Por Aldo Battisacco – Enviado especial a Buenos Aires  

El licenciado en Administración y Finanzas y especialista en deuda, Hector Giuliano, señaló en diálogo con Conclusión que el acuerdo entre el Gobierno y los bonistas por la deuda externa, «solo fue aceptado, pero no refrendado por todos los acreedores, ya que representan menos del 40% de ellos y queda saber que pasa con el resto». «El principal interrogante es como se pagará esta deuda», que constituye «solo la quinta parte de la deuda pública que tiene Argentina». 

En el inicio de la nota, el especialista en deuda externa, aclaró que su intención era fijar una posición técnica y no política, para evitar controversias y que aún «no se cuenta con toda la información porque solo existió un anuncio genérico y dos cuadros que no dicen mucho acerca de como se descomprimirían los pagos». 

«No hay información de los detalles», dijo Giuliano y a renglón seguido expresó que tiene «tres reservas fundamentales respecto de lo que se conoce por acuerdo», y acotó: «en primer lugar Argentina estuvo negociando 8 meses con los acreedores privados del exterior, por 66 mil millones de dólares en bonos que están en manos de tenedores extranjeros que en su mayoría son fondos buitres que compraron deuda Argentina durante la crisis Macri a partir de 2018 por el 30% de su valor» y ahora reclaman al 100% de su valor». 

En relación al tiempo que se invirtió en la negociación, el economista precisó que todas las ofertas previas fueron rechazadas, y advirtió que desde su espacio de estudio, le recomendaron al gobierno que «en estas condiciones era conveniente retirar la oferta y replantear la negociación», sin embargo «el gobierno plateo lo contrario», es decir que llego a un acuerdo .         

«Hay que esperar, por ahora es necesario saber los valores absolutos, tenemos porcentajes, pero hay que bajarlo al papel y decir cuanto Argentina debía pagar en capital e intereses antes y cuanto deberá pagar ahora». indicó Giuliano, al tiempo que agregó que «por los elementos que se tiene la negociación no cerró bien», y describió el proceso. 

«En estas condiciones era conveniente retirar la oferta y replantear la negociación».

 El punto más polémico, es que el país pidió negociar la deuda «con tasas mas bajas que las que paga -de u 7 u 8 por ciento anual- por una promedio de 2,33, mientras que los acreedores pedían una de 5 al 6 por ciento». 

El resultado tras la negociación es que «no hay quita de capital» y por otro lado «al no declararse el default, lo intereses siguieron corriendo y en este momento se acumuló pago por intereses que suman de 6 mil a 7 mil millones de dólares». 

Otro aspecto relevante es que «la tasa de interés promedio seria mas de 3.50, pero la nominal llega al 5%, y esto es un problema en un mercado que tiene tasas negativas», y ejemplificó que Estado Unidos coloca bonos a 30 años a 0.25%. Es decir, Argentina acepta endeudarse a una tasa 5 veces más alta que la que se paga para los países desarrollados en el mundo».

«El punto en cuestión es como se garantiza el acuerdo de la sostenibilidad de la deuda. Se dice al pueblo que esta deuda no la podíamos pagar en estas condiciones. La hemos negociado para poder pagarla. No esta claro como piensan pagar, esto se traduce en números que deben aparecer en el Presupuesto y hasta ahora no hay cifras».