El tradicional almuerzo por el Día de la Industria organizado por la Federación de Industrias de Santa Fe (Fisfe) contó con la presencia de gran cantidad de empresarios, dirigentes políticos y sindicales, y en representación del gobierno de Mauricio Macri, el secretario de Industria de la Nación, Fernando Grasso, quien reconoció que el escenario económico podría comenzar a mostrar signos positivos recién “en marzo o abril” de 2019.

El funcionario confirmó, de esta manera, que puertas adentro de Casa Rosada ya asumen lo que algunos bancos y analistas privados venían divulgando: el advenimiento de una “era de hielo” para las principales variables económicas, ya que habrá “como mínimo” dos trimestres recesivos, con chances de que 2019, en el balance anual, termine siendo también un año con caída de la actividad, consumo deprimido y alta inflación.

“Vemos una dinámica con indicadores negativos por estos meses, sabíamos que iba a ser así, principalmente por lo que tiene que ver con el reordenamiento macroeconómico, que si bien tiene este impacto en el corto plazo, entendemos que luego de poder estabilizar las principales variables económicas, como el tipo de cambio, podremos consolidar el programa financiero y fiscal que tenemos hacia adelante, que la tasa de interés vuelva a tener un nivel normal y reactivar la economía”, explicó Grasso en diálogo con Conclusión y otros medios en la previa del almuerzo en el complejo agroindustrial de Armstrong.

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“Esta inestabilidad de los últimos meses, más allá de cuestiones de índole interna, se da porque estamos atravesando un contexto internacional más complejo. Y la respuesta hacia eso es dar una señal muy fuerte con todas las fuerzas políticas a partir de la sanción de un presupuesto, para que Argentina tenga un equilibrio fiscal, y el otro punto son las negociaciones que se van a llevar adelante con el FMI, que van a garantizar el cumplimiento del plan financiero del Gobierno de acá a 2019”, explicó el secretario que responde al ministerio de Producción y Empleo que comanda Dante Sica.

El secretario de Industria de la Nación estuvo en la mesa central del almuerzo de la Fisfe por el día de la industria, junto a al gobernador santafesino, Miguel Lifschitz, y el presidente de la UIA, Miguel Acevedo, entre otros.

Y agregó: “Las certezas se van a dar para que esta inestabilidad en los mercados, que tiene que ver con factores políticos y con situaciones de pánico financiero, se despejen para encauzar la economía, que está sana en sus fundamentos. La industria está sana, viene de un proceso de inversión en el que se ganó productividad en los últimos dos años”.

Más allá de que aún restan confirmarse alguno de esos factores, como los nuevos desembolsos del FMI o la aprobación del Presupuesto 2019, las negociaciones están relativamente encaminadas, por lo que en el mejor de los casos, incluso con esas confirmaciones, recién en abril podría haber algún dato positivo para mostrar en el escenario macroeconómico, según proyecta el mismo Gobierno.

“De acá a fin de año seguramente no veamos una estabilización en las variables negativas en términos de la actividad. Enero y febrero son dos meses en los que la actividad de por sí suele caer, por lo tanto creemos que para marzo o abril veremos indicadores más positivos”, consideró Grasso.

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De todos modos, se esperanzó con el escenario industrial que pueda seguir después de esta “tormenta”.

“Creo que a partir de esto vamos a salir mucho más fortalecidos, con un esquema cambiario que va a ser más acorde a lo que es el equilibrio externo comercial del país y vamos a tener una cuenta fiscal más saludable y sostenible en el tiempo. De esta manera la industria va a tener un entorno más favorable para poder recuperarse y crecer en el mediano y largo plazo”.

Por último, el funcionario ponderó los principales problemas que se generan para el sector industrial con esta coyuntura.

“La mayor demanda tiene que ver con el capital de trabajo. A las empresas este tipo de saltos en la tasa de interés les afecta su programación y empieza a aparecer un riesgo de ruptura o alargamiento de cadena de pagos. Y tomamos acciones que nunca son suficiente pero son un paliativo importante. Vemos problemas muy puntuales, pero en general la actividad puede seguir sosteniéndose y esperamos que a partir del reacomodamiento de las variables macroeconómicas la tasa pueda bajar y poder darle más oxígeno a la actividad. Trabajamos en bonificación de tasas para descuento de cheques, fortalecimiento de sistemas de garantía, fondeo de fondos de garantía”, concluyó.