Enviado especial a Buenos Aires – En el marco de la última ronda de audiencias públicas que se desarrolló en el Senado, la doctora Chinda Concepción Brandolino, médica clínica y directora en La Plata de la ONG Pro-familia y Acción por la Vida, emitió su oposición respecto de la ley de aborto que ya tiene media sanción en Diputados y que trata en Comisiones la Cámara alta y recordó la primera Conferencia de Población y Desarrollo que se realizó en Bucarest en 1974. Y añadió, que Juan Domingo Perón alentó que «la Argentina tuviera un papel importante en oposición al aborto». El embajador que participó de ese cónclave «manifestó la oposición sistemática a la globalización del aborto y a cualquier control de la natalidad».

En diálogo con Conclusión la doctora Brandolino, se expidió respecto del aborto y lo contextualizó como una campaña que desde la década del 40 tuvo como protagonista a distintos grupos de poder de Estados Unidos que «promocionan la ola abortista en Latinoamérica».

Brandolino sostuvo que su posición es la «única que puede tener un médico, defender a un inocente y no usar jamás una sustancia que provoque abortos». «Juré y ejercí durante 40 años ayudando a todas las mujeres que se encontraron en estado de necesidad como lo hicieron miles de médicos, no hicieron un crimen monstruoso con un chiquito como es envenenarlo con misoprostol o cortarlo en pedacitos porque es una acto criminal», enfatizó.

Consultada acerca de los trastornos post-traumáticos que expuso ante los legisladores, la médica legista argumentó que el trauma es terrible. «La Sociedad de Psiquiatría inglesa que es la más importante del mundo pidió al cuerpo médico europeo que no aconseje a las mujeres, que no lo haga porque es la nación que tiene la más alta cantidad de suicidios post-abortos».

En relación a la postura que fijó la iglesia sobre el tratamiento del aborto, Brandolino explicó que «quien más influyó en la legalización del aborto en Estados Unidos en 1973, fue el doctor Nathanson, que al llegar al aborto 75 mil, suspendió sus prácticas por el horror que le causó ver las imágenes en un aborto en donde un chiquito abría la boca y se escondía en el útero de su madre. Esto lo alejó más del ejercicio de la medicina».

Sobre las cifras que se daban en ese entonces en los Estados Unidos sobre la cantidad de abortos, la forense dijo que el «profesional  (Nathanson) terminó por confesar que «habían adulterado las cifras, porque de 95 abortos que se realizaban se encargaron de inflar el número llevándolo a un millón. Sobre las muertes, que era de 200 mujeres dijeron que había 10 mil, para que crean en cifras mentirosas. En Argentina las cifras reales son las de muerte porque siempre que ocurra interviene la fiscalía de turno de cualquier ciudad e inmediatamente el forense se hace cargo y determina la causa de la muerte, no se puede esconder un muerto en un ropero, como acá tratan de fundamentar».

Entre otros elementos Branbolino afirmó que «estamos en medio de una gran campaña internacional que apunta al control de la natalidad y que tiene por objeto controlar el crecimiento demográfico de la población en Iberoamérica, para propiciar que no se consuma lo que se produce y obtener una mayor cantidad de saldos exportables.

Brandolino afirmó que desde Rockefeller a Kissinger y distintas organizaciones privadas y estatales fogonean estas grandes y costosas campañas para influir por medio de datos falsos el cambio de pautas culturales a través de argumentos falsos para garantizarce un doble objetivo, control social de incremento poblacional y beneficios económicos.

Además, acusó al ministro de Salud de la Nación, Adolfo Rubisntein de pertenecer a organismos y entidades que le financian su programa.

Exposición de Chinda Brandolino en el Salón Arturo Illia del Sanado.