En un muy discreto almuerzo en plena City porteña, gazpacho de palta y pepino, y ojo de bife mediante, un grupo de empresarios muy ligados a la exportación discutían días atrás sobre los problemas de la caída del mercado interno, pero también sobre las limitaciones que siguen teniendo para exportar, a las que se suma el crecimiento del problema que sigue irradiando desde China por el coronavirus, que aún no se sabe cuándo ni cómo termina, pero que además de los temas de salud pública, ya está pegando fuerte en varios mercados con caídas de demanda y precios.

No solo ahí, los hombres de negocios decían que China ocultó durante casi un mes la cuestión, y otro tanto hizo luego la OMS (Organización Mundial de Salud) durante otras 3 semanas, lo que ya está siendo fuertemente cuestionado desde distintas partes del mundo por la irresponsabilidad en la pérdida de tiempo para atacar el mal. Ahí se supo, además, que por ejemplo los asiáticos toman muy poca leche en sus casas, pero sí lo hacen y en cantidad, cuando salen (desayunos, helados, etc.), pero como ahora deben quedarse en sus domicilios para evitar expandir el contagio, la demanda de lácteos cayó en forma marcada y con ello los precios de exportación que retrocedieron entre u$s300 y u$s350 por tonelada.

Respecto a cuestiones más locales, también comentaban que el nuevo decreto “congelando” por 180 días los nombramientos públicos va a impedir completar las grillas de funcionarios que, en algunas áreas, aunque los funcionarios están propuestos, no tienen aún aceptación oficial y, por ende, están sin nombramiento ni firma, lo que viene atrasando cantidad de gestiones operativas.