La ex presidenta Cristina Kirchner recibió esta semana en su despacho del Instituto Patria al gobernador de San Luis, Alberto Rodríguez Saá, en un encuentro que estuvo marcado por las «coincidencias» en torno al «rechazo a las políticas neoliberales» de la alianza Cambiemos.

Aunque el mandatario puntano ya venía dando muestras de acercamiento al kirchnerismo, el encuentro que tuvo lugar el pasado martes en la sede del Instituto Patria fue la «frutilla del postre» que selló la alianza política entre ambos dirigentes, reconocieron a NA fuentes de la institución que tiene como presidenta honoraria a la ex jefa de Estado.

Según pudo reconstruir esta agencia, la charla duró aproximadamente una hora y se centró en el «análisis de la situación actual que experimenta la economía del país y las provincias», en tanto que también dieron cuenta de la «necesidad de sintetizar nuevas mayorías sociales a partir de la construcción de amplios marcos de unidad entre todos aquellos espacios que sostengan que se vienen perdiendo derechos».

«Fue una charla informal entre dos viejos compañeros. Fue más que nada un análisis de la situación actual que experimenta la economía del país y las provincias. Se planteó también la idea de unir no sólo al peronismo sino a todos aquellos espacios que sostengan que se vienen perdiendo derechos», relataron integrantes de la entidad ubicada en el barrio porteño de San Nicolás, aunque aclararon que no se abordó la cuestión electoral.

En ese sentido, señalaron que hubo «coincidencias de diagnóstico» sobre la coyuntura política y que, sobre esa base, ambos dirigentes ratificaron la «responsabilidad de unirse» para enfrentar las «políticas neoliberales».

«Cuando tenés enfrente a un Gobierno como éste, es más fácil que dos personas que tienen una matriz de pensamiento parecida se unan. No sólo es más fácil, además tienen la responsabilidad de unirse», recalcaron.

Como muestra de la cercanía entre ambos, Rodríguez Saá brindará el próximo jueves en el Instituto Patria una charla llamada «Corredor humanitarios: política de refugiados en San Luis».

El puntano había sido un claro opositor a los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, pero desde que Mauricio Macri llegó a la Casa Rosada decidió dejar atrás las viejas rencillas y se concentró en acercar posiciones a los fines de sumar masa crítica contra un contrincante en común que, además, apunta a romper el poderío de la familia Rodríguez Saá en la provincia.

El primer paso que dio «el Alberto» en su periplo de aproximación al kirchnerismo fue la decisión de volver a integrar al PJ de San Luis a la vida institucional del sello nacional.

Desde allí, trabó vínculos con la cúpula del partido, del que había tomado distancia por el hecho de que el sello integraba el Frente para la Victoria: hasta el recambio presidencial, el puntano se encuadraba en el Peronismo Federal, una rama disidente del PJ de la que también eran parte Carlos Reutemann, Ramón Puerta, Jorge Busti, Juan Carlos Romero, José Manuel De la Sota y el propio expresidente Eduardo Duhalde.

Bajo la premisa de «unir a todo el peronismo», el gobernador comenzó a frecuentar reuniones con dirigentes kirchneristas como el ex secretario de Comercio Interior Guillermo Moreno.

Sin embargo, el gran batacazo -que asombró a propios y extraños- fue la decisión de pasar la Nochebuena acompañando a la líder de la Tupac Amaru, Milagro Sala, en el penal de Alto Comedero de San Salvador de Jujuy.

Ese gesto para con quien considera una «presa política» de su par jujeño, Gerardo Morales, y de Macri fue percibido por todo el arco kirchnerista como una prueba de fe, lo que aceleró los contactos políticos, al punto que en febrero pasado Rodríguez Saá se entrevistó en el Instituto Patria con el ex director de la AFI y mano derecha de Cristina Kirchner, Oscar Parrilli.

El acercamiento entre el gobernador y la ex mandataria también tiene su capítulo parlamentario, ya que en la Cámara de Diputados el bloque de Compromiso Federal inició desde el año pasado un trabajo de coordinación con la bancada del Frente para la Victoria que preside Héctor Recalde.

De hecho, en la mayoría de las votaciones de 2016 la bancada puntana -de tres integrantes- se expresó en sintonía con el kirchnerismo.

«En Diputados hay una relación muy fuerte, especialmente con (Luis) Lusquiños. Y en la Comisión Bicameral Permanente de Trámite Legislativo también se dio un vínculo muy fuerte con Adolfo (Rodríguez Saá). Hemos frenado decretos del Poder Ejecutivo. La reunión entre Cristina y Alberto es la frutilla del postre», aseguraron.

Una serie de medidas que tomó Rodríguez Saá en su provincia, como los aumentos de hasta un 60 por ciento a los empleados públicos (que incluyó a los docentes), cayeron muy bien en la militancia del núcleo duro del Frente para la Victoria, que empezó a visualizar a San Luis como una «trinchera que resiste el avance del modelo neoliberal», a caballo de políticas que van a contramano de las del Gobierno nacional.