La recesión económica y el menor nivel de consumo derivado de la pérdida de poder adquisitivo de los salarios ya impacta de lleno en la producción, donde los principales perjudicados son los trabajadores que ven perdidos sus puestos de trabajo.

En febrero, el empleo retrocedió en términos netos por tercer mes consecutivo, con un retroceso de 0,3% frente a enero, mientras que los salarios se ubican a niveles por debajo del 2004, de acuerdo a la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) publicada por la Secretaría de Trabajo. Se trata de la mayor baja para ese mes desde el año 2002. El resultado son 3,2 millones de pobres nuevos.

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Sólo entre diciembre y enero últimos se perdieron 68.800 empleos; 36.000 en el sector privado, 30.000 en el sector público y 2.400 trabajadoras de casa particulares. Debido a la parálisis de la obra pública, el mayor deterioro se registró en los trabajos vinculados con la Construcción. En contraposición, los monotributistas, el segmento laboral más precario, sumó a casi 35.000 personas.

La menor masa laboral y la licuación de ingresos frente a la inflación y los tarifazos de servicios públicos derivaron en un significativo crecimiento de la pobreza, que, según datos de la Universidad Di Tella, alcanzaría a 24 millones de personas.

En términos concretos, el «Nowcast de Pobreza» que elabora la Di Tella todos los meses sobre la base de la Encuesta Permanente de Hogares del INDEC daba cuenta de un aumento de 3,2 millones de personas que cayeron en la pobreza durante el primer trimestre de 2024: se trata prácticamente de un millón de nuevos individuos promedio por cada mes de gobierno de Javier Milei.

Los primeros meses de la gestión libertaria en la Casa Rosada se caracterizaron por una altísima inflación, aumentos generalizados en los servicios y liberación de precios combinados con sueldos y haberes jubilatorios postergados. La pobreza alcanza al 48,3% de la población urbana según los cálculos de la Universidad Di Tella y hay 22,6 millones de argentinos viviendo bajo la línea de pobreza, lo cual si se extiende a nivel nacional llegaría a los 24 millones.

El estudio reflejó que la tasa de pobreza fue del 48,3% para el semestre octubre-marzo. «La incidencia proyectada es un promedio ponderado de una tasa de pobreza estimada en 44,9% para el cuarto trimestre de 2023 y 51,8% para el primer trimestre de 2024″, indica el informe. En el estudio se estima la incidencia de la pobreza medida en términos del porcentaje de personas que viven en hogares pobres, en forma semestral.

El avance de la indigencia fue más rápido: de un año a otro, la pobreza creció 2,5 puntos porcentuales y la indigencia, 3,8 puntos. Las distintas regiones del país muestran realidades diversas.

En ese sentido, el conglomerado urbano con el número más alto de pobreza es el Gran Resistencia (Chaco), con 65,2%; le siguen Concordia, Entre Ríos (56,2%); Santiago del Estero-La Banda (53,2%); La Rioja (51,6%), Gran Santa Fe (48,9%); Formosa (46,9%); San Nicolás-Villa Constitución (46,7%); Rawson-Trelew (46%) y el Conurbano Bonaerense (45,5%). Con el mismo criterio de análisis por centro urbano, en Gran Resistencia casi una de cada cuatro personas es indigente.