El Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) dictado por Javier Milei tiene múltiples impactos. Si bien contiene diversas desregulaciones, que van desde la habilitación para que los clubes de fútbol puedan constituirse como Sociedades Anónimas Deportivas a la modificación de la Ley de Manejo del Fuego, tiene como principal objetivo barrer las estructuras que rigieron hasta ahora en la economía argentina.

Para cononocer en detalle las consecuencias que tendrá el DNU anunciado por el Gobierno, Conclusión dialogó con el economista de la Fundación Pueblos del Sur, Esteban Guida, quien resaltó que el paquete de 366 artículos -plasmados en un documento de 83 páginas- implica el retiro masivo y fundamental de las regulaciones del mercado en general, lo que incluye todo lo asociado a bienes y servicios.

Este accionar -dijo- genera en primer lugar una gran sensación de incertidumbre, porque una normativa -buena o mala, con sus defectos y virtudes- es derogada por completo y expone al país repercusiones que son complejas. «El gobierno presupone intelectualmente que esto va a tener una consecuencia de mercado, pero el problema radica precisamente en qué tipo de mercado está adelante», señaló Guida.

«Es que si uno pensara que reacciona como un mercado competitivo en términos teóricos, entonces deberían haber muchos oferentes y un precio óptimo -el más bajo-, pero en la práctica sabemos que eso no ocurre y tenemos una economía más bien de tipo concentrada, extranjerizada y primarizada. Entonces, el comportamiento -luego de esta desregulación total- es más esperable que sea de tipo monopólico, oligopólico o discrecional de parte de grandes empresas que controlan las cadenas principales de valor», anticipó el economista.

«Incluso -amplió- hay algunas menciones en el decreto, por lo que estoy pudiendo leer, que hacen referencia puntual a mercados, como por ejemplo el azucarero, que son tradicionalmente incisivos en la cadena de valor alimenticia y estratégicos en términos del consumo masivo. Así que creo que el impacto es incierto, pero desde luego configura una economía donde rige la ley del más fuerte y el Estado deja de hacer esa mediación; ese equilibrio que -bien o mal, con defectos y virtudes- le daba un cierto marco de contención».

Hay favorecidos

Al hacer foco en el discurso que el presidente Javier Milei brindó por cadena nacional y recibir la consulta de si hubo una de las medidas enumeradas que le causara mayor estupor que el resto, Guida nombró la derogación de la Ley de Tierras.

Dicha normativa es la Ley 26.737 de Protección al Dominio Nacional sobre la Propiedad, Posesión o Tenencia de las Tierras Rurales, destinada a limitar la posibilidad de vender a extranjeros tierras que tienen fuentes de agua importantes o que están en zonas de seguridad de fronteras. Puntualmente, fija que únicamente el 15% de los espacios rurales totales de Argentina pueden estar en manos internacionales.

Con la norma derogada, quedó sin límite. «Esta medida ya tiene una repercusión de tipo estratégico, a nivel incluso de las chances que tiene el país de salir de su problema estructural. Acá no solo hay un corrimiento del Estado, sino que también hay una prevenda; un favoritismo deliberado respecto al capital concentrado y foráneo», enfatizó el economista de la Fundación Pueblos del Sur.

Guida también destacó que mucho de lo incluido en este paquete de acciones -como es el caso de la derogación de la Ley de Tierras- no tiene nada que ver con lo que Milei planteó discursivamente durante su campaña electoral e incluso beneficia directamente a aquellos que en otro momento supo identificar como casta o «empresaurios».

«Hay cosas que no estuvieron ni cerca en el discurso de Milei, pero aparecen como decisiones ya tomadas. Eso habla a las claras de que detrás de la fachada de La Libertad Avanza hay intereses inconfesables que están operando en las decisiones. Son los que históricamente afectaron al país. (Impactarán) en el manejo de los recursos naturales y la riqueza que Argentina tiene para enfrentar sus propios problemas», advirtió.

Y añadió: «Hay que ver si detrás de esto ya no hay sectores que están aprovechando. Ojo, no pensemos que el DNU impacta negativamente a todos por igual. Desde ya que habrá sectores, como algunas empresas, que se verán beneficiadas y aprovecharán su oportunidad para ajustar precios o deteriorar la calidad de sus productos. Venderán cualquier cosa en el mercado, porque no hay regulación».

Dificultades en el mundo laboral, inflación y recesión

El economista destacó que es necesario tener en cuenta que el DNU ya entró en vigencia y continuará así hasta que el Poder Legislativo y la Corte Suprema se expidan, en un marco donde se multiplican los señalamientos de inconstitucionalidad del decreto.

En ese contexto, la ciudadanía quedó expuesta al grado de responsabilidad social que tenga el empresariado, que podrá «abusar o no de esa libertad». Los eslabones más débiles de la cadena son aquellos que más expuestos quedan, como los trabajadores afectados por la reforma laboral contenida en el DNU.

De fondo, aparece además una estrategia antiinflacionaria que tiene a la recesión y a la apertura económica como supuestas herramientas de desaceleración. «Desde mitad de año vemos una caída en los indicadores de actividad, pero ahora se va a profundizar y agudizar», auguró Guida.

«Lo que no está claro -siguió el economista- es cómo van a abrir el sector externo, porque las regulaciones al mercado cambiario siguen vigentes. Ahí la estrategia está incompleta, porque las empresas que vean reducida su cantidad vendida, con la desregulación total del mercado obviamente que van a tratar de compensar su caída en los ingresos con un incremento en los precios».

«Si tenés que vender X y te cae la cantidad demandada, y tenés discrecionalidad, lo compensás con aumento de los precios. En el modelo que está en la cabeza del Gobierno, eso se controla con una apertura comercial para que la importación de ese producto discipline esa conducta y entonces los precios bajen por la fuerza. Y si no te gusta, cerrá tu empresa, como dice Milei. Ahora, si la contracción de la demanda ocurre porque los saldos de dinero caen fuertemente pero el mercado sigue bloqueado a la importación, entonces los empresarios no tienen ningún discplinamiento para aumentar sus precios y mantener sus ganancias. Esto es lo que estamos viendo en aquellos bienes y servicios que son impostergabled, como los alimentos y los combustibles», explicó.

Y completó: «Cuando no tienen un control estatal y tampoco una competencia real con el mercado extranjero, lo más esperable es que ante una caída en la demanda aumenten los precios para compensar. Eso puede atentar contra la estrategia antiinflacionaria que está llevando adelante el gobierno. Incluso es mucho peor, el Gobierno puede insistir con la recesión y llevarla al extremo, y aun así no lograr llevar la inflación a niveles que estén por debajo del 2%, que es el ritmo de ajuste del tipo de cambio. Si eso no ocurre y sigue habiendo aumento inflacionario, nuevamente tiene la necesidad de subir el tipo de cambio, pasando a un modelo que se muerde la cola. Es un modelo que, como no es virtuoso ni productivo, no sale por arriba del laberinto y está condenado a padecer sus problemas estrucutrales».