El ex vicepresidente de Cristina Fernández de Kirchner, Amado Boudou, dijo que la situación económica mundial es “en algún sentido el corolario de la crisis que comenzó en 2008 en el plano económico financiero, agravada por una crisis humanitaria sin precedentes”, al respecto de la pandemia de coronavirus.

Durante una entrevista radial ofrecida este jueves, Boudou fue más allá y agregó que el cambio de paradigma que se anuncia por estos días, después de que finalice la situación sanitaria global, “no necesariamente va a ser para mejor” y que ello “dependerá de los gobiernos”.

En tal sentido, el economista describió que “hay dos fases”, que la primera de ella es “pasar la crisis humanitaria del coronavirus” donde el presidente Alberto Fernández está “poniéndose al frente de una forma muy seria y muy responsable que da la talla con la altura de los tiempos” y la segunda es que “hay que ir pensando” qué se va a hacer” el día después y “hay que ir pensándolo desde ya”.

Enseguida, agregó que “si la  sociedad argentina tiene expectativas de un funcionamiento razonable, va a requerir cambios de paradigmas y cuestiones estructurales, no hay que pensar en administrar el sistema, sino que haya cambios en el sistema”.

“Había un economista norteamericano que se llamaba Hyman Minsky, que trabajaba en la Reserva Federal y que no era un kirchnerista”, recordó Boudou, que tenía un concepto que decía que “los mercados son excepcionalmente buenos para asignar todo aquello que no importa como los talles de ropa y los colores de la pintura, pero para los mecanismos que son socialmente importantes, no tienen ninguna relevancia, fallan, fracasan y generan una mala asignación”.

Por ello, el ex vicepresidente se refirió con contundencia: “Hay cosas que no pueden estar en el mercado, tenemos que ir viendo como le sacamos cosas al mercado porque las asigna mal, tenemos que encontrar la forma de articular la posibilidad de llegar al poder quienes tenemos una mirada distinta”

“Argentina dio un paso muy importante sacándose de encima a Macri, este es un momento en el que hay que encolumnarse detrás del presidente y no tiene que haber ecos y voces disfuncionales, pero sí hay que prepararse para el día después”, recalcó.

Enseguida regresó a la mirada global de la economía y añadió: “Nosotros vivimos una dictadura del capital por sobre cualquier otro criterio en la humanidad, y por eso me parece que de aquí en adelante, lo importante es sacar cuestiones de la vida de la lógica del mercado”.

“Esta dictadura del capital incluye socialismo para los banqueros y capitalismo salvaje para los trabajadores”, describió, y explicó los resultados de la crisis financiera de 2008: “Los trabajadores del mundo rescataron a los bancos y esto se usó para que los gerentes y los dueños de los bancos cobraran bonos enormes y para que los salarios siguieran sin aumentar y el desempleo siguiera en niveles extremadamente altos en todo el mundo y esta situación puede repetirse”.

A continuación, Boudou abundó: “Esta solución que proponen, que los Estados se queden con bonos de las empresas, que en vez de que emitan deuda que emitan titularidad de las empresas para que se las queden los Estados, a mí tampoco me parece una buena salida porque lo importante no solo es la estructura de propiedad, sino cuál es la lógica que gobierna a las organizaciones”.

“Si el Estado se va a quedar con las acciones y la empresa va a seguir funcionando con la lógica de mercado, no sirve para nada, es un debate que va a venir entre estatizar y nacionalizar como es el caso de YPF en la Argentina porque más importante que nacionalizar es estatizar porque eso implica sacar a la empresa de la lógica del mercado”.

Asimismo detalló que “por ejemplo en el caso de los servicios públicos ¿qué importancia tendría que el Estado se quede con el 51 % si los socios te van a seguir pidiendo que tengas la lógica de una supuesta eficiencia?”

“La eficiencia de los servicios públicos es que sean un vector de desarrollo del país porque las tarifas no sólo determinan el salario real de las familias, sino también la productividad y la competitividad de las empresas nacionales que usan esa energía” redondeó.

La cárcel y el aislamiento

En otro pasaje de la entrevista, el ex funcionario nacional recordó: “Nosotros tomamos la decisión de aislarnos antes que el servicio penitenciaro. Era una cosa que teniámos que hacer, pero los agentes del servicio penitenciario entran y salen. Lo ideal hubiera sido que hubiera entradas  y salidas por lo menos por tiempo más prolongado que lo habitual”.

“Esto está siendo muy grave para aquellos presos que tienen problemas de salud preexistentes severos y en esta situación no hay como atenderlos. Y esto no tiene que ver con la voluntad o no de quienes trabajan en los servicios penitenciarios sino con cuestiones de infraestructura que no se pueden resolver de un día para el otro como está sucediendo en toda la sociedad, entonces acá es mucho más grave”, describió.

En tanto, manifestó su preocupación al respecto de la situación sanitaria porque “que haya coronavirus sería una trampa mortal, son cuestiones que hay que ir viendo que se hace rápidamente, porque parte el sistema penitenciario está  sujeto al dictado del lawfare y hay parte del sistema judicial que está jugando a la política con la vida de los detenidos”.

“Me parece que esto puede terminar muy mal si algunos jueces y fiscales del sistema de administración de leyes no están a la altura de las circunstancias. El caso más obvio es el Luis D’elia, pero esto se replica en personas que no son conocidas pero están en situaciones similares”, disparó el economista.

Finalmente, reclamó: “Que las telefónicas dejen de ganar plata por un instante y liberen los teléfonos de las cárceles, porque las mujeres y varones que estamos encerrados no podemos hablar con nuestras familias y esto deja a las claras que los servicios públicos no pueden estar lucrando y condicionando a los gobiernos. Nadie los eligió como sí elegimos al presidente”.