El senador de Cambiemos, Esteban Bullrich, protagonizó un hecho más parecido a una picardía grotesca de algún capítulo de Los Simpsons, que a lo que la compostura y responsabilidad demanda de un legislador nacional a la hora de debatir sobre la reforma de uno de los tres poderes que sostienen la democracia y la república en cualquier país civilizado del mundo.

En ocasión del debate por la reforma judicial en la videoconferencia con sus pares durante el plenario de las comisiónes de Asuntos Constitucionales y Justicia y Asuntos Penales del Senado de la Nación, el ex ministro de Educación del Gobierno de Mauricio Macri apeló a colocar una foto suya frente a la cámara para simular estar presente en el debate por la reforma judicial.

Así lo hizo a lo largo de todo el tiempo en el que se trabajó para revisar y modificar el funcionamiento de todo el Poder Judicial de la Nación, a excepción de dos momentos en los que intervino.

Después de haber participado al comienzo de la sesión, el senador macrista debió haber tenido cosas más importantes que hacer antes que escuchar las propuestas de sus partidarios y aún las de aquellos con los que confronta posiciones. Debe haber sido por esa cuestión que apeló al pobre recurso revelado luego en las redes.

Pero como si todo ello hubiera sido poco, sobre el final de la sesión decidió tomar la palabra de nuevo, y en una burda imitación de un gesto de continuidad al respecto del que presentaba la foto, comenzó su segunda intervención diciendo: «Eh… quería eh… reforzar esta idea de la razón que no entendemos que se haya eliminado el… el paso por la comisión de Presupuesto».

Tal vez pueda arrepentirse de su conducta (y de las desastrozas decisiones tomadas durante su gestión como ministro) si se da vuelta y pide perdón ante la sagrada figura de Jesucristo que cuelga sobre la pared del fondo.