Por Aldo Battisacco – Enviado especial a Buenos Aires.

Tras media hora de espera espera para conformar quorum, comenzó el debate sobre la «Ley de Góndolas» en el plenario de comisiones de Comercio, Defensa del Consumidor y Presupuesto que se llevo adelante en el Anexo de Diputados. Se espera que el tema sea tratado en la próxima sesión, sin fecha aún, ya que sería después del cierre de listas de precandidatos para la Paso.

La iniciativa se propone fomentar la competencia en los supermercados y desterrar aquellas conductas denominadas abusivas de parte de los grupos que ostentan situación dominante en el mercado.

La oposición se impuso sobre el interbloque Cambiemos y avanzó con su propuesta, que establece que una misma marca podrá acaparar solo el 30% de la góndola, mientras que la del oficialismo no establece porcentaje; sólo indica garantizar la participación de “al menos tres proveedores diferentes” en la misma categoría de productos de la canasta básica.

Para el presidente de la comisión de Legislación general de la Cámara baja, el macrista Daniel Lipovetzky «se debe controlar que la ley se cumpla» y consideró que será una «tarea difícil si se pone un porcentaje».

Por el lado de la oposición, el bloque del Frente para la Victoria-PJ, el Frente Renovador y solo parte de la bancada del Justicialismo «sostienen que las pymes tendrán destinado un 25% de la góndola y ser  exhibidos en las denominadas “islas” y en los espacios contiguos a las cajas, que son privilegiados para la vista del consumidor, mientras que los productos originados por “la agricultura familiar, campesina o indígena” tendrán un espacio del 5% adicional.

Sobre esto último, la correntina Araceli Ferreyra, se mostró vehemente a la hora de tutelar los intereses de la denominada economía social o popular , y dijo a Conclusión que «la ley no responde al contexto de la economía que pasan los argentinos» y agregó que «la norma no resuelve la situación de los sectores populares».

Ferreyra propone que «en las islas de las grandes cadenas se tenga lugar para productos de la economía popular» y argumentó que la ley de góndolas «sirve en contextos de consumo estable o en crecimiento y no de recesión».