Por Florencia Vizzi

“Conscripto Bernardi 6374”, leyó el suboficial. Tuvo que leerlo porque no lo recordaba. Tampoco recordaba el nombre de la chica de 14 años que falleció víctima de la balacera que se desató contra el frente de esa casa en mayo de 2013. Lourdes Canteros. Este miércoles comenzó la segunda etapa del juicio a la banda de Los Monos, etapa en la que se juzgarán cinco homicidios, el de Lourdes Canteros en primer lugar. De los siete testigos citados, solo cinco se presentaron a declarar. Pero las dos más esperadas, las hermanas de Lourdes no aparecieron. La defensa reclamó su presencia y que sean traídas por la fuerza pública, pero tampoco la policía tuvo éxito en llevarlas a la sala de audiencias del Centro de Justicia Penal. En los alegatos de apertura, la defensa de Ramón Ezequiel Machuca acusó al gobierno provincial de haber desatado una “persecución política sin escrúpulos” contra su defendido y lamentó que, en el afán de convertirlo en el enemigo público, no se persiguió a los verdaderos responsables.

El argumento de la persecución

Lourdes Nerina Canteros tenía 14 años. Vivía con sus hermanos en esa casa de pasaje Conscripto Bernardi, en barrio de La Carne. Los cinco hermanos habían quedado huérfanos y quedaron abandonados a su suerte, así que se criaron entre ellos y sobrevivían como podían. Las crónicas dan cuenta de que uno de los mayores aportaba a esa precaria economía con la venta de sustancias ilegales. El 15 de mayo de 2013, apenas pasadas las 22, dos chicos pasaron frente a la vivienda en moto y abrieron fuego en forma indiscriminada. Fueron siete disparos que atravesaron la mampostería y el cristal del gran ventanal que la casa tenía la frente. Uno de esos plomos impactaron en el pecho de la adolescente, que miraba televisión en el sillón y en ese momento se había levantado para ponerse a resguardo de las balas. No lo consiguió, murió camino al hospital, en el auto del vecino que la llevaba.

Por ese crimen, ya fue condenado Juan Ángel Delmastro, un ex policía de Drogas Peligrosas, sentenciado a 6 años y 6 meses de prisión como partícipe secundario.

En los alegatos de apertura los abogados defensores de “Monchi” Cantero hablaron de “persecución política” y señalaron que “no existen pruebas materiales” que relacionen fácticamente a Ramón Machuca con el crimen de Lourdes Nerina Cantero.

En su argumentación, Fausto Yrure se lamentó de que “esta infortunada muerte no tiene autores”. “Esto constituye una verdadera lástima, porque si en lugar de ir tras Ramón Machuca, hubieran continuado investigando en serio el hecho se podría hablar en otros términos”.

De manera repentina y desviando de todo lo que se había investigado hasta ese momento, se escogió una persecución conveniente privando a la sociedad y a los hermanos de ourdes Canteros de saber la verdad”, sostuvo el letrado y apuntó contra los investigadores a quienes acusó de haber seguido el camino más fácil y el más redituable en términos políticos, porque “lo que realmente le interesaba a la política santafesina era la condena de Machuca”.

La barrita de Mayonesa o la búsqueda de otros culpables

En ese sentido, Carlos Edwards, también abogado de Machuca señaló que durante la producción de la prueba demostrarán que “Monchi” no “tuvo ningún tipo de vinculación fáctica con el hecho por el que se lo juzga” y remarcó que esas pruebas surgirán de los familiares directos de la víctima “que en ningún momento consideraron que Machuca era autor de ese homicidio” “Muy por el contrario, los familiares señalaron a otras dos personas como los posibles autores de los homicidios, que tenían una vieja enemistad con el hermano de la víctima” , detalló Edwards, y agregó: “Ello suministraba el móvil, pero los distintos magistrados que instruyeron la causa, soslayaron esa hipótesis y centraron su atención en nuestro defendido y abandonaron una línea investigativa muy fuerte”.

