El dólar sigue subiendo y este lunes ya superó los $30. Por eso, desde el Gobierno anunciaron una serie de medidas para intentar controlar el precio de la divisa.

El Ministerio de Hacienda anunció que suspenderá la licitación diaria de dólares por “exceso de liquidez en pesos», se reducirá el stock de lebacs y el Banco Central elevó del 40 al 45% la tasa de referencia asegurando que continuará en ese nivel hasta octubre próximo.

En medio de estas modificaciones, Conclusión dialogó con el economista Esteban Guida, quien afirmó que “el problema central de desconfianza se traduce en una mayor presión sobre la divisa”, comenzó diciendo Guida.

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Con respecto a la suspensión de licitación de dólares, Guida aclaró que la medida no se trata de un cepo, “no es una prohibición fiscal de compra de dólares”. “La licitación quiere decir que el Banco Central los ofrece a un determinado precio. La medida significa que los dólares que el Banco Central ofrece a un precio más bajo son menos. Pero tenemos un mercado libre, si la gente quiere pagarlo más que eso puede ir a comprarlo a ese precio. Y cuando la presión de demanda es mayor no sirve como estrategia de contención del tipo de cambio”, consignó.

“La suspensión o la menor oferta o cantidad de dólares que se licitan por día es un intento de defender el poco margen de maniobra que le queda al Banco Central para responder a la presión a la suba del dólar”, analizó el economista.

“Cuando el Banco Central empezó a bajar la cantidad de dólares que ofrece a un determinado precio, el precio subió porque la demanda es persistente”, comentó Guida.

Para controlar el precio, Guida afirma que el Banco Central intentará hacer “otras colocaciones, tentar a lo bancos y fondos de inversión con otros activos para que se queden en títulos y no se vayan al dólar. Pero no está cambiando en esencia las reglas de juego del mercado cambiario, que son la libertad cambiaria y el acceso irrestricto, la libertad para liquidar, que son los grandes motivos por los cuales hay escases de dólares”.

En cuanto a la suba de tasas, la decisión “responde a incrementar los incentivos para que los bancos y los operadores financieros no vayan a dólar. O sea, se le ofrece una ganancia extraordinaria por una tasa sideral a los bancos, pero la desconfianza sigue, todos se preguntan cuándo va a terminar esto. Eso se traduce en un riesgo país creciente. Y además, en el costo de colocación de deuda que crece”, continuó el director de la fundación Pueblos del Sur.

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Además, la intención de ir desarmando las posesiondes de lebac con otros títulos de más plazo y que estén en cabeza del tesoro nacional, es pasar una deuda del Banco Central a la administración nacional. Pero en la medida que suba la tasa de interés los agentes económicos se ven atraídos por las altas tasas pero a la vez se encarece el crédito y se restringe aún más la economía, que es el problema de la economía real.

“El clima que vemos es que el Gobierno sigue probando con las mismas recetas y condicionado por las imposiciones que le ha puesto el Fondo, que es sostener un nivel de reservas mínimo para afrontar futuros pagos de deuda, con lo cual limita el accionar del Banco Central para controlar la corrida del dólar”, explicó.

Gran crisis

El economista define a la situación como “de gran crisis y volatilidad en el mercado cambiario”. “Es porque la demanda de dólares que tiene la economía supera ampliamente la demanda que hay. Ese es el principal problema. Lo que hace el Banco Central, dentro de un contexto de libertad para comprar y jugar, frenar por métodos fiscales y monetarios esa ida al dólar. Lo que pasa es que eso está costando muy caro”

Lo que estamos viendo son medidas que está probando el Banco Central para tentar a los bancos para que cuando venzan las lebacs vayan a otros activos, como las letras del tesoro”, aseguró Guida.

En esta semana se desarrolla la primera auditoría del Fondo Monetario, así que “lo que está por verse es qué margen de maniobra va a tener el Banco Central porque todo lo que está haciendo ahora está dentro del acuerdo con el Fondo, no actúa discresionalmente. Y el acuerdo tiende a garantizar el repago de la deuda pública, o sea, tener los dólares necesarios para que Argentina no entre en default”.

“Es una situación compleja porque no sabemos para donde va a terminar saliendo la cuestión, o sea quién paga los costos, sobre quién se carga el pato, la gran preocupación es que termine siendo el Estado argentino el que cargue con la deuda y los bancos y el sector financiero termine siendo salvado”, cerró Guida.