El columnista del Diario la Jornada de México, Alfredo Jalife, presta una visión sobre las elecciones de Estados Unidos, y considera que queda luego del acto electoral, «el trumpismo «, al que define como «movimiento estructural del supremacismo/nacionalismo blanco WASP (blanco, anglo-sajón y protestante) de los desempleados red necks (estereotipo de un hombre blanco que vive en el interior de aquel país y tiene una baja renta) y los cuellos azules ( obreros de fábricas y talleres).

Con un título sugerente, el autor define una realidad que subyace en la sociedad de EUA, más allá de la llegada del nuevo emergente que expresa un grito negado por lo medios hegemónicos: «El día después: Trumpismo con o sin Trump»

Para ahondar inmediatamente en las maniobras hacia dentro de la política de EUA preguntandose si «A un día de los sufragios, ¿habrá impactado la enésima voltereta del director de la FBI, James Comey, vilipendiado por tirios y troyanos, quien por segunda vez exoneró a Hillary de sus polémicos correos?».

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Cuellos azules

Y destaca que «la primera víctima de la post elección ha sido la institucionalidad de la FBI», la policía orwelliana de EU, también fracturada, como todos los elementos de la sociedad que pasa por una alarmante fase centrífuga».

Seguidamente menciona y rescata a «Newton Gingrich, anterior líder del Partido Republicano»,que «acusó al director de la FBI de encapsularse y advirtió que EU puede encontrarse en turbulencias durante una década, independientemente de quien gane la Casa Blanca».

No todo queda allí, la mirada del analista lo lleva a «Edward Luce (EL), del Financial Times –que se pronunció, como The Economist, a favor de Hillary», “la democracia estadounidense se encuentra ante su más grave prueba”: el sistema se tambalea, «¡Cómo no, si la desigualdad del modelo neoliberal ha carcomido sus entrañas en forma ininterrumpida!»

Jalife, define a partir de un análisis étnico, convertido en castas hacia el interior de EUA que «El trumpismo sufre de alienación demográfica y sicológica cuando todavía los blancos no latinos ostentan 64% de la población, en franco declive, frente al ascenso irresistible de los latinos, a cuya cabeza se encuentran los mexicanos y, más que nadie, de los asiáticos que cambiarán la estructura racial de EU en 2050».

De allí que: «El trumpismo, con o sin Trump, representa el canto de cisne del supremacismo/nacionalismo blanco que se subsume en los WASP», afirmó.

En Israel -menciona Jalife- la publicación de «Haviv Rettig Gur, de The Times of Israel, pro Hillary» analiza «correctamente que la furia detrás de Trump es sólo el principio, cuando “el desprecio y el vitriolo de la carrera de 2016 no fueron causados por un solo fanfarrón provocador, sino por angustias arraigadas por las extensas fracturas (sic) que no desaparecerán rápidamente, independientemente de la decisión de los votantes”.

«Cuando una superpotencia como EU se encuentra en decadencia exhibe serias contradicciones domésticas, regionales y globales», sostuvo el columnista de la Jornada de Mexico.

El feroz portal Zero Hedge fustiga que la “élite estadounidense no tiene la menor idea de que la sociedad se encuentra cerca de su punto de quiebre”.

Ya había formulado -el autor del artículo- que tanto «Samuel Huntington en sus dos libros –el Choque de civilizaciones, eminentemente islamófobo, y ¿Quiénes somos?, eminentemente mexicanófobo– como Trump abrevan de las mismas raíces evangelistas puritanas de los padres fundadores y sus previos 4 despertares de corte religioso, racista y sociopolítico».

Lo contradictorio ahora de EUA, como reflejo de su caos «es su notable crisis declinante, así como de la ruptura de la identidad nacional, subyace en que Trump expresa el supremacismo de los blancos WASP, mientras la política exterior de Hillary respalda el Supremacismo bélico anglosajón, con o sin latinos –usados como carne de cañón–, donde predomina la anglósfera y convergen tanto la dinastía bananera de los republicanos Bush como de los neoconservadores straussianos encabezados por el republicano Paul Wolfowitz, cuando ambos sectores del establishmentanti-Trump se volcaron por Hillary».

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Red necks

«Si fue un grave error haber recibido en forma oficial al candidato Trump en Los Pinos -expone Jalife- con toda la pompa presidencial, fue mucho peor que los senadores, la panista Mariana Gómez del Campo –prima exhibicionista de la esposa de Calderón– y Zoe Robledo –cuyo padre es íntimo de Carlos Menem en Argentina, para decir lo menos– se hayan expuesto en forma impúdica con camisetas a favor de Hillary, delante del letrero “La Patria es Primero” .

Y dispara sobre «estos dos senadores entreguistas, colaboradores del letal Pacto por México–que desmanteló la última seguridad soberana del México profundo–, amén de haber actuado con frivolidad, han puesto en riesgo a nuestros hermanos mexicanos en EU, donde pueden cundir represalias del supremacismo/nacionalismo de la furia blanca de los desempleados WASP.

¿Cómo puede apoyar un verdadero patriota mexicano a Hillary cuando fue quien primero aprobó la construcción de la tercera parte del ignominioso muro en nuestra frontera», se pregunta el autor de la nota.

Y vuelve sobre los congresistas, a los define como «los desinformados senadores» de «que Hillary desprecia a los mexicanos, a quienes calificó de antiestadunidenses, y también a los católicos–ella pertenece a la denominación protestante metodista–, a quienes insultó de bastardos. Parece que los senadores mexicanos sufren patente masoquismo y vocación de ser esclavos maltratados», deduce causticamente.

Para después acusar de «aventureros al Ejecutivo y Legislativo del México neoliberal» que «cometieron graves errores infantiles en política exterior y lo peor es haber personalizado y/o satanizado a Trump cuando no entienden que se trata de una real dislocación estructural del sistema estadunidense que epitomiza el trumpismo.

Luego establece el contexto occidental sosteniendo que «los clones del indefendible trumpismo empiezan a pulular desde Europa hasta Israel, donde Haaretz–pro Hillary– señala que el premier Bibi Netanyahu es una versión astuta de Trump».

Según Fernand Braudel, -comparte el mexicano- «el Brexit anglosajón de Gran Bretaña se rencuentra casi 400 años después con el trumpismo y su línea de continuidad que proviene desde el Mayflower y sus primeros evangelistas fundamentalistas puritanos».

Finalmente, afirma categoricamente «La grave crisis de EU y su fracking doméstico reflejan la decadencia del modelo financierista israelí-anglosajón que aniquiló la democracia y a la política.», concluye Alfredo Jalife.