La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, fue designada como nueva presidente del Banco Central Europeo y asumirá el 1 de noviembre, en reemplazo del italiano Mario Draghi.

Ante el nuevo cargo de Lagarde, el actual subdirector del FMI David Lipton ocupará el lugar de la ejecutiva francesa.

«Me siento honrada de haber sido nominado para la presidencia del Banco Central Europeo. A la luz de esto, y en consulta con el Comité de ética del Directorio Ejecutivo del FMI, he decidido renunciar temporalmente a mis responsabilidades como Directora Gerente del FMI durante el período de nominación», expresó Lagarde a través de su cuenta de Twitter.

De esta manera, la directora gerente renunció condicionalmente a sus tareas en el FMI hasta que termine el proceso formal de elección del nuevo presidente del Banco Central Europeo (BCE), aunque fuentes internacionales aseguraron que ya habría un acuerdo con Europa para que Lagarde asuma a su nuevo cargo.

Desde el Ministerio de Hacienda de la Nación, aseguraron que el anuncio de la representante del FMI «no cambia en nada, ni la relación con el Fondo ni el acuerdo», y agregaron: «Era algo esperable y era pública su posible candidatura. La relación es excelente con ella, pero también con David Lipton, que es su segundo. No habrá impacto de ningún tipo».

Se espera que el reemplazo de Lagarde salga del acuerdo de los principales accionistas del FMI, Estados Unidos, Alemania y Francia. En este sentido, fuentes oficiales afirmaron: «Con todos tenemos excelente relación».

La designación de Lagarde se tomó luego de largas negociaciones en Bruselas, por parte de los lideres de la Unión Europea y ocupará el lugar que mantuvo Draghi luego de ocho años de mandato.

Lagarde será la segunda persona de origen francés que ocupa la poltrona del BCE y el cuarto presidente de la entidad, tras los mandatos del holandés Wim Duisemberg, Jean Claude Trichet y el actual Mario Draghi.

Al mudarse de Washington a Frankfurt, Lagarde tendrá la tarea de impulsar la política monetaria en una comunidad de 19 naciones que utiliza el euro como moneda y que Draghi ya ha señalado que necesitará más ayuda, probablemente en forma de tasas de interés más bajas y posiblemente con la reanudación de la flexibilización cuantitativa.

La inflación está en apenas la mitad del objetivo del BCE de un poco menos del 2% a pesar de los años de tasas negativas y 2,6 billones de euros en compras de bonos.