Pese al ajuste en las tarifas de servicios públicos, la quita de subsidios y la paralización de las obras a cargo del Estado, el déficit fiscal se incrementó 15 por ciento en los primeros cinco meses del año en lugar de reducirse, advirtió un grupo de economistas heterodoxos.

«El Gobierno aplica un ajuste que en lugar de cerrar el déficit fiscal, lo alimenta», aseguraron los especialistas de la graN maKro Alejandro Robba y Emiliano Colombo en un reciente informe
divulgado a la prensa.

«Por lo tanto, reduciendo el déficit fiscal y apagando la máquina de fabricar billetes con destino al Palacio de Hacienda se termina el «flagelo» de la inflación (…) Sin embargo, en los primeros cinco meses del año, la inflación se disparó a niveles inéditos y a pesar del ajuste de las tarifas públicas, la quita de subsidios y la parálisis de la obra pública, el déficit fiscal se incrementó un 15%, en lugar de reducirse», agregaron.

Indicaron que «en el acumulado hasta mayo, sin contar con la bienvenida colaboración del BCRA (Banco Central) y del FGS (Fondo de Garantía de Sustentabilidad), el Tesoro experimentó un déficit total de 133.218 millones de pesos, contra los $115.523 millones observados en el mismo período del año anterior».

Los economistas de la graN maKro señalaron que el Gobierno, pese a su propio diagnóstico, «sigue financiando sus cuentas fiscales con emisión» y agregaron que el BCRA más que duplicó el caudal de billetes ingresados al sistema financiero: $30.000 millones frente a $12.000 millones.

«Con datos hasta el 15 de junio, el Tesoro fue la fuente de mayor emisión monetaria con $62.000 millones, seguido por la compra de divisas ($31.000)», dijeron, e indicaron que «otra de las fuentes a las que echó mano el Gobierno para mostrar ingresos fue el Fondo de Garantía de Sustentabilidad, que le aportó al Tesoro unos $27.470 millones, el doble que en los primeros cinco
meses del año anterior».

Los especialistas de perfil heterodoxo resaltaron en su informe que «el déficit (o el superávit) fiscal no es bueno o malo en sí mismo, sino que se deben desmenuzar sus componentes: quiénes
tienen la mayor carga impositiva y quiénes se benefician de un mayor gasto».

Subrayaron que «en el primer caso, eliminar bienes personales o las retenciones no estaría colaborando a tener una estructura tributaria más progresiva. Y en el segundo, no es lo mismo destinar una mayor parte del gasto público al pago de la deuda que invertir en obra pública o en educación».

«Entonces, ¿a qué se debe este aumento del déficit fiscal, aun a contramano de lo que supuestamente está buscando el Gobierno?

La amplitud del rojo fiscal se debe buscar más en la caída de los ingresos que en la evolución del gasto», consideraron.

«Así, las políticas implementadas por el Gobierno jugaron en contra de conseguir mayores ingresos», destacaron, y agregaron que «se registró un ajuste en los salarios a los empleados públicos» y
en los primeros cinco meses del año la inversión estatal se desmoronó 22% contando el efecto del aumento del costo de vida.

Remarcaron que «este resultado fiscal se subsana parcialmente, aun contra la propia creencia gubernamental de que la emisión genera inflación, pidiéndole muchos más pesos al BCRA que lo que
hizo en el mismo período del año anterior».

«La paradoja es que la inflación sigue subiendo y el Gobierno ni siquiera aplica las recetas de su propio, equivocado, diagnostico de bajar el déficit o dejar de emitir. Por el contrario, deberían buscan las causas del salto inflacionario por otro lado», recomendaron.

Enumeraron en este sentido «la abrupta devaluación de la moneda y el alza desmedida de las tarifas del gas, la luz y el agua que está acelerando los IPC (Índices de Precios al Consumidor) de todas las provincias».

«Seguir por el camino del ajuste es seguir cayendo por el túnel del que habló la vicepresidenta de la Nación (Gabriela Michetti), que en realidad se llama estanflación: recesión más inflación, y la salida justamente no es más ajuste, sino más mercado interno, más industria y más empleo», resaltaron finalmente los economistas de la graN maKro.