Un informe publicado en el blog Alquimias Económicas, reveló que el déficit fiscal global (Nación + Provincias, sin socorro del Banco Central y contando el pago a fondos buitres) fue de 7,85% en 2016.

El número definitivo lo dio a conocer la semana que pasó el ministerio de Hacienda. Explican que al aludir a una medición estricta, que especialistas llaman «criterio devengado», es más lento el proceso de cálculo.

En el artículo, firmado por el economista de la UBA y experto en finanzas públicas Oscar Cetrángolo y Julián Folgar, economista recibido también en UBA y especialista en asuntos de la macroeconomía local para el Banco Mundial, se observa que no se advertían números similares desde la hiperinflación de finales de los 80 o la crisis de deuda de inicios de esa década.

Los autores realizaron el informe para «pensar los desafíos macroeconómicos significativos aún pendientes», sobre todo enfocándose en la cuestión fiscal, uno de los grandes problemas que enfrenta la administración Macri.

Cetrángolo y Folgar hacen una breve cronología en la que puntualizan sobre la expansión del gasto público en el período 2004 – 2016, de la mano con un aumento (menor en términos de relación con el PBI) de la presión tributaria.

Si bien el gobierno se aboca en estos días a enviar el proyecto de reforma impositiva al Congreso, en el que se incluirán importantes y variadas modificaciones en alícuotas e incluso creando y dando de baja algunos impuestos, el enfoque «gradualista», así como el crecimiento en partidas como «intereses de deuda» complicarán la baja del déficit fiscal.

«En concreto, y por distintos motivos, actualmente (Septiembre 2017), el balance primario es similar al heredado en 2015 (3.7% hoy vs. 4.0% del PBI), mientras el mayor peso del pago de intereses (fruto de la devaluación inicial y del cambio en el financiamiento -deuda por monetización-) redundó en un deterioro del resultado financiero (5.8% vs. 5.2% del PBI)», señala un pasaje del informe.

En otro tramo, se pone de relieve la reforma que encara el gobierno y los resultados fiscales que generarían. «En general, no pueden considerarse estos anuncios como parte de una reforma integral sino, más bien, como un agregado de medidas puntuales con diferente impacto y significación. Sin duda, para cada uno que las analice, algunas iniciativas aparecen como muy razonables y otras no tanto», aclaran los especialistas.

«Sin desconocer la relevancia de algunos de estos cambios, lo cierto es que no será de estas reformas de donde provengan mejoras sustanciales sobre el resultado fiscal, sino todo lo contrario. Parecen algo optimistas-voluntaristas las propias estimaciones oficiales del impacto global de estos cambios» cierra el informe.