Desde que comenzó la corrida financiera, los certificados de acciones de las empresas argentinas que que cotizan en Wall Street, cayeron a valores cercanos al 80 por ciento.De las 19 firmas nacionales que cotizan con esta modalidad tenían de manera conjunta un  valor bursátil de mercado, de poco más de USD 122.000 millones. Al cierre del día 30 de agosto el registro fue de USD 83.600 millones. En términos porcentuales perdieron un 30% de su valor.

Tenaris

En este contexto los más perjudicadas fueron las acciones de los bancos. El Banco Supervielle -el más afectado- cayó un 78%: valía USD 2.410 millones en abril y ahora USD 526 millones. Lo secundo el Galicia (-64%), Banco Francés BBVA (-63%) y Banco Macro (-60%).

Según los analistas, a causa del aumento del riesgo país los bonos perdieron valor y sus tenencias de títulos públicos terminó impactando en su patrimonio. Le siguen Pampa (-60%), Edenor (-57%) y Central Puerto (41%).

Entre las empresas menos perjudicadas desde que comenzó la crisis, hace cuatro meses, están las dos empresas del Grupo Techint: Tenaris (-4%) y Ternium (-19%), blindadas por sus negocios en el exterior. En términos absolutos la que más valor perdió fue Telecom: USD 5.646 millones. Pasó de USD 13.050 a USD 7.404 millones.

La otra cara de la moneda

En este marco, los cuestionamientos de quienes siguen los procesos de crisis en Argentina, están advertidos del alto grado de internacionalización de la economía nacional, que se remonta a 1961. Tras la salida de gobiernos aperturistas las grandes firmas locales fueron cediendo ante el avance de los capitales transaccionales.

Un informe del Indec publicado el 4 de enero de este año, indicó que el 62 % de las 500 empresas más grandes son extranjeras. Es decir 308 tienen participación extranjera, mientras que 192 son de capital nacional. Esto representa un 61,6 % de empresas de capital extranjero.

En la Encuesta Nacional a Grandes Empresas se incluyen las empresas que tienen como actividad principal la minería, la industria manufacturera, el suministro de electricidad y gas, el suministro de agua, gestión de residuos y saneamiento público, la construcción, el comercio, la actividad de transporte, correo y almacenamiento, los servicios de información y comunicaciones, y otras actividades. Se excluyen del panel las empresas cuyas actividades principales son agropecuarias, financieras o de servicios personales.

Para analizar esta evolución y de que manera impacta en la cotidianidad de los argentinos, Conclusión dialogó con el ex diputado nacional Edgardo De Petris, quien aportó su análisis político de lo que ha venido ocurriendo desde el advenimiento de los gobiernos que aplicaron políticas liberales o de mercado.

De Petris, habló de como los recientes procesos de «Lava Jato» en la región están avanzando en debilitar a las empresas nacionales de cada país, -si bien criticó la corrupción- no dejó de mencionar la existencia de cierta funcionalidad que le permite a alguna corporaciones internacionales desembarcar en mercados emergentes, comprando las empresas locales a un precio irrisorio.