El consumo de carne per cápita arrojó en el 2019 la peor cifra de la década. La caída del poder adquisitivo de la población, derivada de la fuerte devaluación y la suba de los precios que la misma acarreó, alejó a los argentinos de las carnicerías.

El precio promedio de los cortes de carne vacuna tuvieron un incremento del 63% en los últimos doce meses. Un porcentaje que incluso supera a la inflación estimada para ese año, ya que las misma rondaría el 55%.

Dicha información se desprende del último informe de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes (CICCRA). El mismo indica que el consumo por habitante «en 2019 alcanzó un promedio de 51 kilos, un 9,4% (5,3 kg) menos que en 2018».

A principios de los noventa el consumo alcanzó sus máximos niveles históricos, con picos de 70 kg por habitante, pero la actualidad dista mucho de aquel escenario. En la misma línea, cabe destacar que el pico de la última década fue de 62.1 kg en 2013, once kilos por encima del número actual.

Según el relevamiento de diciembre, el precio promedio de los cortes exhibió un alza de 5,4%, completando un incremento total de 63,4% en el Área Metropolitana de Buenos Aires. En el mismo lapso, el precio de la hacienda en pie subió un 89,2%, mientras que el pollo aumentó un 53,1% y el cerdo un 72,4%.