Este fin de semana se dio a conocer el relevamiento realizado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came), sobre el Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD), que arrojó que los consumidores pagaron $3,9 (góndola/destino) por cada $1 que recibieron los productores por los agroalimentos que componen la canasta.

En ese marco, el titular de la Asociación Empresaria de Rosario (AER) Ricardo Diab habló con Conclusión y explicó que si bien el estudio “no indica que el comerciante está vendiendo o ganando más o menos, porque es el receptor final de toda la cuestión, sí indica que los distintos actores y aspectos fundamentalmente impositivos, generan una variable que dan, en este caso, cerca del 4%, pero hemos llegado hasta un 6% de brecha, en distintas circunstancias”.

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“Medimos eso para ir testeando mes a mes cómo se va ampliando o achicando esa diferencia con rubros muy similares. Porque desde que sale el producto en bruto del campo, lleva un packaging; necesita un traslado; frío, si lleva cadena de frío; los impuestos que tiene encima; va a un mercado; la ley de oferta y demanda conforme al producto; si es de estación o no, o sus características; el flete que conforme los aumentos o no de combustible incide rápidamente. Eso hace todo ese combo de aumento que cuando vamos a la góndola o a alguna granja, alguna verdulería a comprar, veamos los precios definitivos”, enumeró Diab marcando los distintos aspectos impositivos que inciden en el precio final de los productos.

Según precisó, durante el mes de abril los productos alimenticios que marcaron más diferencia fueron las carnes, huevos y limones. “Estamos hablando de productos estacionales y lógicamente también hay menor oferta, entonces aumentan los costos, por eso es muy variable”, aclaró.

Luego, consideró que “el mayor abuso está en la cuestión impositiva. Hablar de un 50% mínimo en cualquier producto que compras, que llevas de impuestos, ya es un montón. Y el Estado es el responsable de eso. Sabemos que el Estado no se achica, se agranda continuamente. Y eso es parte de esto. Y la otra, es el transporte. Sin desmerecer los costos que tenga, porque lógicamente es un actor principal dentro del movimiento ya que son productos que vienen de regiones específicas y normalmente están alejados de los centros de distribución”.

Ante este panorama, Diab fue consultado sobre las estrategias que puede utilizar el comerciante para fomentar la venta, y señaló que “es todo precio. Precio y flexibilidad en el pago. Y eso es muy difícil hoy porque financiarse va a ser cada vez más difícil, conseguir buen precio también es difícil, por lo cual normalmente el pequeño comerciante pierde rentabilidad en pos de poder conservar el cliente”.

“Hemos marcado que en los últimos seis meses hemos caído un 0,7% con respecto a los seis primeros meses del año anterior. Y esto es una tendencia que va a ser difícil de revertir en los próximos meses”, finalizó preocupado.