Por Alejandro Maidana

El último Censo Nacional Agropecuario se llevó a cabo entre el 15 de septiembre de 2018 y el 31 de marzo de 2019. En él se indicó que el 1% de los propietarios concentran más del 40% de las tierras en Argentina, un índice muy similar al de la provincia de Santa Fe. En nuestra provincia, el 60% de las tierras están en manos del 0,06% de la población.

La principal oleaginosa sigue siendo la soja, ocupando una superficie de 12.734.371,7 hectáreas en 124.827 parcelas. La soja representa el 88% del total de la superficie implantada con oleaginosas. La provincia que ocupó mayor superficie fue Buenos Aires, con un total de 3.899.212,9 hectáreas, seguida por Córdoba con 3.476.388 hectáreas, y la provincia de Santa Fe, con 2.329.011,8 hectáreas. El segundo cultivo oleaginoso en importancia, en términos de hectáreas, es el girasol.

El escenario productivo es muy explícito, la producción de commodities se impone de sobremanera por sobre el derecho que ostenta el pueblo de recibir una oferta variada de alimentos saludables y a precios accesibles. El latifundio no perdona, se profundiza, y sigue marcando a placer una agenda político económica que lo tiene como prestidigitador.

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La actual pandemia exacerbó las deshumanizantes diferencias sociales que atraviesan a un país que sigue preso de rancios discursos que solo sirven de garantes para que los privilegios de unos pocos no sean interpelados. La imponente concentración de tierras desnuda un escenario pavoroso, la ruralidad ha sido modificada de una manera tan abrupta como impiadosa, más del 90% de la población hoy reside en ciudades o en pueblos.

El desarraigo golpea como un yunque. La acción involuntaria pero obligada de abandonar la tierra que abrazó a distintas generaciones, es obra de un modelo de producción enemigo de la chacra mixta, la biodiversidad, y la producción de alimentos saludables y accesibles al bolsillo del consumidor. La necesidad de impulsar un cambio de paradigma debe ser considerado premisa fundamental, si bien el furibundo lobby del agronegocio no deja de oprimir a la opinión pública, no podremos soñar jamás con una Argentina equitativa, si el modelo productivo imperante sigue siendo el titiritero de nuestros días.

Por una Ley de Tierras que cobije al «otro campo», el que alimenta

En un contexto de crisis sanitaria y alimentaria, la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Tierra (UTT) realizó este miércoles un «alimentazo» en el cual pusieron a disposición del pueblo alimentos sanos y cooperativos en todo el país. La acción busca visibilizar la necesidad del acceso a la tierra para que las familias productoras de alimentos puedan vivir y trabajar dignamente mientras ofrecen comida sana y accesible para las y los argentinos.

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La sanción de esta ley es reclamada desde 2016, cuando el proyecto se presentó por primera vez, con el primer «verdurazo» realizado al gobierno de Mauricio Macri. Luego volvió a ser ingresado al Congreso en 2018 y en 2020, ya con un diálogo abierto con el Frente de Todos. De hecho, algunos de los actuales integrantes del gabinete, siendo diputados, dieron su apoyo a la propuesta, como el actual ministro de Agricultura Luis Basterra.

En diálogo con Conclusión, Raúl Tolaba, productor organizado en la Unión de Trabajadores de la Tierra de Santa Fe, indicó: “Decidimos realizar esta manifestación pacífica con la idea de poder visibilizar nuestra necesidad de tener una ley que impulse el acceso a la tierra. Por ello solicitamos la pronta aprobación de nuestro proyecto de ley en el Congreso de la Nación”.

La concentración de tierras, por ende, de producción y privilegios por el sobre resto, amerita la complejización de un debate político que no debería hacerse esperar. “Este sería como un Procrear rural, ya que la tierra sigue siendo el eje de toda discusión. La intención es no perder los cinturones hortícolas de la provincia, para de esa manera seguir produciendo. Somos uno 200 productores, pero en esta oportunidad hemos decidido que participe del «verdurazo» un número menor debido al contexto pandémico que nos atraviesa”, sostuvo Tolaba.

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Quién también brindó su punto de vista sobre el «alimentazo federal» que llevó adelante la UTT, fue Carla Sossa. “Esta acción que consideramos vital a la hora de hacernos escuchar, va a continuar durante los próximos días en gran parte del país. Exigimos una pronta aprobación de la ley que nos permita acceder a la tierra a través de un Procrear rural. Solo el 13% de las tierras se encuentra en manos de los pequeños productores que producen más del 60% de los alimentos que circulan en el mercado interno”.

Para concluir, la productora nucleada en la Unión de Trabajadores de la Tierra indicó que “las empresas agrarias que representan solo el 1%, controlan casi el 40% de la tierra cultivada en nuestro país. En el día de hoy (miércoles) donamos casi 1.000 kilos de verduras con la intención de que se visibilice nuestro reclamo, las pequeñas productoras y productores necesitamos una vivienda digna y tierra para poder trabajar”.