Por Aldo Battisacco – Desde Buenos Aires (enviado especial)

Hace poco más de una semana que la empresa Sancor no entrega productos a los comercios. Los repositores de los supermercados afirman que no ingresa mercadería de la fábrica de lácteos; y tampoco llaman para levantar pedidos. La empresa se vio obligada a suspender la actividad en algunas de sus plantas industriales y procesa la mitad de leche que hace cuatro meses. La baja en la producción se refleja en los faltantes de productos de la firma en los grandes supermercados.

Conclusión dialogó en el Congreso de la Nación con el senador de Santa Fe Omar Perotti, quien presentó un cuadro de situación que ofrece un panorama complicado para el mercado lácteo en general y difícil para la economía regional. Y adelantó cuál es el proyecto de su autoría que propone dar solucionar la crisis.

Según el congresista, el sector lechero «está en un contexto de su crisis más importante de los últimos 20 años, la caída de precios internacionales agudizó esa situación sumada a dos años consecutivos de fenómenos climáticos muy adversos, con lluvias muy intensas en los dos últimos veranos, que generaron una caída de producción muy grande. No solamente daños en la estructura de caminos, en las pasturas, en la sanidad y en la calidad de producción quedaron los rodeos, sino fundamentalmente en el ánimo del productor de sentirse en un contexto difícil de producción. A todo esto se le sumó la carencia del resguardo de obras que pudiesen mitigar los daños y sin la asistencia correspondiente acorde a la magnitud del daño».

—Usted presentó un proyecto en el Senado para dar solución a esta problemática, ¿en qué consiste?

—Allí hay dos necesidades: la iniciativa apunta a atender la emergencia y por otra parte hay otro aspecto que entiende que se debe asistir la reconstrucción del sector, que excede el financiamiento, o el ofrecimiento de algún financiamiento, el daño es muy profundo. De allí que es imperioso tener algún aporte o financiamiento muy preciso y pautado para el sector.

No alcanza con instrumentar  líneas convencionales que permita tener los períodos de gracia y espera para que cada productor pueda reponerse, debe ser muy específica en este contexto, que se agrava por la realidad que padecen.

—¿Cómo se llega a esta situación?

—La principal empresa cooperativa láctea de Argentina como es Sancor, arrastraba dificultades en su esquema de funcionamiento, en la instalación y en la recepción de leche, en las demoras para cobrar las ventas al exterior como ser Venezuela a causa de la caída de los precios del petróleo en el mundo. En el último tiempo, tampoco fue acompañada por el Banco Nación, fruto de situaciones que en el convenio con Venezuela se había generado una quita con la entidad oficial nacional y esto ameritaba una asistencia a la empresa. Y las consecuencias son estas.

—¿Se puede evitar el cierre?

—Hay que tomar una dimensión de lo que significa Sancor para la estructura láctea y para el esquema de producción, sostengo que Sancor es la YPF de la leche, para que se pueda entender cuál es la dimensión de la empresa. Es un actor nacional importante en el mercado lácteo. Si desaparece las consecuencias serán importantes.

—Entre las causas del impacto climático en zonas tamberas de la provincia el Inta señaló que el monocultivo y deforestación como factores determinantes en los daños que se generaron a la zona tambera, ¿es necesario articular políticas públicas tendientes a revertir este proceso?

—Sin duda que el cambio climático no apareció ayer, la región tuvo recurrentes advertencias de fenómenos y magnitud. Faltó el compromiso y la previsión de las autoridades provinciales para realizar obras que nunca se hicieron.En 2013 apareció el primer aviso al quedar inundada una localidad y toda la zona de influencia. Desde ese momento el agua nunca se retiró de ese lugar. Recientemente el fenómeno se repitió en otros lugares, esto generó que las capas freáticas suban ocasionando daño a las pasturas, y la imposibilidad del recupero de terrenos para restablecer su capacidad productiva.

—¿Qué respuesta ensayaron productores y tamberos?

—La crisis lechera llevó a que haya algunas parcelas que en lugar de forraje fueran a cosecha para recuperar lo perdido, tampoco se puede afirmar que se trate de una zona eminentemente sojera. Pero si tuvo más soja, como respuesta inmediata para resarcirse de las perdidas. Tanto en Córdoba como en Santa Fe, la crisis tuvo estos perfiles, pero también existieron obras acordadas entre ambas provincias para el tratamiento de la cuenca, sin embargo, Córdoba avanzó con ellas pero no así Santa Fe.

—¿Cuál fue la participación de las comunas en las soluciones?

—Las consecuencias de tener una mayor cantidad de agua que no se va de la región, tiene que ver con la falta de respuestas. Tampoco hay una presencia activa del Estado en el control y en la ejecución de políticas del factor hídrico. Esto generó que cada comuna haya intentado dar una respuesta como podía, porque no tienen infraestructura ni las posibilidades de la conducción técnica para ese tipo de obras. Un ministerio provincial tiene los recursos y el poder de policía para que el movimiento en la cuenca resguarde los intereses de las poblaciones y luego a las explotaciones agropecuarias. No fue así. El daño es grande. No se puede ignorar la capacidad productiva de una región. La salida fue hacer estimaciones de pérdidas, pero lo invertido por el Estado provincial no se conoce.