En relación a la supuesta escucha que compromete a “monchi”, en la cual se pronunció el famoso “dale a mansalva”, Edwards recordó que “de la prueba científica por excelencia en cuanto a la pericia acústica, solicitada y ofrecida por el Ministerio Público Fiscal, surge claramente que la voz de los audios no puede ser atribuída a Ramón Machuca”.

Una vez finalizados los alegatos comenzó el desfile de testigos. Grande fue la sorpresa de los defensores cuando los funcionarios del Tribunal comunicaron que las hermanas de Lourdes Canteros no se habían presentado. Los letrados se mostraron sorprendidos, y señalaron que la familia de la víctima siempre había colaborado con la investigación y nada hacía prever que no irían a declarar. También solicitaron que sean buscadas con la fuerza pública, puesto que consideran fundamental el testimonio de las mismas.

El resto de los testigos fueron efectivos de distintas fuerzas policiales que participaron en la investigación o intervinieron en algún tramo de la misma.

El testimonio más revelador fue el de el comisario Rubén Salellas, quien ordenó las primeras medidas investigativas y varios allanamientos. De su testimonio surge que, en las horas posteriores al ataque a la vivienda de Lourdes Nerina Canteros, la sospecha y la búsqueda había recaído sobre los supuestos integrantes de una banda conocida en la zona como “la barrita de Mayonesa”.

El policía relató que estuvo en la escena del crimen y que intentó tomar testimonios de los vecinos del barrio, lo que se le hizo muy difícil. “Todos atendían abriendo apenas la puerta o por el postigo, y todos decían no haber visto nada. Todos tenían miedo”.

Interrogado por el fiscal Gonzalo Fernández Bussy, el comisario Salellas, reconoció que las hermanas le hablaron de quienes podrían haber sido los responsables y les tiraron nombres y apodos. “Pero yo tenía información de calle, dijo el comisario, y esa información era que el hermano mayor de esta chica habría estado vendiendo estupefacientes para gente de Tablada y que les habían mandado a tirar tiros parea que deje de hacer eso porque ese era territorio de Los Monos”.

A pesar de esta afirmación, el comisario admitió que no consiguió ningún indicio de esa supuesta información de calle y que la línea de investigación que pudo seguir es un viejo enfrentamiento de uno de los Canteros, puntualmente Nicolás, con una “ barrita de Mayonesa, un chico de nombre Rodrigo Quiroga”. “Esos eran los sospechosos que teníamos dentro del sumario”, afirmó Salellas. “Yo tenía apuntado que habían pasado en moto y habían efectuado disparos y supuestamente los responsables eran “Mayonesa” y otro apodado “Teves”. Éste último ya había baleado ese mismo domicilio en oportunidades anteriores, según pudo saber el comisario. 

Esa misma noche comenzaron a concretarse varios allanamientos a fin de dar con los paraderos de estas personas, que no tuvieron ningún éxito. El comisario Salellas reconoció que en una oportunidad, mientras continuaba con la investigación, durante uno de los allanamientos, la madre de “Mayonesa” le dijo que «teves» se había comunicado con ella y le dijo que estaba escondido en Entre Ríos.

Al finalizar su declaración, Rubén Salellas hizo notar que el 3 de junio de 2013, cuando se cumplieron los plazos, elevó el expediente con todo lo investigado al juzgado. En ese expediente, el comisario apuntó que la víctima es Lourdes Nerina Canteros y los responsables mencionados son Matías Carlos Benítez , apodado «Teves» y Juan José Peryera, apodado «Muqueño». Salellas también se vio obligado a reconocer que, a lo largo de todo el expediente no está mencionado la supuesta información de calle mencionada al comienzo de su testimonio, en la que citaba que «los habían mandado a tirar tiros para defender el territorio de Los Monos». 

Juicio a Los Monos: testigos ausentes y la palabra de “Monchi” Cantero