El  juez federal Sebastián Casanello sobreseyó hoy al presidente Mauricio Macri en la causa de las escuchas ilegales, en la que estaba procesado desde hacía cinco años y medio.  La acusación se refería a las escuchas ordenadoas a su cuñado Néstor Leonardo y a un familiar del atentado a la Amia, Sergio Burstein.

Casanello firmó esta mañana un fallo en el que afirmó que correspondía «desvincular definitivamente a Mauricio Macri» de esta investigación. Además, sostuvo que no había «siquiera una prueba directa» que acreditara que Macri había ordenado escuchar a su cuñado, Néstor Leonardo ni al opositor Sergio Burstein. Tampoco, para «adjudicarle formar parte de unas asociación ilícita dedicada al espionaje clandestino».

Las acusaciones que pesaban sobre Macri  fueron probadas el juez federal Norberto Oyarbide, que en mayo de 2010 lo procesó, y la Cámara Federal, que dos meses después confirmó por unanimidad aquel procesamiento.

Casanello heredó la causa lista para ser elevada a juicio, pero ya entonces juzgó que no había pruebas suficientes contra el actual Presidente: anuló el cierre de la investigación que había dispuesto Oyarbide y dispuso nuevas medidas. Eso fue en marzo del año pasado.

Según el fallo de hoy, esas nuevas pruebas fortalecieron la defensa del actual Presidente. «Ratificaron la ausencia de prueba de cargo contra Mauricio Macri», dijo el juez.

En tanto, lo mismo había considerado el fiscal del caso, Jorge Di Lello, que después de haber impulsado la investigación contra Macri durante años y haber promovido su procesamiento, a principios de este mes pidió que fuera sobreseído con el argumento de que las nuevas pruebas mostraban «un cuadro nuevo y distinto».

De no haber habido querellantes, Casanello no hubiera tenido otro camino más que cerrar el caso con ese dictamen del fiscal. Pero Burstein y Leonardo, los supuestos espiados, pidieron que Macri fuera a juicio. Todo indica que ellos serán ahora quienes apelen este fallo ante la Cámara Federal.

«Para que alguien pueda defenderse es imprescindible que exista algo de qué defenderse», sostuvo Casanello, que comenzó su fallo de hoy advirtiendo que debía basarse en «los hechos probados» y «hacer a un costado las fórmulas vacías, las declamaciones o falacias discursivas».

El juez destacó además que «una cosa es asignar responsabilidad política -o de gobierno- por haber tomado decisiones que pueden ser criticadas o censuradas» y «otra muy distinta, atribuir responsabilidad penal por haber participado de actividades delictivas».

El primer jefe de la Policía Metropolitana, Jorge Palacios, que tenía una relación de muchos años con Macri antes de convertirse en la cabeza de su policía, sí irá a juicio, en 2017, acusado de presunto espionaje ilegal. Para Casanello, no hay prueba alguna de que Macri hubiera conocido estas actividades de Palacios.

«Macri no podía consentir ni tolerar lo que no conocía», afirmó el juez. Como prueba de ello, el juez cita la declaración testimonial de Guillermo Montenegro, ex ministro de Justicia y Seguridad porteño, que le restó incidencia a Macri, como jefe de gobierno porteño, en el área y, en particular, en relación a la función de Palacios.

En cuanto a las escuchas puntuales, según el fallo de hoy, fue Palacios quien estuvo «detrás de la intervención ilegal del teléfono de Burstein» mientras que «detrás de la intervención ilegal del teléfono de Leonardo asoma Franco Macri» a través de «agencias de seguridad privadas y personas interpuestas».