Por Jorge Rachid

Convocar a un cacerolazo en medio de la cuarentena por una pandemia, cuando la discusión está centrada en la salud de un pueblo, con un gobierno que está desarrollando todos sus instrumentos económicos y legales para poder controlar una situación dramática, habla de la catadura moral de quienes los promueven, bajo la «lógica planteada» de bajar los salarios a la política.

Lo que se ataca es a la política, como tal, más allá de compartir o no, una discusión en su tiempo sobre esas cuestiones, pero en una batalla contra un enemigo invisible como un virus, del cual participa el conjunto del pueblo argentino con enjundia y compromiso, y se la ataca como política, porque vuelve el gobierno de Alberto Fernández a colocar las decisiones políticas en defensa de los compatriotas, de su salud, de sus familias, de su acceso a la comida y a la convocatoria a la solidaridad social.

En esta etapa el desarrollo es en tres ejes: el liderazgo político de un gobierno nacional y popular que toma medidas drásticas para impedir la devastación social de una pandemia, un segundo eje que es el seguimiento epidemiológico horario en sala de situación de los casos a nivel mundial y local, en función de lo cual la epidemiología LE DA ÓRDENES A LA POLÍTICA, porque el convencimiento es de construir un Modelo Social Solidario y Productivo, con base en los seres humanos, NO SOBRE LOS CADÁVERES DE MILES.

El tercer eje es el que rompe el concepto cultural dominante del neoliberalismo, que es LA SOLIDARIDAD SOCIAL, elemento esencial de reconstrucción de la conciencia nacional y la soberanía política de nuestro destino común como pueblo.

Quienes se encolumnen con las operaciones político-empresariales deben saber que volverán a ser artífices del saqueo patrimonial y del endeudamiento para fugar capitales, de los argentinos en manos de empresarios, «que porque tienen dinero, no tienen necesidad de robar…..». Estupidez supina cuando se sabe que personajes miserables como los Roca, los Roggio, los Ratazzi y otros son LA PATRIA CONTRATISTA, sin el estado no viven ni acumulan, por esa razón denostan la política soberana, porque la necesitan claudicante, sumisa y cipaya, a las órdenes de sus intereses y sus socios de las embajadas de EEUU y la UE.


Caba, 31 De Marzo De 2020