Las prioridades de la Estrategia País del BID (Banco Interamericano de Desarrollo) para la Argentina en el período 2021-2023 se centrarán en “asistir a los sectores más vulnerables afectados por la crisis económica y la pandemia de Covid-19; contribuir a estabilizar la macroeconomía; e impulsar una agenda de recuperación económica y de reducción de pobreza sostenida”.

Para ello, el organismo se propone trabajar en cuatro ejes estratégicos que guiarán las acciones operativas con y sin garantía soberana, cooperaciones técnicas y productos de conocimiento, según detalla el documento “Estrategia del Grupo BID con Argentina 2021-2023”, al que Télam tuvo acceso.

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Esos ejes son: reducción de la pobreza y protección social a los más vulnerables; recuperación económica y desarrollo productivo 4.0; estabilidad macroeconómica y eficacia de las políticas públicas; y transformación digital como eje transversal del desarrollo.

“Cada eje también incorpora aportes en favor de la diversidad y género; y de la sostenibilidad ambiental”

Agregó que, “en su esfuerzo de reducir la desigualdad y generar una mayor protección social, en particular en grupos aun no alcanzados por el esquema actual, el Gobierno enfrenta restricciones de financiamiento asociadas al contexto macroeconómico, lo que demanda una mejor focalización de las políticas públicas y eficiencia técnica que permita atender y asistir a los a sectores vulnerables y priorizar áreas con alto impacto social”.

El BID proyectó para el período 2021-2023, en su escenario base, un promedio anual de US$ 1.479 millones en aprobaciones de créditos, y desembolsos anuales promedio de alrededor de US$ 1.394 millones.

De ese modo, el flujo neto de préstamos (descontados los repagos) sería de alrededor de US$ 458 millones promedio por año, con lo cual la deuda del país con el BID alcanzaría los US$ 14.731 millones en 2023.

El organismo financiero regional es el principal socio multilateral de la Argentina, y al 31 marzo pasado la cartera activa de operaciones con garantía soberana superaba los US$ 10.000 millones, conformada por 57 préstamos.

A la vez, la cartera activa de BID Invest (que financia en forma directa al sector privado), constaba a la misma fecha de 25 operaciones por un monto aproximado de US$ 591,1 millones, mientras que el BID Lab (laboratorio de innovación) mantiene 18 operaciones por un valor de US$ 17,9 millones.

El documento advierte que las previsiones del escenario base podrían modificarse “ante un eventual cambio en el contexto de estabilidad macroeconómica y crecimiento, incluyendo un nuevo acuerdo con el FMI”.

Bajo ese probable contexto, el BID proyectó para 2021-2023 un promedio anual de aprobación de préstamos por US$ 1.846 millones y desembolsos por alrededor de US$ 1.636 millones.

En este caso, indicó, el flujo neto de préstamos promedio sería de US$ 701 millones por año, y la deuda del país con el BID alcanzaría US$ 15.459 millones en 2023.