En un marcado cambio de clima producto de la desregulación de importaciones del Gobierno, la empresa Ar-Zinc decidió cerrar sus puertas para importar lo que antes producía en el país. La decisión no fue gratuita ya que en ese marco despidió a nada menos que 400 trabajadores, y otras 500 personas se verán afectados ya que trabajaban de manera indirecta para la fábrica de ácido sulfúrico y zinc electrolítico.

Mientras que antes de las elecciones de 2015, los directivos de la compañía negociaban para que los obreros no se tomaran vacaciones hasta junio o julio para así poder satisfacer la intensa demanda de trabajo, tras el anuncio, decidieron cerrar sus puertas. La decisión es consecuencia directa de la apertura de importaciones que realizó el gobierno, en detrimento de la política de sustitución de importaciones de la gestión de Cristina Kirchner.

En diciembre último, la empresa comenzó a otorgar licencias con goce de sueldo a los empleados aduciendo que se había averiado un horno de producción, y, luego, ya con la confirmación de la quita de retenciones a las empresas mineras, anunció el cierre definitivo de la planta y alegó encontrarse en situación de crisis ante el ministerio de Trabajo que dirige Jorge Triaca.

Si bien desde Glencore aducen pérdidas incalculables y la ruptura de una herramienta clave para la producción del material para justificar el cierre de la única fábrica del barrio, la quita de retenciones a las empresas mineras por parte del Gobierno nacional no parece ser un dato menor: la materia prima para la fabricación del zinc y del ácido sulfúrico que utiliza Ar-Zinc es adquirida a Minera Aguilar, otra empresa perteneciente a la firma Glencore.

Aseguran que tras la nueva medida económica en favor de los grupos mineros, a la empresa le resulta ampliamente más atractivo y rentable exportar el metal en crudo que procesarlo en Rosario como lo hacía hasta hace unos meses, antes del triunfo de la Alianza Cambiemos. La situación hizo que la intendencia de Fray Luis Beltrán le solicitara al Gobierno nacional y provincial ayuda para resolver el conflicto o bien un rescate financiero, puesto que Ar-Zinc es la única empresa que tributa en el barrio, y le otorga un ingreso mensual cercano a los $500.000, lo que representa más de un cuarto de los salarios municipales.