Tras la contundente derrota en las elecciones primarias del pasado domingo, se viven horas de extrema incertidumbre cambiaria y financiera en el país, que atraviesa su tercera crisis de magnitud en 15 meses y en medio de una recesión profunda y prolongada.

Ante un escenario estremecedor, con caída récord de activos argentinos tanto en la bolsa local como en Wall Street y una nueva devaluación brutal de la moneda, el presidente Mauricio Macri anunció este miércoles, tras una conferencia dubitativa y quejumbrosa el lunes, una batería de medidas económicas, apuntadas a trabajadores y pymes, luego de pedir “disculpas” por sus anteriores declaraciones.

Para matizar el nivel de riesgo o eficiencia posible de esas medidas, vale atender el análisis que esbozó el experto en Política Económica Internacional, Pablo Tigani, en un artículo publicado en el matutino Ámbito Financiero que “la cesación de pagos que anticipan los mercados en los valores de los (CDS-Credit Default Swaps) involucra un eventual default de empresas privadas, profundiza la actual recesión, crece el desempleo y cae el salario.”

Es decir que la lectura que hacen refiere a la insolvencia del país para cumplir sus obligaciones futuras, lo que los hace desprenderse de papeles de deuda argentina.

“Parte de los acreedores son argentinos. La contrapartida de los depósitos bancarios son los activos de los bancos: títulos de la deuda y Leliq. Todos ellos perdieron 25% en un día”, sentenció el también Doctor en Ciencia Política y profesor del MBA.

Tigani también apuntó al hecho de que se devalúe fuertemente la moneda en un lapso corto de tiempo, en particular en un mismo mandato, el de Mauricio Macri al frente de la Presidencia.

Para Tigani, si un país devalúa “tres o cuatro veces” en pocos años, eso “espanta” a depositantes, que optan por lo obvio, retirar depósitos, y en el caso de ahorristas, desprenderse rápidamente de bonos argentinos, cuyo valor se destruyó.

En ese sentido, el economista opinó en su columna que los tenedores externos de bonos (fondos de pensiones, de inversión e inversores individuales) “no volverán a comprar títulos de Argentina por largo tiempo”.

Es que, como bien graficó, una nueva devaluación de la moneda no hace más que inducir las expectativas hacia la desvalorización generalizada de activos. Esto abarca no sólo al papeles financieros, sino también casas, autos u otro tipo de bienes muebles e inmuebles.

La ya delicada situación fiscal del país, sólo profundiza su deterioro ante la caída de la recaudación que preanuncia esta devaluación, lo que acarreará nuevos incumplimientos en las metas pautadas con el Fondo Monetario Internacional (FMI), ante lo cual el desenlace más temido podría ser la suspensión por parte del organismo del envío de fondos del préstamo, acelerando la cesación de pagos.

Por último, Tigani advirtió en Ámbito que “se multiplican los pronósticos negativos” ya que “de las devaluaciones, se demora en salir y no hay tiempo, crean caos económico y social”, a la vez que “a estas medidas, los mercados van a reaccionar mal y el FMI les puede soltar la mano”.

La devaluación pone nuevas expectativas de desvalorización de todos los activos. Casas, autos, acciones, títulos. Las expectativas post devaluatorias provocan caídas de recaudación que agravan la situación fiscal-incumplimiento de las metas con el FMI que puede suspender los desembolsos pendientes.

Así se van multiplicando los pronósticos negativos. Las devaluaciones crean caos económico y social, no hay precios ni alcanza el dinero. De las devaluaciones, se demora en salir y no hay tiempo. A estas medidas, los mercados van a reaccionar mal y el FMI les puede soltar la mano.