Por Andrea San Esteban

En la Organización Panamericana de la Salud (OPS) abundan las cifras. «Argentina no escapa a esta realidad de la depresión. Se realizó una encuesta sobre factores de riesgo y un 16,3% de quienes participaron en ella, refirió estar ansioso o deprimido, siendo las mujeres las más vulnerables a los indicadores de deterioro de calidad de vida», dice Maureen Birmingham, representante de la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud en Argentina.

Con un futuro incierto, “los jóvenes también componen otro grupo clave a abordar en esta problemática” —agrega la especialista—. Según el presidente Mauricio Macri, sobre 100 jóvenes, solo 50 termina la escuela pública.

La Encuesta de Salud Escolar de Argentina revela que “el 27% de los consultados se sintió tan triste o desesperado que dejó en algún momento de hacer sus actividades habituales y al menos el 16,2% había intentado suicidarse. Justamente, el suicidio se presenta en el país entre las cinco primeras causas de mortalidad entre los 15 y 44 años».

Continúa el informe de la OPS, «el riesgo de padecer depresión se agrava por factores como la pobreza, el desempleo y acontecimientos vitales como la muerte de un ser querido o la ruptura de una relación, una enfermedad física y problemas causados por el uso de alcohol o drogas. La depresión, además, genera una altísima carga de discapacidad en el mundo», acotó la representante.

La depresión está a la cabeza del ranking de patologías en el continente americano y en el mundo: un 25% de la carga de enfermedad corresponde a los trastornos mentales severos.

El día 7 de abril fue el Día Mundial de la Salud y uno de los temas que se trató fue el estado mental de los habitantes del planeta y la depresión permitió escribir un capítulo aparte. Asociada, en Argentina a la vinculación con la incertidumbre económica y las certezas de futuro, se analizó el aumento del consumo de ansiolíticos.

“La depresión es un trastorno, que se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración. La depresión puede llegar a hacerse crónica o recurrente, y dificultar sensiblemente el desempeño en el trabajo o la escuela y la capacidad para afrontar la vida diaria. En su forma más grave, puede conducir al suicidio. Si es leve, se puede tratar sin necesidad de medicamentos, pero cuando tiene carácter moderado o grave se pueden necesitar medicamentos y psicoterapia profesional”, informan las organizaciones de salud.

La depresión es un trastorno que se puede diagnosticar de forma fiable y que puede ser tratado por especialistas en el ámbito de la atención primaria de manera sencilla.“En el tratamiento de la depresión se tienen en cuenta los aspectos psicosociales y se determinan los factores que pueden causar estrés, como las dificultades económicas, los problemas en el trabajo y el maltrato físico o psicológico, así como las fuentes de apoyo, como los familiares y amigos. El mantenimiento o la recuperación de las redes y las actividades sociales son también importantes”, concluye Maureen Birmingham, representante de entidad.