La designada embajadora argentina en Rusia, Alicia Castro, anunció la renuncia a su postulación para ese cargo, en desacuerdo con la «actual política de relaciones exteriores», luego de que este martes el Gobierno argentino diera un voto de respaldo al informe presentado por la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de Naciones Unidas, Michelle Bachelet, sobre la situación de los derechos humanos en Venezuela.

En tanto, Castro reveló que, tras hacer pública su renuncia, se comunicó con el presidente Alberto Fernández y este le pidió que «revea su decisión».

«Hemos tenido un intercambio telefónico en donde me pidió que revea la decisión que tomé», dijo Castro, en declaraciones a Radio AM 530.

La exdiputada nacional y exembajadora en Venezuela contó que su intercambio telefónico con Fernández «fue muy breve, donde yo le dije que esperaba que le hubiera llegado bien mi carta, porque no estaba segura de los correos electrónicos que lee habitualmente».

La exdirigente gremial contó que le dijo al mandatario que «no estaba de acuerdo con la política de relaciones exteriores» y que «por lo tanto, no resulta responsable» de su parte tomar el cargo «como embajadora».

«Es muy oportuno que diga esto porque el aparatito de las fake news está funcionando desde anoche, cuando por ejemplo (el periodista Luis) Novaresio dijo que el Gobierno me había pedido la renuncia y eso es falso; el Gobierno no me pidió la renuncia en absoluto ni me lo sugirió«, agregó.

«Obviamente que no es sencilla esta decisión porque el cargo tiene desafíos muy importantes, Rusia como sabemos tiene un papel central en la construcción de un mundo multipolar que es a lo que Argentina aspira, no a respetar a una potencia hegemónica como es la pretensión de los Estados Unidos, sino la construcción de un mundo multipolar, de naciones iguales y soberanas y de personas iguales con derecho a la felicidad», consideró.

Por otro lado, en una extensa carta difundida esta mañana en el sitio La García, Castro expresó: «Quiero agradecer al Gobierno nacional, en especial a nuestra vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, por haberme honrado con la designación como embajadora en la Federación Rusa».

En el texto, la exdiputada anunció: «Hoy quiero presentar mi renuncia como embajadora, porque no estoy de acuerdo con la actual política de Relaciones Exteriores».

No obstante, aclaró que no se irá del Frente de Todos, al que «el kirchnerismo aportó tanta energía, tantos esfuerzos y la mayoría de los votos».

La decisión de Castro se conoce luego de que el Gobierno argentino brindara un voto de respaldo en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU al informe presentado por Bachelet, sobre la situación de los derechos humanos en Venezuela y volviera a condenar los bloqueos y las sanciones económicas impuestas al país gobernado por Nicolás Maduro, que «agreden especialmente al pueblo venezolano».

Para Castro, «el voto de Argentina acompañando la Resolución del Grupo de Lima constituye un dramático giro en nuestra política exterior y no difiere en absoluto de lo que hubiera votado el gobierno de (Mauricio) Macri».

«De hecho, el Grupo de Lima fue creado durante la restauración neoliberal por un grupo de gobiernos de extrema derecha, alentados y financiados por los Estados Unidos con dos objetivos explícitos: Promover un «Cambio de Régimen» en Venezuela -con idéntica matriz de los operados por EE.UU. en Oriente Medio- y desarticular el bloque regional», argumentó Castro.

La votación formó parte de la sesión regular número 45 del Comité de Derechos Humanos de la ONU, y contó con 22 votos favorables, 22 abstenciones y 3 votos en contra (Eritrea, Filipinas, y la propia Venezuela).

En la carta, Castro señaló: «En un frente (político), no todos pensamos igual. Sabemos que hay entre nosotros dirigentes que siempre estuvieron opuestos al socialismo venezolano -sin haber pisado nunca Venezuela- y hasta alguno que celebró la proclamación de (Juan) Guaidó» como «presiente interino» de Venezuela.

«Pero confiamos en que, independientemente de las preferencias, el Gobierno del Frente de Todos iba respetar los principios rectores de No Intervención en los asuntos internos de otros estados, Resolución Pacífica de las Controversias, y el principio consagrado de Igualdad Jurídica de los Estados».

Asimismo, Alicia Castro rechazó que la resolución, «además de condenar enérgicamente a Venezuela, en consonancia con las expresiones de la oposición, promueve la franca injerencia en los asuntos internos, y decide prorrogar por dos años el mandato de una «Misión Internacional Independiente» que fue constituida por tres personas sin representación alguna».

«La falta de rigor de los argumentos expuestos en esta Resolución, solo apuntan a demonizar a la República Bolivariana de Venezuela, sus autoridades legítimas y su pueblo, que resisten heroicamente el asedio de los Estados Unidos de América y sus aliados», opinó Castro y añadió que la Argentina «podría haber optado por abstenerse, en todo caso, si no quería comprometerse con ninguna de las dos Resoluciones».

«En cambio, -continuó- votó con los países europeos que reconocen al autoproclamado (Juan) Guaidó como presidente sin un voto, modalidad que pone en riesgo a las democracias de América Latina. Votó junto al Reino Unido, cuando Venezuela ha sido aliada constante y ejemplar de la República Argentina en nuestra lucha por la soberanía en las Islas Malvinas».

Argentina «ayer votó junto al grupo de países latinoamericanos que han seguido a pie juntillas las instrucciones de los Estados Unidos para demoler a Venezuela. Argentina votó con (Jair) Bolsonaro, con (Sebastián) Piñera, con la golpista (Jeanine) Añez, con Lenin Moreno y los habilitó a ellos como voceros de los Derechos Humanos», concluyó.

El pliego de Alicia Castro para cumplir el rol de embajadora argentina ante el Gobierno de Cuba había sido remitido por el Poder Ejecutivo al Senado, donde fue girado, como es de rigor, a la Comisión de Acuerdos para su análisis.