El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) publicó, el pasado martes, una inflación del 6,6%, correspondiente al mes de febrero. La cifra es claramente poco alentadora ya que por tercer mes consecutivo registra suba, alcanzando una proyección interanual del 102,5%.

Este contexto impulsó el debate en el mercado de una posible nueva suba de tasas del plazo fijo por parte del Banco Central (BCRA).

Actualmente la Tasa Nominal Anual (TNA) de los plazos fijos tradicionales se encuentra en el 75%, y la misma fue pactada en septiembre del año pasado. Desde allí el BCRA no modificó el porcentaje de rendimiento de este tipo de inversiones.

Desde ese momento y hasta ahora, la tasa efectiva es del 107%, lo que garantizó, a lo largo de todos estos meses, una ganancia para el ahorrista del 6,2% mensual.

Hasta el mes pasado, cuando la inflación fue del 6%, todavía le ganaba a la inflación, o por lo menos la empataba. Pero el dato de febrero rompió esa relación beneficiosa para el ahorrista, que perdió 0,6% contra ese índice.

Ante esa realidad, crece la expectativa de que el Banco Central decida este jueves subir la tasa con el objetivo de mantener los pesos en los instrumentos en pesos y desalentar la ida al dólar.

Algunos especialistas del mercado financiero indican que el Banco tiene margen para hacerlo. Y hablan de que subiría el rendimiento del plazo fijo unos 5 puntos para garantizar una tasa positiva, luego de la inflación de febrero.

Algunas voces de la City sostienen que, para llevarla por encima de la inflación núcleo, se debería pensar ya en un alza por encima de los 17 puntos, lo que la llevaría del 75% al 92% anual, con un rendimiento mensual del 7,7%. Sin embargo, esa posibilidad es descartada casi unánimemente por los analistas, que esperan un alza más conservadora de entre 5 y 7 puntos.