene nada».

Sala de audiencias en el Centro de Justicia Penal

«El día 20 nos enteramos de que Paula tenía un amante y ese amante era el mejor amigo de la familia, con quien comíamos asado e íbamos a las carreras de jeep. Me vengo a enterar de eso, y que Paula estaba embarazada. Fue un golpe muy fuerte para mi, porque a pesar de que ella estaba siempre conmigo nunca me dijo nada. Y repitió con dolor: «nunca me dijo nada»

La versión de Rita Porteiro y el aborto

La primera pista sobre la posibilidad de que a Paula la hubieran obligado a hacerse un aborto que habría terminado con su muerte vino de la mano de Rita Porteiro, una abogada oriunda de San Lorenzo que se acercó a la familia tiempo después para ofrecer ayuda y contar lo que un supuesto cliente le habría referido. Y a pesar de que Porteiro se negó a atestiguar esos dichos frente al Tribunal, los padres de Paula y sus representantes legales sostienen cada día que esos dichos son los que los llevaron hasta donde están ahora.  Y así lo relató Alicia Ostri al tribunal. «

«Después de mucho vaya y venga,  llegó la versión de Rita Porteiro, de un cliente de ella, un tal Lugo, yerno de la señora Rusñisky, que dijo que ella le había hecho el aborto y mi hija había muerto». La voz de Alicia tembló y se quedó unos segundos en silencio. Después, ante el llamado de su abogado reaccionó: «Ya las lágrimas se me terminaron todas, son siete años y medio y ya me cuesta llorar pero lo llevo adentro, toda la maldad, todo lo que hicieron. Me destruyeron mi familia, a mis hijas, mis nietos…por ese matrimonio que me arruinaron la vida, los dos me arruinaron la vida, la mía, la de mi marido y de mis nietos… y después decían que eran amigos».

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Alicia también relató, como luego lo hizo en su testimonio Marianela Perassi, su hija menor,  que se enteró del embarazo de Paula porque Marianela fue a retirar unos análisis suyos al Sanatorio Británico y también le entregaron los resultados de la subunidad beta que le había recetado la ginecóloga a Paula.

Después de mucho vaya y venga,  llegó la versión de Rita Porteiro, de un cliente de ella, un tal Lugo, yerno de la señora Rusñisky, que dijo que ella le había hecho el aborto y mi hija había muerto.

Y contó que, tiempo después, llegó al taller de su marido el hombre que señaló a Mirta Rusñiky como la persona que le había realizado el aborto a su hija. «Al tiempo apareció un señor al taller, lo atendió Alberto , mi marido. Y le dijo que él sabía muy bien lo que le había pasado a Paula. Alberto me llamó, y este hombre, Vázquez,  dijo que la suegra lo había hecho y que Paula había muerto. Dijo que la suegra era la señora Rusñisky».

Un grito de ayuda y la inclemencia de las defensas

Antes de que el testimonio de Alicia Ostri llegara a su fin, sus abogados volvieron a sobre un punto que consideran el intento del matrimonio Michl-Strumia de plantar una prueba falsa. Una grabación de una supuesta llamada al teléfono fijo de ambos en la que se escucha una voz de mujer gritar tres veces ayuda. No es la primera vez que se habla del audio y Alicia siempre dijo que ella creía que era la voz de Roxana Michl.

Por segunda vez en estas audiencias se reprodujo el casette y luego de escucharlo, la madre de Paula recordó que se lo hicieron escuchar en los Tribunales de San Lorenzo. «No se por qué me hicieron escuchar eso, pensaban que mi hija estaba viva o encerrada, pero mi hija ya estaba muerta» relató. Y afirmó : «Esa voz no era de Paula. Esa voz era de la señora de Strumia, de Roxana».

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Esa afirmación generó una de las reacciones más duras de los defensores de Michl y Strumia, una reacción que algunos podrían llegar a calificar de innecesaria. Durante el examen redirecto, la abogada Narela Sirio se refirió a ese punto: «¿Usted dijo que era la señora Strumia?, y ante la respuesta afirmativa de Ostri,  Sirio repreguntó: «¿Usted es licenciada en Física? y  Alicia contestó que no. Sirio contraatacó, preguntando entonces si era licenciada en Fonoaudiología o si tenía conocimientos de acústica forense. Las dos veces, la mujer respondió con, voz firme, que no.

«Ya las lágrimas se me terminaron todas, son siete años y medio y ya me cuesta llorar pero lo llevo adentro, toda la maldad, todo lo que hicieron. Me destruyeron mi familia, a mis hijas, mis nietos…por ese matrimonio que me arruinaron la vida, los dos me arruinaron la vida, la mía, la de mi marido y de mis nietos… y después decían que eran amigos».

La estrategia de la defensa de Michl y Strumia apuntó, mayormente, a descalificar a Paula Perassi, apuntándola como una persona inestable, y abonando a la teoría de la «mala víctima». Así fue que durante el redirecto se habló de una supuesta huida de su casa cuando tenía 20 años, porque salía con un hombre mayor,  y sobre algunos problemas en la adolescencia de sobrepeso, que concluyeron con pastillas para adelgazar y un lavaje de estómago. Se señaló además, que en algún momento Paula dijo que estaba cansada de su vida y «que se quería ir a la mierda».

Alicia Ostri y Alberto Perassi en uno de sus tantos reclamos por justicia

Ostri llegó a aclarar luego cada uno de esos y, cuando se levantó para salir de la sala, con rostro cansado y paso lento,  quedó resonando su voz al describir a su hija: «Paula era muy buena, muy linda. Era muy amable, no tenía problemas de hablar con nadie, saludaba a todos, era muy buena mamá, era muy buena compañera con sus hermanas y era muy compañera conmigo. No se por qué hizo la locura que hizo, para mi que la deben haber conversado mucho».