El ministro de Economía de la Nación, Axel Kicillof, señalo ayer que la información recibida desde Francia, de argentinos o empresas que tienen cuentas en Suiza, es parcial y abre un camino a la investigación ya que la causa vinculada a la sucursal que el banco HSBC tiene en Suiza se relaciona con la actitud de “un arrepentido aparentemente” que sería quien tenía los datos que se conocieron y decidió ponerlos “a disposición de la justicia francesa” que es la institución que “toma los recaudos para legalizar” esa información.

Además, reveló que “lo que se obtuvo de la justicia francesa es que se encontraban las 4.040 cuentas en un momento” y que esto no devela “la dinámica” de las mismas, por lo que Kicillof se preguntó si la cantidad de cuentas “siempre fue la misma y desde cuándo”; también se permitió dudar sobre el carácter de las mismas al expresar “si alguna de ellas son cuentas en tránsito”.

En otro tramo de sus declaraciones puntualizó que “esto es la punta del iceberg” por lo que sería “necesario profundizar la investigación”.

El ministro precisó que “hay que determinar la magnitud de los fondos fugados al exterior”, puesto que esas cuentas en un alto porcentaje “no se declararon en la Argentina y menos por esos valores”.

El titular de la cartera de economía indicó que las reservas del Banco Central “son más o menos 29 mil millones de dólares, lo que da a entender que son el diez por ciento del total de los depósitos” en existencia en la entidad y que “ese dinero es el que fugaron argentinos” a los que recriminó al aseverar que “esa plata tendría que estar en el banco central”.

Kicillof ya había sostenido que las entidades bancarias para “facilitar la salida de depósitos del país” a cuentas en bancos del exterior “deben hacer una asociación ilícita” por lo que estimó que por ese “tipo de operaciones seguramente le deben cobrar comisiones”.

El ministro de economía recordó que por esta misma causa “hubo multas multimillonarias en Estados Unidos vinculadas al HSBC de Suiza”. Y reflexionó que lo interesante del caso argentino es que “derrumba los mitos urbanos, de que tanta plata afuera es muy difícil de detectar y de perseguir”.

Por su parte, el titular de la Administración General de Ingresos Públicos (Afip), Ricardo Etchegaray, dijo que la evasión con cuentas ocultas en Suiza equivale a “2,5 veces la asignación universal por hijo” y reveló que el monto total se aproxima a los 62 mil millones de pesos”.

Etchegaray afirmó que estos son algunos de los datos obtenidos por Afip tras la investigación realizada desde 2006 de las cuentas del banco HSBC en Ginebra, y agregó que el monto de la evasión “es igual a la suma de las erogaciones fiscales previstas para todos los programas sociales juntos”.

En sintonía con las declaraciones de ambos funcionarios, también la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, cuestionó que por los que fugan dinero a cuentas del exterior ilegalmente “pierde el estado y perdemos todos” y se lamentó que “son miles los puestos de trabajo que se conseguirían con obras si ese dinero estuviese en el país”.

A su vez, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, se refirió a las maniobras que los “medios hegemónicos” desplegaron, y denunció que tenían por finalidad “proteger a los evasores”. Además, Capitanich, los acusó de propalar “burdas patrañas” cuando se publicó que “había funcionarios del ministerio de economía que tenían cuentas en el HSBC” y profundizó su embestida al sindicarlos como “manipuladores y extorsionadores”.

Cabe recordar que días pasados, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner ya había acusado al banco HSBC de haber facilitado la apertura y ocultamiento de cuentas de argentinos en la sucursal de Suiza que tiene el holding cuando dijo “que de 4.040 cuentas solamente 123 o 125 estaban declaradas en la Afip de Argentina”.