En las horas cercanas al  mediodía se conoció que los fiscales Rafael Coria y Marisol Fabbro imputaron a todos los detenidos por el caso Escobar, uno de ellos, Cristian Jesús V. , guardia de seguridad de La Tienda, por homicidio, y los cuatro detenidos restantes, dos de ellos, policías, por encubrimiento agravado.

Una vez culminada la audiencia, Fabbro habló en rueda de prensa y brindó algunas especificaciones en cuanto a las pericias realizadas que llevaron a este desenlace y al curso que tomará la investigación a partir de ahora.

“Las evidencias que manejamos hasta el momento, sin perjuicio de que existan nuevos elementos son las declaraciones de testigos que coinciden todas en que algo sucedió. Uno de ellos incluso le dio datos a la familia para que vayan a consultar a los patovicas, incluso le dijo dónde viven, y fundamentalmente,  una filmación,  que es una secuencia fílmica de una cuadra después, de Tucumán al 1000, dónde se visualiza que uno de los guardias  de seguridad que cumplía funciones esa noche, se acercó a Gerardo y le da golpes de puño y con la rodilla y luego se ve que lo arrastra», describió. Y agregó: «Se ve que sacan el cuerpo del radio de proyección  de la cámara y lo arrastran”

En relación al celular y al programa de rastreo que inicialmente habían utilizado los amigos de Gerardo y que, como resultado de su uso, lo habían localizado cerca del domicilio de uno de los guardias de seguridad de La Tienda, Fabbro relató que citaron a la persona que había proporcionado el software, con el cual realizaron una prueba piloto con un teléfono que se encontraba en fiscalía. “Nos señaló como radio Montevideo 2270, y nosotros estamos al 2269, por lo cual en principio presumimos que es bastante certero, no obstante lo cual, uno de nuestros técnicos va a estudiar el programa a los fines de determinar el grado de certeza”, explicó. 

Consultada sobre si es factible que, teniendo en cuenta este último dato, que Gerardo hubiera podido estar un día en otro lugar antes de ser arrojado al río, la funcionaria especificó que “los resultados preliminares de la autopsia indicaron que el joven había permanecido sumergido entre seis u ocho días, por lo que es necesario esperar los resultado complementarios, pero podría ser  que no lo hayan arrojado inmediatamente”.

En ese sentido, la fiscal especificó que aún se esperan resultados de pruebas complementarias a fin de determinar si el cuerpo del muchacho fue arrojado al río con vida o ya fallecido.

“La secuencia que se alcanza a apreciar que primero se inmoviliza a Gerardo, pisándole la mano, y después se le dan golpes de puño y con la rodilla. Como son imágenes que van a tener que ser mejoradas necesariamente, y en eso estamos, no se alcanza a determinar si se le pega en la cabeza o en el cuerpo. No obstante lo cual, y esto lo quiero aclarar, yo tuve una conversación telefónica con el médico, que me manifestó que si bien se descartan, como se dijo en el pre informe, fracturas o algún otro tipo de evidencia traumáticas, no necesariamente se descartan golpes que no hubieran provocado fractura, y un golpe que no provoca fractura bien puede provocar muerte”, recordó. 

En relación a como se planea continuar la investigación, especificó: “Los próximos pasos son seguir recolectando evidencias, seguir recolectando cámaras, que puedan llegar a complementar las imágenes de ésta última cámara que es en la que nos basamos nosotros y tratar de volver a recabar determinados datos de gente que ya vino a declarar. Aprovecho también para convocar a cualquiera que hay visto algo esa noche o los días subsiguientes, o que tenga alguna información, que se acerque, sin miedos a la fiscalía, simplemente es una declaración lo que pedimos”.

En cuanto a si la causa puede llegar a pasar al fuero federal, tal como lo solicitó el defensor general Gabriel Ganón y los representantes legales de la familia Escobar, Fabbro dijo que hay que esperar a ver qué es lo resuelve el juez Luis Caterina, en la próxima audiencia, que se desarrollará el próximo miércoles 2 de septiembre a partir de las 11 de la mañana.

Foto: Salvador Hamoui

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