La trabajadora del Instituto de Obra Social del Ejército (IOSE), Valeria Aguirre Carbó, fue agredida brutalmente por el suboficial del Ejército, Ricardo Gómez, quien le propinó dos puñetazos en sus riñones, según denuncio la mujer golpeada. Poco después de conocido el incidente, desde el Ministerio de Defensa de la Nación se dispuso la baja del suboficial denunciado.

El hecho sucedió en el edificio que tiene la obra social en España 1540, momentos después de las 11, cuando Gómez, ingresó al lugar donde estaba haciendo sus labores la trabajadora y tras pedir que se retiren los dos soldados que estaban en la oficina, se quedó solo con la mujer, se paró detrás de ella y le acestó los golpes.

Conclusión habló con la delegada gremial de la repartición, Noemí Martínez, quien precisó que este suboficial, «es parte del personal jerárquico (el tercero en importancia), y estaba a cargo de la dependencia en ese momento», ya que sus dos superiores de la Obra Social, no estaban.

Según detalló Martinez, luego de la violencia ejercida sobre el cuerpo de Valeria, se le dio aviso al responsable máximo del área de Auditoría que funciona en el lugar, y este llamó telefonicamente a la empresa de urgencias Vital, que posteriormente llegó al lugar y le brindo las atenciones necesarias.

“Esto es una continuación de cosas muy graves que ocurren aquí por la cantidad de personal militar ocupando cargos que nos les corresponden. El IOSE no es una unidad militar, es una obra social del estado”, sostuvo Martínez.

En el mismo sentido, el titular de de ATE Rosario, Gustavo Martinez contó que «los médicos que la vieron dijeron que no tenía marcas, pero que debían esperar y hacerle más estudios para detectar si no tenía heridas internas».

Luego de recibir la prescripción de parte de los facultativos, Valeria fue acompañada por dos familiares al Hospital de Emergencia Clemente Alvarez (HECA) para profundizar el diagnóstico médico y dejar constancia en un registro oficial por ser un organismo del Estado, posteriormente, se dirigieron a la seccional 2ª de calle San Juan para radicar la denuncia penal sobre el suboficial Ricardo Gómez.

Consultada por Conclusión, cuales fueron los móviles del suboficial para incurrir en esta conducta ilícita, Noemí Martinez dijo que los hombres del ejército están altamente sensibilizados porque desde hace años se «denuncian las arbitrariedades y abusos que cometen los militares con los civiles» y agregó que «el maltrato, la desvalorización y las amenazas son hechos corrientes».

La delegada de los trabajadores, también describió que estas «denuncias fueron realizadas a nivel interno con el director general, en el Gabinete del ministerio de Defensa y en el departamento de Derechos Humanos del mismo».

Asimismo, señaló Martinez, que a fin del año pasado presentó «un escrito en la Justicia Federal, denunciando al director General en el orden nacional del IOSE, Horacio D. Piaza, por enriquecimiento ilícito y empobrecimiento de los trabajadores como también abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público» reveló.

Además, la representante de los trabajadores, supone que estas agresiones se inscriben en el marco de las acusaciones que formuló en una carta el domingo 24 de mayo, publicada por el diario La Capital, en la sección de cartas a los lectores «que habla del avance irrestricto de los militares sobre los civiles del IOSE» por lo que piensa «que esto cayó mal» y por lo sucedido «el 26 cuando se retomaron las tareas en el edificio se pudo ver que los carteles que se colocaron con los reclamos de escalafonamiento del personal, estaban todos cortados con trinchetas y carteles en los que se leía: Viva la Patria viva el ejercito Argentino, con globos y guirnaldas celestes y blancas».

La mujer, declaró que «nadie tomó cartas en el asunto» incluso a «los pocos días fue copiado el contenido de la computadora de Valeria Carbó»  todos los registros, incluso los personales», un acto «que esta penado por ley». Esto fue avisado en su momento al ministerio de Defensa dijo Martinez, «es más, se los hizo responsables por cualquier cosa que les pudiera pasar a los trabajadores y sus familias».

«Y esto sucedió, por la impunidad con la que se manejan, por el poder que detentan, si nadie hace nada esto será cada vez peor se dijo, y así fué, estamos a la buena de Dios» relató Martínez.

Finalmente, indicó que «el maltrato es constante, se trabaja con miedo, las persecusiones son permanentes, las primeras denuncias se hicieron en el 2009 y recién ahora se apartó al agresor de Valeria» reseño.

Sobre el estado de la victimá, Noemí Martínez, adelantó que habló con la trabajadora para saber el estado en que se encontraba y Carbó le manifestó que se «encontraba medicada y controlando los secuelas de la golpiza, en estado de shok y somnolienta por la ingesta de tranquilizantes» y «muy mal porque nadie va al trabajo para que le peguen» concluyó.